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» El cordillerano
Fecha: 23/12/2025 15:11
Se separaron y acordaron qué hacer con los óvulos y embriones criopreservados Sin necesidad de un litigio judicial, acordaron cómo compartir el cuidado, organizar los viajes, afrontar los aspectos económicos y qué hacer con el material reproductivo preservado. El acuerdo permitió ordenar la vida cotidiana de las niñas a partir de un régimen de cuidado compartido, con una distribución equitativa de tiempos, responsabilidades y traslados. Se establecieron pautas claras para los días de semana, los fines de semana y las fechas especiales, con reglas pensadas para dar previsibilidad a la dinámica familiar. La movilidad fue uno de los puntos centrales. Ambas progenitoras se otorgaron autorizaciones recíprocas para viajar con las hijas tanto dentro como fuera del país, con plazos determinados y la obligación de informar previamente. El convenio también contempló viajes individuales, con límites temporales definidos. El entendimiento avanzó además sobre un aspecto poco frecuente en este tipo de acuerdos familiares: la situación de los óvulos y embriones criopreservados. Las partes resolvieron su destino de manera expresa, adjudicándolos a una de las progenitoras, quien asumirá de forma individual los costos de conservación. La otra mujer prestó su consentimiento y renunció a cualquier derecho o responsabilidad futura vinculada a ese material. En el plano económico, se fijó una prestación alimentaria mensual con un monto significativo y actualizaciones periódicas conforme a los índices oficiales. El pago quedó establecido mediante depósito en una cuenta judicial. La cobertura de salud de las niñas fue otro de los ejes del acuerdo. Ambas progenitoras asumieron en partes iguales el costo de la obra social o prepaga y se comprometieron a mantener una cobertura equivalente ante eventuales modificaciones. El convenio incluyó también una decisión expresa de no reclamar compensación económica derivada de la ruptura del vínculo. La división de los bienes comunes quedó fuera del alcance de la mediación y será resuelta de forma privada. La predisposición al diálogo y el acompañamiento de las mediadoras permitieron un abordaje integral del conflicto familiar, con acuerdos claros que abarcaron desde la organización cotidiana hasta decisiones sensibles vinculadas al futuro reproductivo y a la autonomía personal.
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