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  • Londres: como el arresto de una mujer en Londres cambio la vida de los ninos de todo el mundo

    » La Nacion

    Fecha: 25/12/2025 09:38

    Un dia nublado de abril de 1919, una mujer llamada Eglantyne Jebb llego a Trafalgar Square, la gran plaza de Londres. Llevaba su cabello rojo recogido en un mono. Era alta, delgada, palida, con ojos del azul de las flores nomeolvides. Trafalgar Square era un lugar donde el descontento a menudo se transformaba en protesta. Era donde los cartistas se habian congregado en 1848 para exigir reformas politicas a favor de los obreros, y luego las sufragistas, para luchar por el derecho a votar. Eglantyne tambien estaba alli con un proposito: repartirle a los transeuntes un folleto con la fotografia de una nina con un cuerpo pequeno y una cabeza enorme. Era una nina austriaca de dos anos y medio que deberia estar riendo, corriendo y persiguiendo mariposas, pero no podia mantenerse en pie por si sola. Lo que parecia ser una cabeza agrandada era consecuencia de la desnutricion que habia impedido que su cuerpo se desarrollara apropiadamente. La pequena pesaba unos 5,5 kilos. El peso promedio de un nino de esa edad era de unos 13 kilos. La Primera Guerra Mundial habia terminado un ano antes, pero en Europa persistian grandes penurias, con 800 personas muriendo de hambre cada semana. No obstante, a algunos britanicos no les conmovia la dificil situacion de sus recientes enemigos. Aunque ayudar a prevenir el hambre de los ninos en todas partes es una idea excelente y compasiva, en aquel momento, la obra de Eglantyne fue considerada sediciosa. La policia llego para arrestarla y ella se fue pensando que quizas podria usar su detencion para amplificar su mensaje. Eglantyne Jebb era una mujer dificil, en el mejor de los sentidos. Defendio a los ninos mas vulnerables a pesar de que en esa epoca hacerlo la convirtio en una figura de odio para algunos y en una delincuente ante la ley. Curiosamente, a ella los ninos le gustaban... de lejos. Aunque dedico su vida a protegerlos, no disfrutaba de su compania. De la dicha al dolor Eglantyne nacio en 1876, en el seno de una familia muy prospera, y tuvo una infancia idilica en una granja en la campina inglesa en Shropshire, cerca de Gales. Era la cuarta de seis hijos y muy unida a sus hermanos mas pequenos, Gamul y Dorothy. Eran una pequena pandilla: inseparables y muy traviesos, cuenta Clare Mulley, autora de "The Woman Who Saved the Children" (La mujer que salvo a los ninos). Pero cuando crecio y quiso la misma educacion que sus hermanos, su padre objeto: no queria que su hermosa hija se convirtiera en una intelectual con la que nadie querria casarse, senala Mulley. Por suerte, contaba con el apoyo de una formidable tia, Louisa, una de las llamadas nuevas mujeres victorianas: emancipada, educada, independiente y autosuficiente que desafiaba los roles de genero tradicionales. Ella no solo aseguro que Eglantyne obtuviera una educacion universitaria, y proporciono dinero para mantenerla, sino que tuvo una influencia significativa para que desarrollara su conciencia social en una epoca de terrible desigualdad. Eglantyne fue a la Universidad de Oxford, para estudiar historia. En aquel momento, la universidad se negaba a conceder titulos a mujeres, pero les permitia asistir a clases y tutorias e incluso presentarse a examenes si pagaban las tasas. Eglantyne aprovecho y disfruto la vida universitaria. Era popular y tenia todo a su favor: linaje, belleza e inteligencia. Era divertida y creativa. Escribia obras satiricas y las montaba con sus amigos, y se la pasaba de fiesta en fiesta, relata Mulley. Pero de repente, en 1896, recibio un telegrama de su madre que la destrozo: su adorado hermano Gamul habia muerto de neumonia. Tuvo pesadillas terribles, y empezo a imaginar a Gamul como una especie de Peter Pan, ese simbolo de la juventud. Y se pregunto: si el no iba a poder a contribuir a la sociedad como medico, que podia aportar ella a la sociedad para honrar los ideales que compartieron cuando eran pequenos?. Dejo de ir a fiestas, se aislo de sus amigos y se dedico a la lectura de la Hstoria y al estudio de la Etica. Fue a ver a los menos privilegiados de la sociedad de Oxford y, sorprendida por los niveles de pobreza, se deshizo de todo lo que tenia en su habitacion, en una especie de rechazo abierto a los valores materiales. El episodio fue descrito como un ataque de locura. Finalmente, la convencieron de que permitiera volver a poner muebles en su cuarto. Pero desde ese momento, dedico su vida a ayudar a los demas. Sin heroes ni villanos Eglantyne queria intentar nivelar la sociedad y ofrecer oportunidades a todos. Tras graduarse, se le ocurrio ser profesora, y encontro trabajo en un colegio femenino en un barrio obrero de Marlborough, Inglaterra. Descubrio que esa no era su vocacion. No tengo ninguna de las cualidades naturales de una maestra, escribio en su diario. No me interesan los ninos, no me interesa la ensenanza. Se mudo a Cambridge y trabajo con la historiadora