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» Comercio y Justicia
Fecha: 24/12/2025 09:21
En un contexto mundial marcado por la fragmentación geopolítica, las tensiones comerciales y una reconfiguración acelerada de las cadenas globales de suministro, Sudamérica emerge nuevamente como un actor estratégico en el tablero financiero internacional. Así lo plantea el último informe Outlook 2026 del banco de inversión estadounidense JP Morgan, que dedica un análisis específico al renovado protagonismo de la región como proveedora de insumos críticos para la economía global, especialmente en el marco del explosivo desarrollo de la inteligencia artificial (IA). El documento subraya que, en un escenario de “fragmentación global” —donde la globalización clásica cede paso a bloques comerciales más cerrados y a estrategias de diversificación de riesgos—, los países sudamericanos poseen una dotación de recursos naturales que los convierte en piezas difíciles de reemplazar. “Sudamérica posee muchos de los insumos de los que depende la economía global”, afirma el informe, destacando minerales críticos, energía y metales esenciales para la transición energética y las nuevas tecnologías digitales. Dentro de este panorama regional, la Argentina ocupa un lugar de privilegio gracias a dos activos estratégicos: Vaca Muerta, una de las mayores reservas de hidrocarburos no convencionales del mundo, y sus vastas reservas de litio, mineral indispensable para baterías de vehículos eléctricos y almacenamiento de energía renovable. Carrera por minerales críticos. El caso del litio JP Morgan coloca al litio como uno de los ejes centrales de su análisis. El informe recuerda que Chile y Argentina ocupan los puestos uno y tres a nivel mundial en reservas de litio económicamente explotables. Juntos, ambos países forman parte del llamado “triángulo del litio” junto con Bolivia, que concentra más del 60% de los recursos identificados globales. Esta posición privilegiada ha atraído inversiones significativas tanto de empresas estadounidenses como chinas en los últimos años. “Inversiones recientes de empresas estadounidenses y chinas en el sector del litio argentino forman parte de la carrera por asegurar el suministro”, señala el documento. En un mundo donde la demanda de litio se proyecta multiplicar por diez hacia 2030 —impulsada por la electrificación del transporte y el almacenamiento masivo de energía—, contar con acceso seguro a este mineral se ha convertido en una prioridad de seguridad nacional para las grandes potencias. El banco destaca que la fragmentación geopolítica acelera esta carrera: Estados Unidos busca reducir su dependencia de cadenas asiáticas dominadas por China, mientras que Pekín consolida su presencia en América del Sur para garantizar abastecimiento a largo plazo. En este juego de equilibrios, Argentina aparece como un proveedor neutral y atractivo, capaz de negociar con ambos bloques. Vaca Muerta: interés global El segundo pilar del análisis es la energía, que JP Morgan identifica como una restricción estructural para el despliegue masivo de la inteligencia artificial. El entrenamiento y operación de modelos de IA de gran escala demandan cantidades crecientes de electricidad —se estima que los centros de datos podrían consumir hasta el 8% de la energía global hacia 2030—, lo que convierte a fuentes confiables, abundantes y competitivas en un activo estratégico. En este contexto, el informe dedica una mención explícita a Vaca Muerta: “La formación de shale de Vaca Muerta en la Argentina está atrayendo un interés renovado de las principales compañías energéticas globales”. El banco interpreta este regreso de las majors internacionales como una respuesta directa a la necesidad de diversificar fuentes de suministro de gas natural y petróleo, especialmente en un escenario donde Estados Unidos prioriza su producción interna y Europa busca alternativas al gas ruso. Vaca Muerta no sólo ofrece reservas de clase mundial —segunda en shale gas y cuarta en shale oil a nivel global—, sino que cuenta con infraestructura en expansión, costos competitivos y un marco regulatorio que, bajo la administración actual, ha mejorado significativamente la atractividad para inversores extranjeros. El Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) y la estabilidad macroeconómica relativa de 2025 han sido factores clave en esta reapertura del interés. Sudamérica en el nuevo orden comercial Lejos del paradigma de globalización irrestricta de décadas pasadas, JP Morgan invita a “pensar en fragmentación, no en globalización”. En este nuevo esquema, Sudamérica mantiene relaciones comerciales intensas tanto con Estados Unidos como con China, actuando como un puente en un mundo bipolar. La región concentra cerca del 40% de la producción mundial de cobre —con Chile representando el 27%— y lidera en otros minerales como la plata (Perú tiene las mayores reservas globales). Esta dotación la posiciona como proveedor indispensable en la transición hacia una economía descarbonizada y digitalizada. Argentina, con su combinación única de litio e hidrocarburos no convencionales, se beneficia doblemente: por un lado, del boom de los minerales para baterías; por otro, de la demanda sostenida de gas natural como energía de transición y respaldo para renovables intermitentes. Implicancias para la Argentina El informe de JP Morgan no sólo diagnostica una oportunidad global, sino que envía una señal clara a inversores institucionales: los activos argentinos en energía y minería crítica se están revalorizando en un contexto de reordenamiento mundial. Esta visión coincide con el creciente flujo de anuncios de inversión en Vaca Muerta —nuevos proyectos de Chevron, Shell, Total Energies y YPF— y la aceleración de desarrollos litíferos en Salta, Jujuy y Catamarca, con empresas como Ganfeng, Livent y Rio Tinto ampliando sus operaciones. En resumen, el Outlook 2026 de JP Morgan instala a la Argentina en el centro del mapa de inversiones globales por méritos propios: sus recursos no son meras commodities, sino piezas estratégicas en las cadenas de valor del siglo XXI.
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