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» El Liberal
Fecha: 27/12/2025 15:04
El municipal Eduardo Pallares sufrió un cimbronazo legal que puede enviarlo tras las rejas con una pena a prisión perpetua, al habérsele agravado los cargos a "homicidio calificado por femicidio" en perjuicio de la adolescente Emilse Camila Barrera, 18, en la ciudad de Frías. Así lo resolvió la fiscal Natalia Simoes, al extender la acusación, originalmente establecida en "homicidio simple", con una mínima de 8 y máxima de 25 años de cárcel. La adolescente fue asesinada por Pallares el 8 de noviembre en Catamarca y ruta nacional 157, de Frías, tras pactar un encuentro sexual a cambio de $ 40.000. Correa de llavero Los voceros confiaron que Pallares ejecutó a la joven estrangulándola con la correa del llavero de su motocicleta. Después, se fue a su casa, se duchó y junto con su familia concurrió a una cena de los empleados municipales. De acuerdo con los voluminosos informes de los expertos, la fiscal Simoes (foto) amplió los cargos a Pallares, llevándolos a "homicidio calificado por femicidio". Aún pese al hermetismo general, trascendió que la funcionaria ya recibió los informes de cámaras de seguridad, donde se lo ve a él junto a la jovencita (viernes a la noche), rumbo al sector alejado en que al día siguiente fue hallado el cuerpo. También, a Simoes le fue entregado el informe sobre impacto de antena de los celulares, coincidentes ambos aparatos, es decir de víctima y victimario. En tercer lugar, la fiscal recibió los documentos sobre el informe socio ambiental encomendado a los profesionales. Éste habría desnudado la crudeza en la que transitaba su día a día: drogas, prostitución, orfandad familiar, serían el común denominador, trascendió. Ello habría dejado en claro la extrema situación de vulnerabilidad en Emilse Camila, características que decidieron a Simoes agravarle los cargos al único acusado. Submundo En forma simultánea, Simoes investiga el submundo de sexo con menores y drogas, "paisaje" decadente en que la víctima al parecer permanecía inmersa. Declararon "amigas", remiseros, adultos y "amigovios", muy especialmente quienes compartieron con Emilse el jueves y viernes previo, cuando aún era una adolescente de 17 años. De su vida se sabe que ni el padre, ni la madre se hicieron cargo. La joven vivía con una abuela, cuya fragilidad le impedía ejercer una mínima autoridad. Por ende, el día a día de Emilse Camila eran el alcohol, la noche y prostituirse, en muchas ocasiones a cambio de drogas y no de dinero.
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