Florence Ada Keynes, reformadora social y politica britanica, en la Charity Organisation Society, cuyo objetivo era aportar un enfoque cientifico moderno a las obras de caridad. Escribio un estudio social sobre Cambridge en 1906. Concluyo que la injusticia, no la desgracia, causaba la pobreza. Y se enamoro de la hija de Keynes, Margaret, hermana del economista John Maynard Keynes. Planeaban vivir juntas pero Margaret queria tener hijos, asi que se caso con el fisiologo y futuro premio Nobel Archibald Hill, en 1913. Devastada, Eglantyne dirigio sus energias hacia una crisis en los Balcanes, y se unio al Fondo de Auxilio Macedonio. La Liga Balcanica -una alianza entre Serbia, Bulgaria, Grecia y Montenegro- le habia declarado la guerra en 1912 al Imperio Otomano, que administraba gran parte de la region. Miles de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares. A Eglantyne la enviaron con dinero para financiar esfuerzos humanitarios, proporcionando comida y ropa, y trabajando para reunificar familias separadas. Habia crecido con ideas romanticas sobre la guerra, rodeada de retratos de antepasados venerables como Richard Jebb, que lucho junto al rey Carlos I en la Guerra Civil inglesa. La cruda realidad hizo trizas esas fantasias. Constato que cuando los hombres iban a la guerra, dejaban atras un mar de mujeres desesperadas y ninos temblorosos. La unica vez que no veia a un nino hambriento y helado era despues de que se comia la sopa que ella le habia dado, cuenta Mulley. En esas situaciones, dijo, el unico idioma internacional del mundo es el llanto de un nino. Pronto aprendio a detestar la guerra. Viajando en los trenes por los Balcanes escuchaba a cada bando describiendo a los otros como infrahumanos, y comprendio que no habia heroes o villanos, sino que la guerra misma deshumanizaba. Esas condiciones de desesperacion, miedo y patriotismo envueltas en propaganda restaban humanidad. Era la guerra en si contra la que habia que luchar. Fue un verdadero punto de inflexion para ella. La Gran Guerra y la paz Regreso a Londres revitalizada por una nueva mision. Pero el mundo no estaba en la misma sintonia. En julio de 1914, estallo la Gran Guerra en Europa. Al mismo tiempo, sufrio un colapso fisico, necesito una cirugia y paso gran parte del resto de la guerra convalesciendo con su hermana, Dorothy Buxton. Dorothy habia solicitado un permiso para traducir secciones de la prensa extranjera y hacia un resumen semanal de reportajes internacionales para el Cambridge Magazine, que se convirtio en una publicacion importante en esa epoca en la que la censura era muy comun y la verdad, dificil de encontrar. Eglantyne empezo a trabajar con su hermana en 1917; queria que los britanicos dejaran de demonizar a los enemigos y entendieran que la gente estaba sufriendo. El 11 de noviembre de 1918, ceso el fuego. Tras unas 10 millones de muertes militares y cuatro anos brutales, la guerra finalmente termino. El primer ministro britanico, David Lloyd George, convoco rapidamente elecciones, y prometio un tratado de paz que obligara a los agresores a pagar. Gano con una amplia mayoria. El animo general del publico no era misericordioso. Querian reparaciones por el costo militar y social de una guerra que los britanicos no habian ni querido ni iniciado. Pero la devastacion en los paises derrotados persistia y cobraba victimas. Por toda Europa, millones de desplazados intentaron regresar a sus hogares, algunos en trenes que a menudo se estropeaban. Ese invierno llegaron informes horribles de trenes que se varaban en las vias y cuando finalmente llegaba auxilio, encontraban en los carruajes mujeres completamente desnudas pues se habian quitado toda la ropa para arropar a sus hijos. Los encontraban agrupados, muertos y congelados. Un reportaje se enfocaba en las lagrimas congeladas en las mejillas de los ninos. El juicio por la foto del folleto Mientras las negociaciones de paz continuaban, los bloqueos economicos britanicos seguian impidiendo que la ayuda llegara a sus antiguos enemigos. Algunas familias tuvieron que tomar decisiones devastadoras, como dejar morir a sus hijos o ayudarles activamente a salir de su miseria, relata Mulley. Eglantyne y Dorothy, horrorizadas, continuaron trabajando en traducciones de la prensa extranjera, con la esperanza de que publicar detalles sobre la terrible situacion que se vivia en esos lugares marcara la diferencia. Como ellas, otras personas visionarias reconocieron que existia una necesidad humana urgente entre las naciones derrotadas. Tambien hubo quienes advirtieron que aprobar reparaciones que destruyeran economias en el extranjero no seria bueno a largo plazo para nadie, pues provocaria ira y resentimiento que podria desembocar en un conflicto mayor. Las hermanas se unieron a otras mujeres afines para crear el Consejo de Lucha contra la Hambruna cuya presion logro poner fin al bloqueo en ciertos paises, pero no en Austria, Alemania y Rusia. Fue entonces cuando Dorothy viajo a Suiza y regreso con fotos, entre ellas aquella de la nina austriaca dolorosamente