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» El Esquiu
Fecha: 24/12/2025 14:11
A horas de un nuevo festejo La otra cara de la Navidad: el cementerio, lleno de flores, recuerdos y silencios Mientras muchos celebran en familia, otros eligieron pasar parte de la Nochebuena visitando a sus seres queridos en el Cementerio Municipal. Flores, lagrimas, charlas intimas y memoria viva marcaron una jornada cargada de emocion, segun relataron vecinos en dialogo con El Esquiu Play.La Navidad no se vive igual para todos. En las horas previas a la Nochebuena, el Cementerio Municipal fue escenario de un fuerte movimiento de personas que, lejos del ruido festivo, se acercaron a recordar, honrar y acompanar a quienes ya no estan fisicamente, pero siguen presentes en la memoria. Graciela Susana llego con flores en la mano y el corazon lleno de recuerdos. Vengo a ver a mis padres y a mis dos hermanos. El dia 31 es mi cumpleanos, y gracias a ellos estoy viva. Por eso siempre vengo, conto emocionada. Para ella, la Navidad no es solo brindis y abrazos: Tambien es venir a verlos a ellos. Con la voz quebrada y los ojos brillando, relata: Han sufrido mucho, enfermedades, dolor, angustia. Yo solo les pido paz paz y salud para poder seguir viniendo a verlos, expreso. Mas tarde, pasara la Nochebuena junto a su marido y su hijo, llevando consigo ese momento intimo que vivio entre flores y recuerdos. Afuera del cementerio, Graciela vendedora de flores describio otra postal de la crisis. Mucho movimiento, pero poca venta. La gente pregunta el precio y sigue, explico. Los ramitos se venden a 3.000 pesos, pero el balance del ano es duro: Muy pobre. Es el primer ano que estamos asi. Entre quienes ingresaban al camposanto estaba Diego, acompanado por su familia y sus hijos. Venimos a saludar a los familiares que ya no estan, dijo. Para ellos, la visita tambien tiene un sentido profundo: ensenar respeto y amor a las nuevas generaciones. Es inculcarles respeto por los seres queridos que se fueron, remarco. En su caso, visitaron al padre de su esposa y a un hijo recien nacido. Luego, continuarian con los preparativos para la noche, intentando pasar la fiesta lo mejor posible. Marta, otra de las vecinas que se acerco al lugar, aporto una mirada distinta, atravesada por la fe. Recordo a su hermana, fallecida hace un ano, y a sus padres. Venimos con alegria, porque se que estan en un lugar mejor, expreso. Y agrego: Nada puede opacar el nacimiento de nuestro Senor Jesucristo. El es quien nos da la fortaleza para seguir. Entre lagrimas, flores y palabras dichas al oido, el cementerio se transformo en un espacio donde la Navidad tambien existe, pero desde otro lugar. Una Navidad mas silenciosa, mas intima, donde el amor no se olvida y la ausencia se convierte en recuerdo. Una postal que muestra la cara menos visible de las fiestas, pero quizas una de las mas humanas.
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