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Gualeguaychu » Infoner
Fecha: 24/12/2025 22:24
Gabriel Garcia Marquez, una de las plumas latinoamericanas mas prolificas y elogiadas en el siglo XX, fallecio el 17 de abril de 2014, pocos dias despues de haber cumplido 87 anos. Ademas de su pasion por el periodismo y la literatura, consideraba que el futbol era un gran espectaculo. Aunque nunca fue muy dado a las actividades fisicas, practico futbol en sus anos de bachillerato en el Liceo Nacional de Varones de Zipaquira, donde solia jugar como defensor. Varios anos despues, cuando fue jefe de redaccion del semanario Cronica en Barranquilla, escribio una serie de perfiles sobre futbolistas reconocidos de la region, a quienes invitaba a beber ron blanco y a interesarlos en la literatura en un bar que quedaba frente al estadio del Junior, su equipo ademas de la Seleccion de Colombia. A seis anos de su partida, lo recordamos con este ingenioso y futbolero relato del recordado escritor gualeguaychuense Luis Lujan, El Gabo la rompe, que ubica al gran literato en tierras entrerrianas y con una pelota debajo de la suela. Corria el ano 1967, era la una de la tarde y el verano aun se hacia sentir. Nosotros estabamos precalentando en la cancha de enfrente al boliche porque teniamos un partido desafio. Vimos que en la banquina de la ruta se detenia una inmensa nube de vapor. Nos acercamos y comprobamos que el origen de la nube era un automovil recalentado. Vimos a traves de la nebulosa que unos metros mas alla un senor morocho de bigotes negros y tupidos se habia bajado del auto y de brazos cruzados miraba resignado. Vinimos todos los de nuestro equipo La Chancha Atada; los demas, es decir los contrarios, no habian llegado. Detras del hombre que observaba su auto (inutilizable por el momento), se extendia Ceibas City, el boliche del pueblo, y una docena de parroquianos dispuestos a ver el partido debajo del alero. Nos acercamos con cierto temor. El Petiso Garcia, marcador de punta, al ver semejante caos exclamo: fooo che va a reventar esto. Los demas expresaban su asombro con frases cortas y pertinentes. El hombre miraba su automovil todavia humeante y nos miraba como lo rodeabamos. A los pocos minutos comenzo la charla: Que le paso don?. No se se calento, dijo y continuaron las hipotesis por parte de los jugadores que, cada vez, arriesgaban mas sus comentarios Capaz que es el tapon de la nafta que esta flojo, dijo Fuyito, que no tenia ni idea. Puede ser la bateria, agrego Chancho Colorau que tampoco la embocaba, ni con el balon, ni con la mecanica. El hombre escuchaba y asentia callado como para no echar al infierno a esa horda que intentaba colaborar con alguna idea esclarecedora. Yo tenia un auto que andaba a pila, dijo el Rengo Charles y cuando le preguntaron: Como a pila?. Agrego: Si con una pila de boludos que empujaban. El hombre sonrio por primera vez, pero sin festejar mucho el chiste. Fue hasta el auto, levanto en capot, miro unos minutos hasta comprobar que de motores no sabia nada. Al rato hablo. Con un tono de voz y una manera extrana, pregunto si habia en este pueblo un taller mecanico. Lo miramos y cinco a la vez respondimos: Aca a la vuelta Taller El Dios. Pero hoy no atiende, me apure de decirle, porque hoy es sabado y el Dios los sabados no abre su taller. Abrio grandes sus ojos, fruncio el ceno y dijo para sus adentros: Guacala, sera posible. Pregunto donde vivia, le indicamos y le dijimos que no se haga ilusiones, que los sabados se dedicaba a curar y entonces dijo: Si es asi que cure mi carro, y se fue a convencer al Dios. Nos quedamos comentando su manera extrana de hablar. Piluncho Amarillo dijo: Debe ser aleman; que va a ser aleman es paraguayo, agrego Palito Ferreyra y continuo la deliberacion acerca de su nacionalidad. Media hora mas tarde regreso. Y?, le preguntamos. El hombre esbozo una mueca amarga y respondio: Lo va a curar despues de la misa. La misa final era a las siete de la tarde asi que el forastero tendria unas cuantas horas de espera y no le quedaba otra que confraternizar con los jugadores del club, con quienes de alguna manera ya habia trabado amistad. Luego comenzo el interrogatorio: De donde es usted es paraguayo no es cierto?, le preguntaron Colombiano, respondio a secas. Y de donde viene paande va? Vengo de Buenos Aires y voy para Brasil. Sabe que yo le veo cara de conocido, infirio Vizcacha contenta mientras se ataba los cordones de los zapatos y agrego: Como se llama uste? Yo lo he visto antes Gabriel Garcia Marquez, dijo el hombre y Vizcacha exclamo: Aaaaah mire uste pero claro uste es el del diario el escritor Si, dijo Garcia Marquez y Vizcacha agrego: Pero hay que estar al bien pedo paser escritor no es cierto y le pregunto: Juega al fubol tambien? Porque le vio pinta de nueve. Justo el jugador que nos faltaba para el partido. Casi nada, dijo y fue suficiente, de inmediato nuestros jugadores empezaron a convencerlo de que pateara para nosotros, que despues si andaba bien ya lo dejariamos de titular, y no se cuantas cosas mas le ofrecian para que aceptara el puesto. El colombiano se nego por un buen rato, dijo que hacia mucho que no jugaba, que estaba viejo, que la madre en coche, pero de a poco su negativa se fue debilitando. Hasta que accedio. Le habian caido bien chevere