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» LaprovinciaSJ
Fecha: 27/12/2025 00:15
Durante años, Javier Lucho Zárate corrió sin imaginar que ese movimiento, casi intuitivo, terminaría marcando su destino. Hoy, con 18 años, el atleta de deporte adaptado de la Municipalidad de Pocito cerró uno de los años más importantes de su vida, no solo por los trofeos obtenidos, sino por todo lo que representan: constancia, sacrificio, familia y una pasión que creció en silencio. La historia de Lucho con el atletismo no comenzó con medallas ni aplausos. Comenzó cuando alguien vio en él algo que todavía él no veía, y que sería el inicio de una emocionante historia. Me dijeron que probara, que fuera a ver cómo entrenaban los chicos. Fui una vez, después otra y ahí se prendió la chispa, comentó a Diario La Provincia SJ. Ese primer entrenamiento fue el inicio de un camino que ya lleva casi cinco años. Un camino que no siempre fue fácil, pero que nunca dejó de avanzar. Un año que cambió todo Después de dos temporadas sin subir al podio, 2024 llegó con una sorpresa que ni él mismo esperaba. En cuestión de días, Lucho rompió su propia racha. Primero fue un primer puesto hace unas semanas. Luego, al fin de semana siguiente, otro primer lugar en Santa Lucía La Granja. Y como cierre, un segundo puesto en los 10 kilómetros, para despedir el año con una sonrisa y la certeza de que el esfuerzo había valido la pena. Este año fue todo logros. Cerrarlo así fue algo muy lindo, no me lo voy a olvidar, dijo emocionado. El entrenador que creyó y el grupo que acompaña Nada de esto hubiera sido posible sin el trabajo diario junto a su entrenador, Pablo Martínez, a quien Lucho menciona siempre con respeto y gratitud. Él siempre me dice que dé lo mejor de mí, que no me quede atrás. Confía mucho en mí y eso te levanta. Entrena junto a un grupo de más de 30 atletas, un espacio que se convirtió en su segunda familia. No soy el único. Somos muchos chicos. Nos acompañamos a todas las carreras y nos apoyamos siempre. Es un grupo que no cambio por nada. Una familia que empuja desde atrás En casa, el apoyo nunca faltó. Lucho es uno de nueve hermanos, y sabe que detrás de cada competencia hay un esfuerzo que no siempre se ve. Mi mamá y mis hermanos están en todo. Cuando necesito algo para competir, ellos están. Eso también es un sacrificio. Ese acompañamiento silencioso es parte de cada logro y de cada paso que da hacia adelante. Medallas, sueños y un futuro abierto Con casi 500 medallas acumuladas a lo largo de los años, este año sumó dos de oro y una de plata, pero lo que más valora no pesa ni brilla. Participó en los Juegos Evita, compitió en instancias binacionales y, aunque este año no logró viajar a Chile, mantiene intacta la ilusión. El año que viene quiero llegar con los tiempos y poder viajar. Sé que se va a dar. Correr con el corazón Lucho no corre solo por ganar. Corre porque ahí encontró algo que no sabía que buscaba. El atletismo despertó una pasión muy grande en mí. Hoy no lo quiero soltar. Es parte de mi futuro. Su historia no es solo la de un atleta que gana trofeos, sino la de un joven que encontró en el deporte un lugar, un propósito y un sueño que sigue en movimiento. Y mientras haya una pista, una calle o un nuevo desafío por delante, Javier Lucho Zárate va a seguir corriendo. Orgullo sanjuanino Noticias relacionadas
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