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» Agencia Nova
Fecha: 27/12/2025 15:01
La internación de Cristina Fernández de Kirchner volvió a poner en escena no solo su estado de salud, sino también el habitual dispositivo político-comunicacional del kirchnerismo, que una vez más utilizó una situación médica personal para victimizarse y ordenar filas internas. La expresidenta permanece internada en el Sanatorio Otamendi tras haber sido intervenida quirúrgicamente por una apendicitis aguda con peritonitis localizada y cursa una recuperación considerada estable, aunque con una complicación posoperatoria conocida como íleo. Según el último parte médico, Cristina Fernández de Kirchner continúa bajo observación, con tratamiento antibiótico endovenoso, drenaje peritoneal y dieta líquida, sin fiebre ni signos de infección secundaria. Los profesionales decidieron extender la internación por razones preventivas y aún no hay fecha de alta. Se trata de un cuadro clínico que, si bien requiere controles, no implica un riesgo vital inmediato y es relativamente frecuente luego de cirugías abdominales. Sin embargo, desde el kirchnerismo se activó rápidamente el libreto conocido: mensajes ambiguos, silencio selectivo, filtraciones parciales y un intento constante de presentar el cuadro como algo más grave de lo que indican los partes médicos oficiales. La estrategia no es nueva. Cada episodio personal de la exmandataria suele ser utilizado para correr el foco de la agenda pública, cerrar discusiones incómodas y reforzar un relato de persecución permanente. Mientras el país atraviesa problemas estructurales profundos, el espacio que gobernó durante años vuelve a girar en torno a la figura de Cristina Fernández de Kirchner, incluso en cuestiones que deberían mantenerse en el plano estrictamente privado. La falta de transparencia informativa y la sobreactuación política terminan generando más dudas que certezas, alimentando especulaciones innecesarias y reforzando la lógica personalista que caracteriza al kirchnerismo desde hace más de una década. En este contexto, la salud de la expresidenta parece funcionar una vez más como herramienta de orden interno y victimización externa, en lugar de ser tratada con la sobriedad que el momento requiere. Mientras tanto, los problemas reales de los argentinos siguen esperando respuestas que el kirchnerismo nunca supo, o nunca quiso, dar. Envianos tu comentario | José María MARTOCCIA | | Todo sea por zafar de las audiencias presenciales en la causa cuadernos | | 27/12/2025 - 11:02 |
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