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» TN
Fecha: 24/12/2025 20:03
Tor lleva guardapolvo, pero no firma recetas. Aun asi, es el Dog-Tor mas solicitado de la Clinica Monte Grande. El cachorro tiene cinco meses, cuatro patas y una mision clara: acompanar emocionalmente a pacientes que atraviesan internaciones dificiles. Desde que llego, transformo pasillos, salas de espera y habitaciones. Y tambien a las personas que las habitan. La historia de Tor, sin embargo, empieza lejos de Monte Grande, en Barcelona. Alli, durante un intercambio con el Hospital Sant Joan de Deu, el CEO de la clinica, el doctor Carlos Santoro, conocio un programa de acompanamiento terapeutico con animales. Vimos como trabajaban, como los entrenaban, todo el circuito. Volvimos fascinados, ya pensando como implementarlo aca, recordo en dialogo con TN. Lee tambien: Perro Bueno: asi es el vino que dona parte de sus ganancias a refugios de animales en Mendoza y Buenos Aires Al volver, la propuesta se presento ante el comite cientifico de la institucion y hubo evaluaciones, protocolos y analisis de seguridad. Poco a poco, el sueno de tener un perro para acompanar a pacientes se hizo realidad. Tor llego al proyecto con apenas 45 dias de vida. Es un cachorro labrador y hoy forma parte de los programas de cuidado humanizado del sanatorio, que ya incluian la iniciativa Patitas que sanan, mediante la cual pacientes con internaciones prolongadas pueden recibir la visita de sus propias mascotas. Como ya veniamos teniendo experiencias muy emotivas y positivas con ese programa, pensamos que tener un perro propio podia ampliar ese impacto, explico Brenda Duperre, medica pediatra, infectologa y jefa del Departamento de Procesos, Calidad y Seguridad de la clinica. El primer dia que Tor piso el centro de salud fue, segun Duperre, una revolucion. Ver un cachorro en una sala de internacion cambia la vibra emocional. No solo de los pacientes, tambien de todos los que trabajamos aca, sostuvo. Pero la llegada de Tor no fue improvisada. Implico una logistica compleja: consultas con veterinarios y entrenadores, adaptacion a ruidos, circulacion de personas y protocolos distintos a los de una mascota. Tor no es un perro domestico. Es un perro de trabajo que se mueve en el ambito hospitalario y tiene una funcion muy clara, remarco Duperre. Hoy, con cinco meses, Tor esta en pleno entrenamiento: aprende ordenes basicas, control de esfinteres y, sobre todo, a leer a los pacientes. Asi como el aprende, nosotros aprendemos a leerlo a el. Tor da senales y tenemos que interpretarlas y actuar en consecuencia, detallo la medica. Para acompanarlo en la clinica, se creo un equipo de voluntarios, bautizado con humor como la Tor Patrol, por la serie animada Paw Patrol. Esta integrado por trabajadores de distintas areas que se capacitan y acompanan sus recorridas, muchas veces fuera de su horario laboral. Tor hace visitas por pasillos, salas de espera y habitaciones. Acompana tanto a pacientes pediatricos como a adultos, y todos siempre lo reciben con una alegria inmensa. En una de sus intervenciones, el cachorro se llevo la atencion de Ian, un nene que estaba internado en la clinica, y a quien le robo varias sonrisas. Sus padres, Javier y Tamara, estuvieron felices con su llegada. Consideramos que este tipo de terapia con perros esta buenisima porque el perro en si es incondicional, dijeron en dialogo con TN. Y remarcaron: A los chicos les cambia el animo, les hace pasar un momento un poco mejor de lo que estan pasando. Uno de los casos de exito que mas marco al equipo fue el de un paciente joven que llevaba casi tres meses internado y atravesaba un cuadro de depresion. No queria comer, no queria banarse, no queria levantarse de la cama. Decidimos hacer una intervencion con Tor y fue increible, conto. Al dia siguiente, el paciente estaba sentado y desayunando, mientras esperaba a Tor. Despues de recibir el alta, volvio a la clinica solo para llevarle un regalo al cachorro. Eso nos confirma que vamos por el buen camino, expreso Duperre. Que tiene Tor que no puede ofrecer ninguna otra terapia? Para la medica, la respuesta es clara: El amor de un perro es genuino. No tiene segundas intenciones, no miente, no juzga. Esa interaccion baja la ansiedad, reduce el miedo y genera un cambio real. En ese sentido, Santoro coincide: Vos podes darle todo al paciente, pero si no tiene animo, si no tiene voluntad, es muy dificil. Tor vino a completar ese acompanamiento emocional que a veces no alcanza solo con la medicina. El impacto de la llegada de Tor tambien se siente puertas adentro. Cambio completamente el clima laboral, aseguro Duperre. Para Santoro, incluso llego a ser un mediador inesperado. En reuniones donde hay tensiones, aparece Tor y baja todo. Trae paz, dijo entre risas. Si bien aun es cachorro y no vive las 24 horas en la clinica, ya se le esta preparando un espacio propio para que sea su hogar definitivo. El futuro, aseguran, dependera de su evolucion y de la demanda, que no deja de crecer. Con un solo Tor quizas no alcance, admitieron. Lee tambien: La revolucion pet-friendly: ocho de cada diez hogares argentinos conviven con perros y gatos Mientras tanto, en Monte Grande, un perro sin estetoscopio sigue demostrando que la medicina tambien puede tener cuatro patas, una mirada complice y una capacidad unica para sanar desde otro lugar.
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