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Parana » Entremediosweb
Fecha: 23/12/2025 17:32
A partir de un caso registrado el domingo por la noche, aproximadamente a las 23.30, se encendió la alarma en Concepción del Uruguay. Fue la muerte de un perro la que alertó por la presencia de sapos tóxicos en la localidad del sur entrerriano. En esta oportunidad fue una Clínica Veterinaria de la ciudad la que informó sobre un hecho particular para concientizar a los vecinos. Explicaron que el domingo 21 por la noche recibieron un caso de urgencia de un perrito de raza Dachshund (salchicha) de cinco años que llegó a la clínica sin vida. Los profesionales indicaron que 15 minutos después del suceso lamentable recibieron el llamado de los mismos tutores. Esta vez indicaron que la otra perra que tenían empezó con síntomas similares: convulsiones, desorientación, pupilas dilatadas (Midriasis), taquicardia y taquipnea (respiración y latido cardíaco acelerados), mucosas hiperémicas (rojas) e hipertemia (temperatura superior a los 41° C). Frente a esa descripción, los tutores de la perra comenzaron a buscar una causa tóxica al mismo tiempo que los especialistas atendían a la perra de raza Pitbull llamada “Lulu”. Un sapo En su patio encontraron rápidamente un sapo al que le tomaron fotografías para enviárselas a los especialistas. Este hallazgo permitió iniciar el tratamiento adecuado para su mascota. En horas de la tarde del día siguiente, luego de una evolución favorable, la perra que se encontraba intoxicada recibió el alta, aunque sigue con controles. Explicaron que se trató de una bufotoxina a la que la segunda perra resistió de mejor manera debido a su tamaño o por haber recibido una menor dosis. Bufotoxina La bufotoxina es el veneno que producen todos los sapos. Sin embargo, es especialmente peligroso si se trata de un Rhinella Marina (sapo de caña) como el que parece observarse en la fotografía. Estos sapos son de gran tamaño, ya que pueden alcanzar hasta 20 centímetros, y tienen un color pardo amarillo mezclado con verde. No es una especie común que aparece en los patios, sino que son más típicos de zonas del norte, tropicales. Es por eso que sorprende más el hecho de que los perros afectados por este sapo pertenecen a una casa de la zona céntrica de la ciudad. El veneno que secretan sale de unas glándulas que poseen arriba y detrás de los ojos. Su consistencia es lechosa y es blanquecino. Puede caer hacia ojo, nariz y boca del animal que esté atacando al sapo. Para prevenir su ingreso a las viviendas es importante tapar bien las rejillas y controlar que no estén rotas. En caso de contacto, lo primero que debe hacerse es lavar bien con agua tanto boca como ojos, con el fin de evitar que siga entrando veneno al tracto digestivo. El traslado hacia una veterinaria debe ser inmediato: el veneno puede matar en minutos.
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