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CABA » Plazademayo
Fecha: 23/12/2025 13:38
Ruth Morton, una anglouruguaya de 97 años, reveló tras cuatro décadas de silencio su labor como espía británica durante la guerra de Malvinas. Reclutada a los 52 años, vigiló desde un edificio en ruinas en Mar del Plata los movimientos de los submarinos argentinos, continuando una herencia familiar de inteligencia que se remonta a la Segunda Guerra Mundial. Ruth Morton, una mujer de 97 años que reside actualmente en Montevideo, ha revelado un secreto que mantuvo oculto durante más de cuatro décadas: su labor como espía para el Reino Unido durante el conflicto de las Islas Malvinas en 1982. Según relata una crónica de EL PAÍS Uruguay, Morton fue reclutada a los 52 años para llevar a cabo una misión de vigilancia estratégica desde la propia costa argentina. Misión en Mar del Plata La operación se desarrolló en la ciudad de Mar del Plata, donde Morton se ocultó en un edificio antiguo y deteriorado ubicado estratégicamente frente a la base naval. De acuerdo con la información consignada por el medio citado, su tarea principal consistía en monitorear los movimientos de tres sumergibles argentinos: el ARA Santa Fe, el ARA San Luis y el ARA Santiago del Estero. Un detalle relevante en su testimonio es que Morton asegura haber visto a los tres submarinos salir al mar, a pesar de que registros históricos indican que el ARA Santiago del Estero no estaba operativo. No obstante, citando una investigación de la periodista Alejandra Conti en La Nación, se explica que este avistamiento podría deberse a una maniobra de simulación documentada en la que el buque fue remolcado a la superficie para hacer creer que estaba activo. Una tradición familiar de inteligencia El vínculo de Ruth Morton con el espionaje no fue circunstancial, sino una herencia familiar. EL PAÍS Uruguay detalla que su padre, Eddie Morton, ya realizaba tareas de inteligencia para los británicos durante la Segunda Guerra Mundial bajo la fachada de los ferrocarriles de capital británico en Uruguay. Incluso la familia estuvo involucrada en tácticas de distracción durante la batalla del acorazado alemán Graf Spee en 1939. En aquella ocasión, las hermanas de Ruth realizaban llamadas telefónicas, incluyendo una a la empresa estatal Ancap, con el fin de que fueran interceptadas por los alemanes para difundir información falsa sobre la llegada de una gran flota británica. Vida cotidiana y el final de la misión Durante los meses de abril a junio de 1982, Morton vivió en condiciones precarias, arrastrándose por el edificio en ruinas para no ser detectada y comunicándose mediante códigos cifrados desde teléfonos públicos. Según las fuentes, una de las anécdotas más singulares de su estancia fue su amistad con un carpincho viejo que habitaba en su lugar de vigilancia. La exespía relató en una entrevista realizada por Graham Bound para la BBC que este animal terminó salvándole la vida durante un ataque desde el mar en la etapa final de la guerra, al recibir un disparo que iba dirigido hacia ella. Tras este evento, Morton regresó a Montevideo, donde mantuvo su silencio hasta el día de hoy, afirmando con convicción que volvería a cumplir su labor si fuera necesario.
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