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» D24ar
Fecha: 23/12/2025 20:24
China ha conseguido algo que parecía imposible con una máquina capaz de convertir ondas invisibles en energía pura. No es la primera vez que la humanidad es testigo de un invento que parece salido de la ciencia ficción. Los avances en materiales y las nuevas aplicaciones de ingeniería hacen que aquello que creíamos conocer se nos escape de las manos. En su lugar, llegan nuevas máquinas, nuevos proyectos y nuevas realidades. Formas de energía que nunca pensamos que existirían Tras el hallazgo de una fuente de energía ilimitada en Argentina, el foco está puesto sobre China y su invento revolucionario. Hace un tiempo atrás, la humanidad solo tenía ojos para la empresa británica Pavegen y sus baldosas capaces de captar la fuerza motriz de cada paso para convertirlo en electricidad. En estos momentos, la perspectiva es mucho más amplia. Tanto que ya hemos visto cómo los goles son capaces de dar luz. Eso fue lo que mostró Jessica O. Matthews, una estudiante de Harvard. De nacionalidad estadounidense-nigeriana, se dio cuenta de varios aspectos duros de la vida en Nigeria. Por un lado, presenció la falta de un suministro eléctrico estable para sus habitantes y, por otro, la profunda pasión que los habitantes tenían por el fútbol. Al fusionar estos dos conceptos en su mente, surgió el Soccket, un balón creado por la empresa Uncharted Play. Almacena la energía cinética contenida para después abastecer una lámpara led. Otro invento que dejó al ecosistema energético sin palabras fue el de Pablo Vidarte, uno de los fundadores de la startup catalana Bioo. Se propuso lograr que las hojas de las plantas hicieran «el trabajo por nosotros». Después de intentarlo varias veces sin éxito, logró una maceta capaz de cargar el móvil. Una tecnología que permite generar energía tomando los electrones que se producen durante la fotosíntesis de las plantas. China logra lo imposible, por increíble que parezca Al ver pasar proyectos tan llamativos y diferentes, resulta difícil para la sociedad sorprenderse con las nuevas propuestas, pero China parece haberlo logrado. Un grupo de científicos chinos ha creado un prototipo de bomba de calor termoacústica que sube la temperatura de 14ºC por encima de 270ºC sin piezas móviles. Durante más de un siglo, la industria ha tenido que hacerle frente a una barrera prácticamente invisible, pero de gran importancia: cómo convertir el calor de baja calidad en energía térmica de alta temperatura sin utilizar una gran cantidad de combustibles fósiles. Según el portal SCMP, los 200ºC determinaban el tope práctico. Cualquier número superior demandaba quemar gas, carbón o derivados del petróleo. Una realidad que hoy cambia por completo. Un grupo de investigadores de la Academia China de Ciencias (CAS) ha conseguido romper ese techo térmico con una bomba de calor termoacústica capaz de brindar 270ºC partiendo de una fuente de apenas 145ºC. Para lograrlo, no usó compresores ni engranajes. Solo recurrió a la física, el sonido y un diseño termodinámico. Cómo funciona la máquina que convierte ondas invisibles en energía pura Las bombas de calor convencionales basan su funcionamiento en la compresión y expansión de los fluidos. Son eficaces, pero tienen límites claros cuando la temperatura aumenta. El proyecto de China pasa a otro nivel. Usa ondas acústicas internas en el interior de un circuito cerrado de gas para llevar la energía térmica de áreas frías a zonas muy calientes. El centro del sistema es una bomba de calor Stirling termoacústica, una versión avanzada del ciclo Stirling. No recurre a pistones mecánicos, sino a un movimiento que produce un campo acústico controlado eléctricamente. Como resultado, queda una máquina con un menor grado de desgaste, una mayor estabilidad y una operabilidad a temperaturas en las que la mecánica «de siempre» presenta fallas. Además, el prototipo agrega una configuración de doble acción con fase inversa, lo que permite intercambiar funciones entre los focos caliente y frío. Pero la hoja de ruta del equipo de China es aún más ambiciosa. Desean la presencia de bombas de calor capaces de aportar calor sin emisiones hasta 1300ºC antes del año 2040. Una máquina que convierte ondas invisibles en energía pura a un nivel desconocido. En paralelo, Argentina perforará el planeta para extraer la energía que brota del núcleo.
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