esos buenotes del equipo nuestro y como tenia la tarde libre Para todo esto ya el equipo desafiante estaba en el campo de juego y el referi habia llamado reiteradas veces. De apuro le encajaron la camiseta numero 9, y con unos pantalones que traia, no muy adecuados que se diga, con bolsillos a los costados y eso, salio al ruedo junto con los demas integrantes de La Chacha Atada ante la ovacion de los diez o doce hinchas apoyados en la pared del boliche. Comenzo el partido y el colombiano entro a brillar. Una, porque de nueve jugaba muy bien, y otra, porque los desgraciados de mis companeros, que no le dan un pase ni a Cristo, a el se la daban servida porque era forastero o que se yo por que. La cuestion es que Garcia Marquez, engolosinado por el exito que hasta ese momento tenia, entro a hacer firuletes, gambetas cortas, la pisaba, se la mostraba y se la escondia, y los contrarios pasaban de largo como colectivo lleno. Pero a la hora de definir hacia agua, no la metia y no la metia. Mas tarde, a tres metros del arco, ensaya un violento remate que dio en el travesano y a consecuencia de ese rebote los contrarios se fueron al ataque y entraron como Pedro por su casa a nuestro arco. 1 a 0, resultado mentiroso para el primer tiempo. Pitazo del juez y afuera de la cancha a descansar cinco minutos. El tecnico nuestro, Miringa Churruarin, se encontraba debajo del alero del boliche y desde ahi dirigia. Llamo a sus jugadores que fueron de inmediato, no por las indicaciones sino porque se estaba mandando un cervecita bien fria y ahi les dio, cerveza y consejos. Busquen el claro muchachos si te la da, se la das pero con precision viste y calladitos la boca porque este arbitro, ustedes saben, siempre nos tira al bombo y cobra a favor de los otros Miringa pidio mas cerveza. Y vos como te llamas?, pregunto el tecnico al nueve nuevo. Digame Gabo nomas, respondio Gabo y se dispuso a escuchar las instrucciones A vos te voy a cambiar de puesto vos ahora vas de 10, me gustaste para armador y pegale, prendele de media distancia si tenes angulo prendele al arco entendiste Coso como era que te llamabas vos?, dijo Miringa y el colombiano le respondio: Gabo, o digame Coso si no se acuerda. A Miringa le sono mucho mas Coso que Gabo, asi que le dio la ultima premisa: Vos Coso ya sabes escucha esto hoy hay que ganar, cueste lo que cueste. Y el equipo salio a la cancha, envalentonado ahora por la charla del tecnico y por la nueva adquisicion del equipo: Coso. Eso es lo que tenemos aca, los bautizamos enseguida. Sacamos nosotros, dos o tres toques atras y me llega un pase veo que el Gabo se proyecta por el margen derecho y le meto un pelotazo en profundidad. El Gabo se eleva, la baja de pechito entre dos marcadores y la duerme. Con la pelota muerta amaga a la derecha y engancha para la izquierda y Ole!, grito la hinchada desde abajo del alero porque el colombiano hizo pasar de largo a dos de ellos. Y le dio de zurda, frenetico bombazo que entro en el angulo izquierdo. La metiste donde anidan las aranas, Coso, grito Miringa y volco la cerveza recien comprada. Gran festejo en medio de la cancha y el Gabo me dice: Que buena vaina me diste Chico, y me abrazo emocionado. Despues del gol empezamos a dominar. El colombiano enloquecido iba y venia. Resulto ser un jugador de fuste, muy delicado en el trato del balon y con mucha prestancia. En una que los contra revientan una pelota complicada, Gabo se acerca y me comenta: El empate es un resultado de mierda, compadre Vamos a meterle otro. Pero claro, don Coso, le dije, porque ya me habia mimetizado con el lenguaje del tecnico que gritaba y gritaba desde el boliche. Hacen el lateral y Gabo disputa una pelota. La gana. Avanza hacia el arco, le salen tres y hace una bicicleta espectacular que deja a los contra mirando la fiambrera como los gansos de Cuadra La bicicleta viene de arriba, cabeceo el balon y se lo pongo cuatro metros adelante, bruta pared y Coso que venia en carrera se eleva y la baja en el aire con el empeine derecho, cuando toca tierra, corre dos o tres pasos solo con la pierna izquierda mientras que en la derecha lleva en balon adormecido. Lo marcan dos. Amaga para ambos costados. Mueve la pierna en la que llevaba la pelota con movimientos laterales y despista a los marcadores. Se da cuenta que acompano por el otro lado. Amenaza al arco pero me la pasa, se la devuelvo por la misma y Gabo queda solo frente al arquero. Indica con todo el cuerpo que le va a pegar y el arquerito vuela para tapar y Gabo (grande Maestro!) entra caminando en direccion al gol. Me ve que estoy contra el palo y me pregunta: Queres hacerlo?. Le hago senas que no y el Gabo empuja la pelota al fondo de la red. Le ganamos 2 a 1 a Los Lagartos del Medano con dos golazos del colombiano y despues vino el festejo en el boliche como corresponde. La tarde se alargo entre comentarios y risas hasta que aparecio El Dios con el auto reparado. El colombiano se despidio y dijo de tenia que continuar su viaje hacia el norte. Lo bueno de aquella tarde fue que ganamos bien y Los Lagartos quedaron calientes como siempre. Lo malo de aquella tarde fue que Gabriel Garcia Marquez no quiso aceptar la titularidad en nuestro equipo a pesar de las tentadoras ofertas que le hicimos Increible.
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