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  • ChatGPT y el nacimiento de una nueva relación entre humanos y máquinas

    » Eltucumano

    Fecha: 27/12/2025 15:18

    ChatGPT y el nacimiento de una nueva relación entre humanos y máquinas La aparición de ChatGPT marcó un punto de inflexión en la historia reciente de la tecnología. No tanto por el lanzamiento de una nueva herramienta digital, sino por la apertura de una conversación inédita entre personas y máquinas. Imagen ilustrativa.- Desde su irrupción pública, el sistema se convirtió en uno de los fenómenos de adopción más acelerada del ecosistema tecnológico. Sin embargo, centrarse únicamente en fechas, versiones o volumen de usuarios resulta insuficiente para comprender la magnitud de su impacto. El cambio decisivo ocurrió en otro plano: la instalación de una nueva forma de relación entre humanos y tecnología, mediada por el lenguaje, el pensamiento y la toma de decisiones. Un territorio que hasta ahora había sido considerado exclusivamente humano. Del temor al reemplazo a una crisis más profunda El primer reflejo del debate público fue el miedo al reemplazo. Titulares, análisis y conversaciones instalaron una narrativa recurrente: la inteligencia artificial venía a quitar trabajo, desplazar profesiones y volver obsoletas ciertas capacidades. Sin embargo, el efecto más relevante fue menos evidente y más incómodo. ChatGPT no interviene sobre tareas manuales ni repetitivas. Actúa sobre procesos cognitivos complejos: redactar, sintetizar información, analizar escenarios, formular hipótesis, estructurar ideas. En otras palabras, impacta directamente en actividades asociadas al conocimiento, la interpretación y la toma de decisiones. Esto desplaza el foco del debate. Ya no se trata únicamente de la pérdida de funciones laborales, sino de algo más profundo: la identidad profesional y el lugar que ocupan el criterio y la experiencia en un contexto donde una máquina puede producir lenguaje con fluidez y coherencia. En muchos casos, el temor no pasa por perder tareas concretas, sino por perder centralidad y relevancia. Un cambio en la forma de interactuar con la tecnología Durante décadas, la relación con la tecnología estuvo basada en el aprendizaje de herramientas. Saber usar un sistema, dominar un software, incorporar una nueva interfaz. Hoy, el desafío es distinto. La tecnología exige aprender a pensar con ella. En este escenario, la ventaja no está en conocer más sobre inteligencia artificial, sino en la capacidad de formular buenas preguntas, sostener claridad conceptual, contextualizar información y aplicar criterio humano sobre resultados generados por sistemas automatizados. La inteligencia artificial no sustituye el pensamiento. Lo acelera, lo amplifica y lo expone. Deja en evidencia quién comprende los procesos que lidera y quién se limita a ejecutar sin marco conceptual. La brecha que emerge no es tecnológica Uno de los errores más frecuentes al analizar este fenómeno es definirlo en términos de adopción técnica. La brecha más significativa no separa a quienes usan inteligencia artificial de quienes no. Separa a quienes la integran estratégicamente en sus procesos de decisión de quienes la utilizan de manera superficial, la consumen como una moda pasajera o la rechazan desde el miedo. En organizaciones, equipos y liderazgos, esta división se vuelve cada vez más visible. Por un lado, aparecen perfiles que experimentan, aprenden y revisan sus prácticas. Por otro, quienes se refugian en la experiencia acumulada como forma de resistencia al cambio. La inteligencia artificial no crea esta brecha. La deja al descubierto. Una relación basada en el diálogo, no en la delegación Otro malentendido frecuente es pensar la IA como una herramienta de delegación total. La relación humanomáquina no funciona bajo una lógica de mando y obediencia. Funciona como diálogo. La tecnología organiza información, propone estructuras, acelera procesos y amplía escenarios posibles, pero no decide, no define sentido ni establece valores. La ética, la responsabilidad y el criterio siguen siendo atributos humanos. De manera paradójica, este avance tecnológico devuelve protagonismo a habilidades que durante años fueron subestimadas: pensamiento crítico, comprensión contextual, intuición entrenada, lectura emocional y propósito. Dos actitudes frente a un mismo fenómeno En el análisis del comportamiento profesional frente a la inteligencia artificial emergen dos respuestas predominantes. Una es la parálisis: profesionales que observan el cambio desde afuera, lo cuestionan sin explorarlo y lo perciben como amenaza. La otra es la apropiación consciente: líderes que experimentan, aprenden, redefinen su rol y entienden que el diferencial ya no está en acumular conocimiento, sino en pensar mejor. La diferencia no se explica por edad, cargo o formación previa. Se explica por la actitud frente a la incertidumbre. Más allá de la herramienta En este contexto, el desafío no es formar usuarios de inteligencia artificial, sino acompañar a personas y equipos a desarrollar criterio, tomar mejores decisiones y ejercer liderazgos más conscientes. La tecnología no necesita traductores técnicos. Necesita mediadores humanos capaces de conectar innovación con impacto real en organizaciones, educación y sociedad. Cuando se comprende qué hacer con estas herramientas, la lógica cambia: la competencia con la IA se transforma en colaboración. Un hito que funciona como espejo Pensar el nacimiento de ChatGPT como un hito implica evitar tanto el entusiasmo ingenuo como el rechazo automático. Este desarrollo funciona como un espejo. Devuelve claridad o confusión, profundidad o superficialidad, según quién lo mire. No reemplaza el pensamiento humano. Lo deja expuesto. La pregunta que define esta etapa Preguntarnos si la inteligencia artificial va a cambiar el mundo, quedó perimido. Ese proceso está en marcha. La pregunta es si personas, organizaciones y liderazgos van a transformarse en sintonía con esta tecnología o en resistencia a ella. La ola no se detiene. Pero siempre existe una elección: aprender a navegarla o quedar al margen. En esa decisión se juega mucho más que el futuro del trabajo. Se define el tipo de liderazgo que este tiempo demanda. Rosana Hadad Salomon Ingeniera especializada en Sistemas de Información y profesora en Disciplinas Industriales. Actualmente ocupa el cargo de Profesora Titular Concursada en la Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional Tucumán

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