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  • El cambio en el dólar recalienta las expectativas de inflación para 2026

    Parana » AIM Digital

    Fecha: 23/12/2025 08:41

    Las recientes modificaciones introducidas por el Gobierno en el esquema de bandas cambiarias tuvieron un impacto inmediato en las expectativas del mercado financiero. La reacción fue una fuerte rotación de carteras hacia los bonos ajustados por inflación, una señal clara de que los inversores ya asumen que la inflación de 2026 será más alta de lo que se proyectaba semanas atrás. Luego de los anuncios oficiales, la denominada inflación breakeven —el nivel de inflación que iguala el rendimiento entre bonos a tasa fija y bonos indexados— saltó desde valores cercanos al 21 por ciento anual para 2026 hasta ubicarse en torno al 26 por ciento. En algunos cierres de mercado incluso llegó a rozar el 28 por ciento, reflejando un cambio abrupto en las expectativas. Más cobertura frente a un dólar con mayor margen El ajuste en la banda superior del tipo de cambio fue leído como una señal de mayor flexibilidad cambiaria y, al mismo tiempo, como un factor potencialmente inflacionario. Según los analistas, el mercado interpretó que el proceso de desinflación será más lento, en un contexto donde el Gobierno prioriza la acumulación de reservas y reduce la intervención para contener el dólar. Este escenario impulsó una mayor demanda de bonos CER, que ajustan su capital según la inflación. El título con vencimiento en diciembre de 2026 se consolidó como uno de los más buscados, al ofrecer cobertura frente a una aceleración de precios y, al mismo tiempo, un rendimiento que superaría el techo de la banda cambiaria si la inflación anual se ubicara cerca del 30 por ciento. Bonos en dólares y señales mixtas En paralelo, los bonos soberanos en dólares mostraron un comportamiento positivo. El tramo largo de la curva registró subas de hasta el cuatro por ciento y el riesgo país descendió hacia la zona de los 570 puntos básicos, un movimiento que algunos operadores interpretan como un gesto de confianza en la estrategia fiscal y cambiaria de corto plazo. Sin embargo, la mejora en los activos en dólares contrastó con el desempeño de los instrumentos a tasa fija en pesos. Estos papeles quedaron rezagados, con avances marginales, mientras las tasas nominales debieron ajustarse al alza para compensar una inflación que ahora se percibe más persistente. En el tramo corto, las tasas pasaron del 24 al 26 por ciento nominal anual, y algunos bonos del Tesoro mostraron retrocesos. Un mercado chico, movimientos amplificados Analistas advierten que parte de la volatilidad observada responde también a la escasa profundidad del mercado local. Movimientos de grandes fondos o bancos pueden generar saltos pronunciados en las curvas de precios, amplificando señales que, en mercados más grandes, serían más moderadas. En ese marco, los instrumentos Dollar Linked también acompañaron la tendencia, con subas en torno al 1,1 por ciento y una devaluación implícita cercana al 10 por ciento para el primer trimestre de 2026. Aun así, el protagonismo quedó claramente del lado de los bonos atados al índice de precios. Con el nuevo esquema cambiario en marcha, el mensaje del mercado es contundente: el mayor margen para el dólar puede aliviar la presión sobre las reservas, pero tiene un costo en términos de inflación esperada. Y los inversores ya se están posicionando en consecuencia.

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