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» Diario Pampa
Fecha: 27/12/2025 10:30
Escuchá esta nota EL DIARIO digital El caso que conmovió a Victorica el pasado 20 de abril entra en su etapa de definiciones con un escenario jurídico totalmente modificado. Lo que inicialmente se caratuló como un parricidio -el homicidio de un padre a manos de su hijo- ahora mutó en un complejo debate sobre la salud mental, la identidad y la violencia doméstica. Este viernes, en una audiencia clave, quedaron firmes las dos calificaciones alternativas que se discutirán en el juicio oral: homicidio simple (sostenido por la fiscalía de Enzo Rangone) u homicidio bajo emoción violenta (la estrategia del defensor Mariano Gualpa). El secreto que reveló el ADN El gran quiebre de la causa ocurrió cinco meses después del crimen. Una prueba de ADN solicitada por la defensa reveló una verdad oculta por décadas: Néstor Hugo Fuentes (37) no era el padre biológico de S.N. Fuentes (18), a pesar de que el joven creció bajo esa identidad. Este dato no solo eliminó el agravante del vínculo, sino que expuso el trasfondo de una relación marcada por el engaño y el maltrato. La psicología frente a la psiquiatría El juicio, que se llevará a cabo en General Pico con 33 testigos, será un duelo de peritos. El fiscal Rangone sostiene que el joven "comprendió la criminalidad de sus actos", basándose en conductas posteriores al ataque, como llamadas y búsquedas en su celular. Sin embargo, las pericias psicológicas coinciden en un punto: el joven creció en un entorno de violencia extrema. Golpes, humillaciones y un clima de terror constante sobre él y su madre. El fallecido, además, contaba con una condena previa de 2019 por lesiones y amenazas contra su familia, un antecedente que pesará en el debate. Evidencia clave El tribunal colegiado recibirá 48 piezas documentales y 13 paquetes de evidencia, que incluyen desde el arma homicida hasta el teléfono celular del imputado. El punto central ya no es "quién lo hizo" la autoría está probada sino en qué estado mental se encontraba ese joven de 18 años cuando decidió poner fin a años de pesadilla con dos puñaladas en el patio de su casa.
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