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Buenos Aires » AmbitoWeb
Fecha: 27/12/2025 05:39
Bolivia enfrenta este viernes su cuarto día de protestas contra el gobierno, luego del aumento del 86% la nafta y del 162% para el diésel. En el medio de la tensión en las calles tras la medida, el vicepresidente boliviano, Edmand Lara, apoyó las marchas y se declaró parte de una oposición constructiva, reafirmando la ruptura con el presidente Rodrigo Paz en apenas un mes y medio de mandato. Son momentos duros y Dios sabe por qué pasan las cosas. Y los tiranos al final van a caer y van a caer en el mismo pozo que ellos están generando expresó Lara durante una trasmisión en vivo en Tiktok, lugar en el que hizo gran parte de su campaña apenas meses atrás. Lara volvió a cargar contra el Gobierno y sostuvo que la administración actual eligió ponerse del lado de los sectores más concentrados, al tiempo que definió al Decreto Supremo 5503 como una norma que representa el hambre, el desempleo y la pérdida de esperanza para amplios sectores de la sociedad boliviana. En ese marco, el vicepresidente alentó a los manifestantes a sostener las medidas de fuerza y les pidió resistencia y convicción, asegurando que se vienen tiempos mejores para quienes hoy protestan en las calles. Sabíamos que el camino no iba a ser sencillo, sabíamos que los corruptos iban a defender sus privilegios, pero logramos abrir una puerta. Yo estoy acá para defenderlos, para pararme del lado del pueblo, afirmó Lara, quien volvió a insistir en que los días de los tiranos están contados y que el actual escenario marca un punto de quiebre en la política boliviana. Qué es el Decreto Supremo 5503 y por qué está provocando múltiples protestas en Bolivia El Decreto Supremo 5503, impulsado por el Gobierno boliviano, dispuso el retiro de la histórica subvención estatal a los combustibles, una medida que estuvo vigente por más de 20 años y que mantenía bajos los precios de la nafta y el diésel. A partir de su implementación, el litro de nafta registró un aumento del 86%, mientras que el diésel escaló un 162%, generando un impacto inmediato en el costo de vida. La decisión provocó una rápida reacción de la Central Obrera Boliviana (COB), que declaró un plan de lucha con movilizaciones diarias, paros sectoriales y amenazas de aumentar las protestas si el decreto no se derogaba. Desde la central sindical advierten que el encarecimiento del combustible achica el poder adquisitivo de los trabajadores y profundiza la conflictividad social. Si bien el Gobierno argumentó que el retiro del subsidio permite garantizar el abastecimiento de combustibles tras meses de escasez y representa un ahorro fiscal cercano a los u$s 10 millones diarios, la medida fue leída por amplios sectores como un ajuste abrupto. En paralelo, el decreto fue acompañado por un aumento del salario mínimo, que pasó de 2750 a 3300 bolivianos (de u$s395 a u$s474), además de la actualización de bonos sociales, aunque para los sindicatos estas compensaciones resultan insuficientes frente al salto de precios. Las protestas se extendieron a distintas regiones del país, con marchas, bloqueos y concentraciones en ciudades clave como La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. En ese escenario, las protestas trascienden aún más por el respaldo público del vicepresidente Lara a las movilizaciones.
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