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» LM Neuquen
Fecha: 22/12/2025 18:30
Protagonizó una increíble aventura para subir a la montaña más emblemática que tiene el norte de Neuquén. Una experiencia única e inolvidable. Para vencer los límites, los miedos y potenciar el amor por la naturaleza, es necesario intentar vencer algunos desafíos. Malen Parada, una joven de Huinganco, sabe de esto. Con seis años de experiencia como bombero voluntario en Andacollo y recién recibida de enfermera en San Rafael, ella encontró en la montaña una pasión. El volcán Domuyo fue un gran desafío. Malen es una ferviente amante de la geografía de la Cordillera del Viento y habitualmente recorre los senderos entre los pinares, trepa el cerro emblemático de La Corona y visita los miradores que rodean a esta localidad conocida como el Jardín del Neuquén. Sin embargo, fue su intento de ascender al volcán Domuyo lo que despertó en ella un amor pleno por el montañismo de altura. La semana anterior, se unió con dos amigos, a una cordada de siete personas para intentar hacer cumbre en el Techo de la Patagonia. Sin embargo, fueron sorprendidos por una tormenta de viento que les hizo prácticamente imposible mantenerse en pie. A pesar de las adversidades, la entusiasta joven sintió que este primer intento fue un éxito, ya que se atrevió a hacer algo que creía imposible. "Este ascenso me marcó el camino para seguir intentando ascensos a este volcán y a otras cumbres neuquinas y del país", afirmó. Además, aseguró que su “pasión por la naturaleza y el montañismo” ha crecido de manera exponencial después de esta experiencia. La montaña es su templo; el Domuyo, el desafío Malén Parada es una chica de 28 años que también siente y vive a la montaña como una inspiración. Nacida y criada en el norte de la provincia del Neuquén, ha desarrollado un amor profundo por la naturaleza y la aventura. "Crecer en el norte neuquino fue una gran influencia", confesó. Luego agregó con determinación: "Es difícil poner en palabras lo que siento cuando estoy en la montaña, es una mezcla de libertad, amor, pasión". Para ella, la montaña se convierte sin más preámbulos en un lugar de autosuperación y crecimiento personal. "La montaña es un templo para mí, donde se trabaja mucho el tema espiritual y mental", dijo. "Ahí aprendés a convivir con el cansancio, la incomodidad, el miedo y creo que la montaña es un poco eso, la invitación a vivir esas experiencias que también son de autosuperación y salir de la zona de confort", detalló. Enfermera y bombero voluntaria Además de ser una apasionada de la montaña, Malén es enfermera y bombero voluntario en la central 11 de Andacollo. Sobre su profesión contó que luego de mucho esfuerzo y dedicación logró recibirse durante este año en Mendoza. "Actualmente no he podido ingresar al sistema de salud público, así que estoy trabajando de forma privada", indicó. En tanto como bombero ha acumulado seis años de experiencia, lo que le ha permitido desarrollar habilidades y destrezas que le son útiles en su vida diaria y por supuesto en las alturas de las montañas. Asimismo se siente afortunada de haber encontrado una comunidad que comparte su querer por el montañismo. "Los que tenemos ese amor por la montaña, creo que pensamos y compartimos un poco lo mismo. Obvio que para cada uno es una experiencia distinta, pero yo creo que todos la disfrutamos", remarcó. Con su pasión por la montaña y su experiencia como enfermera y bombero, está lista para enfrentar nuevos desafíos. "La montaña siempre te pone a prueba y siento que uno vuelve distinto de cada experiencia", subrayó. Sentimientos y experiencias en la montaña Malén Parada tuvo la oportunidad de emprender el ascender al Domuyo, una de las cumbres más altas de la Patagonia. Aunque no logró llegar a la cima, describió a la experiencia como "hermosa" y afirmó que disfrutó muchísimo el recorrido. "La verdad que fue hermoso. Esos 4200 metros los disfruté muchísimo. Y sinceramente no me quedó ninguna sensación de frustración por no hacer cumbre", dijo en relación a quedar a “cinco cuadras” de lograr el objetivo. El sector donde se decidió el regreso al campamento base se conoce como La Montura. "Se disfrutó igual todo el recorrido hecho", admitió con una increíble actitud positiva y de aceptación, lo que a las claras es el reflejo de su personalidad y su amor por la montaña. La joven formó parte de un grupo de aventureros que incluía a Matías Lara de Crater Expediciones y a Martín Muñoz, un reconocido fotoperiodista del norte neuquino. "Eran varios grupos de distintas empresas juntos. Estábamos los de Crater y Rumbo Norte. En mi cordada eran siete personas en total”, comentó. A su vez destacó el trabajo de los porteadores que subían el equipamiento y atendían a los clientes. "Mario Calfu trabaja con los chicos de Crater y realizó un trabajo impecable de logística y atención a todos los montañistas", enfatizó. Justamente por todo esto destacó la importancia del trabajo en equipo y el esfuerzo que requiere una expedición como esta. Para Malen, la experiencia de ascender al Domuyo fue única y emocionante. Aunque no llegó a la cima, se siente satisfecha con el recorrido y la compañía. "La montaña es una experiencia única. Se disfruta muchísimo y te hace sentir vivo", finalizó. Con su pasión por la montaña y su actitud positiva, Malen ya está lista para su próximo desafío.
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