Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • «Ya van a ver», la amenaza del capo narco al que sacaron del país en un operativo secreto de Interpol

    » El Municipal

    Fecha: 23/12/2025 00:05

    No bien bajó del avión de la Fuerza Aérea Uruguaya en la base militar del aeropuerto de Carrasco, en Montevideo, Luis Fernández Albín (38) clavó sus ojos en el policía que filmaba el imponente operativo que Interpol organizó el jueves pasado para trasladarlo desde Buenos Aires. Llevaba los tobillos unidos por una cadena y las esposas de sus muñecas iban sujetas a una corredera de cuero en su cintura. Así había salido del Aeropuerto de San Fernando a las 7 de la mañana. Se lo veía enojado. El operativo para recibirlo había empezado a las cuatro de la mañana y obligado a cortar varias calles del centro de Montevideo. Su mirada amenazante poco después se cristalizó en palabras en el juzgado especializado de Crimen Organizado a cargo de Fernando Islas. Fastidiado porque los medios (no la Justicia) lo acusan de intentar matar a la fiscal de la Corte Mónica Serrano, Fernández Albín le advirtió a la fiscal Angelita Romano: «Ya van a ver». Recién el viernes cuando se formalizó la audiencia de acusación pidió disculpas por lo ocurrido. Luego de haber sido imputado formalmente de narcotráfico, contrabando y lavado de dinero, el juez le impuso una prisión preventiva de 120 días a la espera de su (seguro) procesamiento. A Fernández Albín no le queda grande la calificación de capo. Es jefe de su clan –que lidera con sus dos hermanos– y se lo vincula tanto con Sebastián Marset (el narco uruguayo más buscado de la región) como con el Primer Comando Capital brasilero (PCC). Tiene doble nacionalidad: argentina y uruguaya. Sebastian Marset. Foto: Redes sociales Su detención a fines de noviembre en Flores se logró porque la DEA norteamericana pasó el dato: desde junio de 2025 se escondía en Buenos Aires en un departamento donde lo visitaba su familia. A Fernández Albín se lo estaba investigando en Uruguay por el intento de contrabando de dos toneladas de cocaína a Europa. Aunque nació en Argentina hace 38 años, emigró a Montevideo de muy chico junto a su familia. Allí se hizo fuerte en la zona de Cerro Norte. Para esconderse de la Justicia uruguaya «El Flaco» –como le dicen– utilizó un departamento ubicado en el sexto piso del edificio de Avenida Rivadavia 6338, en Flores, propiedad de un uruguayo con antecedentes de narcotráfico en su país. Luis Fernández Albín fue detenido el 20 de noviembre por el Departamento Federal de Investigaciones (DFI). Un detalle que se está investigando y es tan curioso como alarmante: en el mismo departamento se había alojado en 2014 un uruguayo que fue detenido en la terminal de Buquebús cuando intentaba abordar un ferry con 60 paquetes de cocaína en su asiento trasero de su auto. Al menos en Argentina, Fernández Albín llevaba una vida modelo. Sin ningún trabajo de pantalla, se pasaba el día paseando a Robertina, su cachorra Bulldog Francés. La mascota salía al menos de tres veces por día y aun más cuando a Fernández Albín lo visitaban su esposa y sus hijas pequeñas. Igual que su dueño, la pequeña perrita fue «extraditada» luego de que la revisara el veterinario de la División Canes de la Policía Federal. Se la entregaron a las dos hijas del capo que viven en Montevideo donde tanto su madre como su padre están presos. El Departamento Federal de Investigaciones (DFI) –que funciona dentro de la estructura de la Federal– montó en octubre una vigilancia sobre el narco con dos brigadas, ocho hombres que se rotaban parta seguir a Fernández Albín en sus salidas. Los seguimientos duraron un mes y se complementaron con la colocación de una cámara fija frente al edificio de Rivadavia y a la instalación de un rastreador GPS en la flamante camioneta Volkswagen Amarok que se había comprado el narco. Según publicó el diario El Ciudadano y la Región, Fernández Albín «estuvo internado en el Instituto Nacional del Menor de donde se fugó en reiteradas oportunidades. En una de ellas, con 13 años, cometió una rapiña por la que fue recapturado y nuevamente privado de libertad. Ya como mayor siguió robando hasta que con 20 años comenzó su carrera en el narcotráfico. A los 22 años empezó en el tráfico internacional. Cayó detenido por enviar personas (mulas en la jerga narco) a España con cocaína adosada al cuerpo». Allanamiento en Flores tras la detención de Fernández Albín. Por una causa de drogas cayó preso, fue condenado y recuperó la libertad en diciembre de 2024. Durante sus años de encierro su esposa fue sus ojos fuera del penal. Khaterine Quilimas Gularte (30) tiene su propia historia. Conocida como «La Chuna» tiene antecedentes por narcotráfico y está en pareja con Fernández Albín hace una década. Fue detenida en Montevideo también en noviembre y acusada de dos cargos de lavado de dinero proveniente del narcotráfico. El matrimonio y sus hijas iban y venían de Montevideo a Buenos Aires en Buquebus. Según los datos aportados por la DEA, él llegó por primera vez el 27 de junio. Lo extraño es que aparece saliendo a Uruguay el 8 y 30 de julio pero nunca reingresando. Lo que se cree es que usó una identidad falsa para hacer los viajes de vuelta. La detención con fines de extradición del prófugo había sido solicitada por la fiscal en lo Penal Especializada en Estupefacientes de Primer Turno de Montevideo Angelita Romano. En la causa abierta en la Argentina intervinieron el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal 1 de María Servini, que trabajó en coordinación con la Procuraduría de narcocriminalidad (Procunar) que conduce Diego Iglesias y el fiscal federal Eduardo Taiano, junto con autoridades uruguayas. De acuerdo a su investigación, Fernández Albín sería quien organizó el acopio y la exportación de 2.000 kilos de cocaína incautados en agosto pasado en una chacra de la localidad uruguaya de Punta Espinillo, en una operación denominada como “Nueva Era”.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por