26/12/2025 16:48
26/12/2025 16:48
26/12/2025 16:48
26/12/2025 16:48
26/12/2025 16:48
26/12/2025 16:47
26/12/2025 16:47
26/12/2025 16:47
26/12/2025 16:26
26/12/2025 16:26
» Primiciascorrientes
Fecha: 26/12/2025 15:15
Mas de 200 milimetros en pocas horas bastaron para paralizar la ciudad. Con el transporte suspendido, barrios historicos anegados y cientos de evacuados, la infraestructura urbana vuelve a quedar en jaque ante un fenomeno climatico que ya no parece excepcional. No es la primera vez, y la angustia de los vecinos de La Olla o el barrio San Ignacio radica justamente en esa certeza: saber que volvera a pasar. Esta ultima semana de diciembre, que debia estar marcada por el cierre de ano y las festividades, quedara en los registros meteorologicos y en la memoria social como una de las mas dificiles para la Capital correntina. El cielo se desplomo sobre la ciudad con una furia inusitada. Los pluviometros marcaron cifras que asustan: mas de 230 milimetros cayeron en un lapso brevisimo, saturando al instante un sistema de drenaje que, a pesar de las obras del Plan Hidrico, se vio completamente desbordado por la magnitud del caudal. No hubo desague que aguante ni bomba de extraccion que diera abasto ante semejante pared de agua. Una ciudad partida al medio La postal del viernes fue la de una capital fantasma en movimiento. La suspension del servicio de transporte publico de pasajeros dejo a miles de trabajadores varados, mientras que arterias vitales como la Avenida Maipu o la 3 de Abril se convertian, por momentos, en rios correntosos. La Costanera, esa joya turistica, debio ser cerrada preventivamente, recordando que el agua no respeta postales. Pero el drama real, el que duele, esta puertas adentro. En el barrio Santa Rosa, el agua no pidio permiso: ingreso a los monoblocks de planta baja arruinando muebles, electrodomesticos y el esfuerzo de anos de mas de 100 familias. EVACUADOS Lo mismo se replico en el Santa Rita Sur y el Ponce. La Escuela N 275 y la N 345 en Laguna Seca volvieron a abrir sus puertas, no para dar clases, sino para cobijar a los mas de 160 evacuados que miraban el cielo esperando una tregua. Las autoridades municipales y Defensa Civil han trabajado a destajo, eso es innegable. Las cuadrillas estan en la calle y las bombas encendidas. Sin embargo, la sensacion termica social es de agotamiento. Otra vez sopa, se escucha en las esquinas donde el agua empieza a bajar lentamente, dejando ese barro negro y el olor a humedad que tardara semanas en irse. Diciembre se despide con una advertencia clara: el cambio climatico no es un titulo de diario, es esta realidad que nos obliga a repensar la ciudad que habitamos.
Ver noticia original