desnutrida del folleto que Eglantyne repartio en Trafalgar Square. Las fotos no habian sido oficialmente autorizadas para su uso, ya que legalmente debian cumplir con una ley conocida como DORA (siglas de Defensa del Reino en ingles), una medida aprobada como disposicion de emergencia de guerra en 1914. Por eso, en mayo de 1919, Eglantyne fue citada ante el tribunal en Mansion House en Londres. Mansion House era utilizada a menudo por politicos y dignatarios para eventos formales y proclamaciones, pero tambien era donde habian sido juzgadas muchas sufragistas. La estaban presentado como una mujer histerica ante el publico, apunta Mulley. Eglantyne eligio defenderse sola. Sabia que era culpable ante la ley, asi que se centro en el aspecto moral, dandole a los reporteros judiciales presentes mucho material para llenar sus columnas. Argumento que DORA ya no deberia aplicarse debido al armisticio, y que ella actuaba puramente por motivos humanitarios, una campana para salvar vidas, nada relacionado con el ejercito o la politica. Pero sobre todo, se enfoco en el hambre de los ninos. Y para acercarlo a la gente, relato historias de soldados britanicos que compartieron sus raciones con ninos en los trenes para salvarlos. Alego que ese era el verdadero espiritu britanico, uno de humanidad y compasion que todos deberian sentir. Sir Archibald Bodkin, el fiscal -y director de la fiscalia publica- la declaro culpable, pero solo le impuso una multa de 5. Y, ante la mirada de los reporteros, una vez dictado su veredicto, se acerco a la recien condenada, saco un billete de 5 -que en ese entonces era un documento grande-, lo desdoblo y se lo entrego. Con ese gesto, Sir Archibald declaro publicamente que, aunque Eglantyne habia perdido desde el punto de vista legal, moralmente habia triunfado. Eglantyne le dijo que pagaria su propia multa, pero que aceptaria su dinero y lo usaria en una nueva organizacion para ayudar a salvar a los ninos: Save the Children, hoy una ONG internacional presente en mas de 100 paises que mejoro la vida de millones de ninos. Asi que la primera donacion a Save the Children fue del fiscal de la Corona britanica en el caso contra su fundadora. Por si eso fuera poco... Eglantyne habia ganado algunos corazones... aunque no todos. Al dia siguiente, la historia aparecio en todos los diarios importantes y, para aprovechar la publicidad, ella y Dorothy decidieron celebrar una reunion publica para la cual reservaron el recinto mas grande de Londres: el Royal Albert Hall. Acudio una multitud tan grande que no hubo sitio para alojarla, pero no todo el publico apoyaba su causa. Muchos las consideraban traidoras, y llegaron con bolsas llenas de frutas y verduras podridas para lanzarselas a las hermanas sediciosas. Cuando la voz de Eglantyne se elevo con pasion diciendo que seguramente era imposible que, como seres humanos, pudieran ver a ninos morir de hambre sin intentar salvarlos, los opositores guardaron sus papas y tomates en las bolsas y sacaron sus billeteras. Espontaneamente, hubo una recoleccion de dinero en todo el recinto que ayudo a Save the Children a salvar vidas en Viena. La frase de Eglantyne No tengo enemigos menores de 7 anos fue ampliamente difundida por el grupo y se convirtio en un lema para las campanas de recaudacion de fondos de la organizacion. En 1921 se mudo a la Ginebra politicamente neutral y translado alla la sede de la ONG que habia cofundado con su hermana. Y un domingo del verano siguiente, tras escalar el Mont Saleve, mientras admiraba la panoramica vista, tuvo un destello de inspiracion. Concibio el concepto de que todos los ninos en el mundo debian gozar de los mismos derechos humanos universales que hasta entonces los habia excluido, senala Mulley. Saco un lapiz y papel y redacto un acta de 5 puntos. Pronto se convirtio en representante voluntaria para el bienestar de la madre y el nino en la nueva Sociedad de Naciones, precursora de las Naciones Unidas. E impulso, a pesar de una enorme resistencia, lo que se conocio como la Declaracion de Ginebra sobre los Derechos del Nino, que abogaba por la proteccion, alimentacion y alojamiento de los ninos. El documento fue adoptado en 1924 por la Sociedad de Naciones; 65 anos despues, la ONU formalizo la Convencion sobre los Derechos del Nino. Es el instrumento de derechos humanos mas universal de la historia: fue ratificado por todos los paises del mundo salvo uno (EE.UU.). Y sigue siendo enormemente influyente para la organizacion de todo tipo de instalaciones estatales, y tambien en los fundamentos del derecho a una infancia sana y segura, al derecho a refugio, a jugar, a la comida, a los medicamentos y a una vida plena, ilustra la autora. Eglantyne Jebb fallecio en 1928, a los 52 anos de edad. Importa que a Eglantyne no le gustaran los ninos?, se pregunta Mulley. Ella los respetaba como individuos, como seres humanos, y eso si importa: cambio la forma en que el mundo entero ve, considera y trata a sus ninos, concluye. *BBC Mundo - Alex von Tunzelmann.

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