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» El Liberal
Fecha: 23/12/2025 09:02
Una compleja investigación federal permitió desarticular una organización criminal integrada por ocho personas, liderada por un abogado y su pareja, una mujer militar oriunda de Bolivia, acusadas de dedicarse al transporte de estupefacientes agravado por haber sido cometido de manera organizada por más de tres individuos, conforme a los arts. 5 inc. c y 11 inc. c de la Ley 23.737. La causa tramita ante el Juzgado Federal N° 2, a cargo del Dr. Sebastián Argibay, mientras que la investigación fue impulsada por la Fiscalía Federal N° 1, dirigida por el Dr. Pedro Simón. También te puede interesar: De acuerdo con lo reconstruido en el expediente, la banda operaba de manera estructurada y planificada, y estaba liderada por un abogado, Freddy Rubén Laura Tapia, oriundo de Buenos Aires, quien habría cumplido un rol central en la coordinación logística del transporte de la sustancia ilícita. La organización partió desde la Ciudad de Buenos Aires con destino a Bolivia, desde donde posteriormente retornaron al país divididos en distintos grupos, con el objetivo de no ser detectados ni vinculados entre sí. La maniobra, sin embargo, comenzó a desmoronarse cuando uno de los grupos fue interceptado por personal de la Policía de Nueva Esperanza, departamento Pellegrini. Ante el control, los ocupantes de una camioneta —registrada a nombre del hermano del principal imputado— se dieron a la fuga, lo que dio inicio a un amplio operativo policial. A partir de ese momento, se desplegaron rastrillajes en zonas rurales y montes cercanos, que culminaron con la detención progresiva de los integrantes de la organización. Durante esos operativos, tres de los imputados fueron hallados ocultos en el monte, intentando evadir a las fuerzas de seguridad. Con el correr de las horas, el resto de los miembros también fue localizado y detenido, hasta dar finalmente con el líder de la banda y su pareja, quienes fueron los últimos en ser aprehendidos. Narco abogado detenido Según consta en la causa, el 12 de enero de 2024, el abogado Laura Tapia y su novia arribaron a un control policial, y de inmediato intentaron darse nuevamente a la fuga. Tras una persecución, fueron interceptados y puestos a disposición de la Justicia Federal, completándose así la detención de todos los imputados. La investigación permitió además establecer que la organización no actuaba de manera aislada, sino que mantenía vínculos con otras bandas dedicadas al contrabando de estupefacientes, lo que refuerza la hipótesis fiscal sobre la existencia de una estructura criminal organizada, con roles diferenciados y una planificación previa del recorrido. En ese sentido, la Fiscalía Federal de Santiago del Estero logró acreditar que, si bien el hecho investigado ocurrió en enero de 2024, en diciembre de 2023 los imputados habían viajado previamente a la provincia de Santiago del Estero, con el objetivo de reconocer la ruta, detectar posibles controles policiales y definir lugares de alojamiento. El origen de los 27 kg. de cocaína de N. Esperanza En el marco de la investigación que tramita ante el Juzgado Federal N° 2, a cargo del Dr. Sebastián Argibay, la Fiscalía Federal N° 1, bajo la dirección del Dr. Pedro Simón, mantiene la hipótesis de que el abogado Freddy Rubén Laura Tapia y su pareja lideraban a la organización dedicada al transporte de estupefacientes. Según los fiscales y el magistrado, Laura Tapia habría desempeñado un papel central en la coordinación de la logística y en la adquisición de los 27, 500 kilogramos de cocaína. El abogado habría viajado a la provincia de Salta para comprar la sustancia ilícita, aunque fuentes del expediente indican que uno de los ciudadanos bolivianos involucrados señaló que el financiamiento de la operación provenía de un tumbero peruano domiciliado en la Villa 1-11-14, en Buenos Aires. Este dato refuerza la hipótesis fiscal sobre la existencia de una red de contactos que trascendía las fronteras nacionales. Tras la compra, los imputados ascendieron a varios jeeps para iniciar el viaje de retorno hacia el país, con un recorrido que incluía rutas peligrosas y la división de los grupos para evitar ser detectados por las fuerzas de seguridad. Sin embargo, el operativo se vio interrumpido en la localidad de Nueva Esperanza. Una banda narco que realizó tareas previas en Santiago El análisis fiscal y judicial sostiene que, más allá del hecho puntual, la banda funcionaba de manera organizada y coordinada, con roles claramente diferenciados y vínculos con otras organizaciones que operaban en el contrabando de drogas, puntualmente en Bolivia. Esta hipótesis será central en la etapa de juicio oral, a la que la Fiscalía ha solicitado elevar la causa, en la que los ocho imputados deberán responder por la presunta comisión del delito de transporte de estupefacientes agravado por la participación organizada de varias personas. En este contexto, los investigadores también destacan la importancia de Santiago del Estero y otras provincias del norte argentino como puntos estratégicos en la logística del transporte de drogas, donde los imputados realizaron reconocimiento de rutas, posibles controles policiales y alojamientos antes de concretar la maniobra, lo que refuerza la existencia de una planificación previa y meticulosa, indicaron fuentes judiciales consultadas por este medio.
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