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» Jujuy al momento
Fecha: 23/12/2025 20:24
En el análisis vemos que la salida de Miriam Serrano de Educación parece ser el único fusible que saltó por presión social y gremial, una suerte de ofrenda de paz ante el desgaste electoral, pero que no altera el ADN del gobierno. Para Morales más poder, para Sadir solo maquillaje Los cambios impulsados por el gobernador Carlos Sadir, nos obligan a preguntarnos si estamos ante una renovación genuina o simplemente ante un cuidadoso ejercicio de “gatopardismo”, donde se cambia algo para que, en el fondo, nada cambie. Resulta fascinante, y a la vez preocupante, observar cómo la "columna vertebral" del esquema de Gerardo Morales permanece inalterable bajo la gestión de Carlos Sadir. La continuidad de figuras como Freddy Morales en la jefatura de gabinete, Abud Robles en el manejo de la caja y Mario Pizarro en Energía, pese al papelón electoral de este último, sugiere que el poder real no cambio de piel, sino que se ha blindado. Estamos hablando de un ecosistema de lealtades que trasciende los resultados en las urnas y que se consolida con la designación de Diego Cussel en la fiscalía de Estado que vendría a ser el sello de la alianza estratégica entre Sadir, morales y Rubén Rivarola. El statu quo se presenta entonces como una estructura de hierro. Pero quizás lo más revelador de esta desconexión entre el despacho y la calle aparece en el ministerio de Ambiente. Las declaraciones del nuevo ministro, Leandro Álvarez, admitiendo que tras una década de gestión la basura sigue inundando las rutas, no son solo un "sincericidio", sino una confesión de ineficiencia compartida. Si él fue parte del equipo de María Inés Zigarán durante todo este tiempo, ¿cómo es que recién ahora descubre el paisaje de los micro basurales? El planteo es letal: no se trata solo de conocer las oficinas, sino de rendir cuentas sobre créditos millonarios que no se tradujeron en soluciones visibles para el jujeño de a pie. En definitiva, lo que este análisis nos sugiere es que el gabinete de Sadir no busca un nuevo horizonte, sino que es una guardia pretoriana diseñada para garantizar la continuidad de un modelo que, aunque cambie de nombres secundarios, mantiene intactos sus centros de gravedad y sus cuentas pendientes con la sociedad. Esta perpetuación del esquema de poder bajo el mando de Carlos Sadir no es un hecho neutral, sino que proyecta consecuencias directas y sombrías sobre una sociedad jujeña que ya arrastra un cansancio crónico. Al mantener intacta la estructura ideada por Gerardo Morales, el mensaje que se le envía al ciudadano de a pie es de una profunda desolación: la política se ha convertido en un circuito cerrado donde el mérito o la eficiencia no cuentan, sino la lealtad ciega al círculo rojo. El impacto social más inmediato será la profundización de la desconfianza en las instituciones, porque cuando la gente ve que los mismos nombres que fracasaron en áreas críticas como energía o que no pudieron resolver el problema de los basurales a pesar de los fondos millonarios simplemente rotan de sillón, se rompe el contrato social. Esta falta de renovación real va a generar un clima de mayor conflictividad, ya que los sectores sociales y gremiales entenderán que no hay interlocutores nuevos, sino los mismos guardianes de siempre cuidando los negocios de una élite. El riesgo es caer en un letargo institucional donde la gestión pública se asfixia bajo el peso de los compromisos políticos, postergando soluciones urgentes en salud, infraestructura y seguridad. La sociedad percibe que el gobierno vive en una burbuja de "fueros y cajas" mientras las rutas siguen tapadas de basura y el bolsillo del trabajador no aguanta más. En el largo plazo, este reparto de poder que ignora el mandato de cambio de las urnas solo puede conducir a una mayor polarización y a un resentimiento social que tarde o temprano pasará factura, porque no se puede gobernar indefinidamente de espaldas a la realidad de los barrios y los pueblos de nuestra provincia, simplemente maquillando con nombres nuevos una estructura que se niega a rendir cuentas y a oxigenarse. Te puede interesar - - opinión -
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