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» Los Primeros
Fecha: 22/12/2025 18:24
En los pasillos de Washington, la pregunta ya no es si habrá presión, sino hasta dónde llegará Donald Trump para forzar la salida de Nicolás Maduro. Lo que comenzó como una "cruzada contra el narcotráfico" ha mutado en las últimas semanas hacia un objetivo mucho más pragmático y crudo: el control de las mayores reservas de petróleo del planeta. A casi un año de haber regresado a la Casa Blanca, Trump enfrenta un dilema geopolítico. Según Elliot Abrams, enviado especial para Venezuela, si el presidente se retira sin haber logrado que Maduro deje el poder, "será una derrota". Y Trump, obsesionado con su imagen de negociador implacable, no está dispuesto a aceptar un fracaso antes de los comicios legislativos de 2026. Del discurso narco al reclamo energético La estrategia de Trump ha tenido un giro narrativo evidente. Tras desplegar una flota naval en septiembre y hundir lanchas bajo la sospecha del tráfico de cocaína —acciones que la ONU denunció como posibles ejecuciones extrajudiciales—, el foco se movió hacia el financiamiento del régimen. En los últimos diez días, Estados Unidos confiscó tres buques petroleros. Pero lo más llamativo fue la declaración del propio Trump, quien reivindicó la propiedad del crudo venezolano: "Nos quitaron todos nuestros derechos energéticos. Nos quitaron todo nuestro petróleo. Lo queremos de vuelta", sentenció el mandatario, aludiendo a las nacionalizaciones de 1976 y 2007. Este giro alimenta la narrativa chavista sobre un "intento de colonización", pero para Trump es la base de su negociación: asfixia total a cambio de un exilio para Maduro. Los números que acechan a la Casa Blanca A pesar de la retórica belicista, Trump camina sobre una cuerda floja. El 2026 será un año electoral en EE.UU. y el electorado republicano, que lo votó bajo la promesa de "terminar con las guerras", no ve con buenos ojos una invasión terrestre. La caída en las encuestas: Aprobación general: Solo el 42% apoya su gestión, frente a un 58% de desaprobación (NBC News). Base propia: El respaldo entre sus seguidores del movimiento MAGA cayó 8 puntos desde enero. Acción militar: El 63% de los estadounidenses se opone a un ataque frontal en Venezuela (Quinnipiac). ¿Humo o realidad? El Cartel de los Soles en la mira Mientras la Casa Blanca insiste en el vínculo de Maduro con el narcotráfico, expertos como Steve Dudley, codirector de Insight Crime, advierten que la red criminal venezolana es más compleja. "No es solo droga; es una red de corrupción enquistada en la industria petrolera y la minería", explica. Incluso, los datos de inteligencia sugieren que el flujo de droga por Venezuela es mínimo comparado con la ruta de Guayaquil (Ecuador), puerto de un aliado estrecho de Trump como Daniel Noboa. Además, el fentanilo —el verdadero dolor de cabeza de la salud pública en EE.UU.— proviene de México y China, no de Caracas. La salida de mínima: El exilio Trump necesita un "éxito" que mostrar al mundo antes de que el costo económico y político de la flota en el Caribe se vuelva insostenible. El objetivo de mínima es claro: que Maduro se marche. Si la moneda de cambio para ese exilio es la reapertura del negocio petrolero para las grandes firmas estadounidenses (como Chevron), Trump podría declarar la victoria. Sin embargo, para la oposición venezolana, este plan deja un sabor amargo: la salida de una ficha en el tablero no garantiza el fin de una estructura de poder que lleva décadas en el control de Venezuela.
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