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  • Cigarrillos electrónicos en adolescentes: 9% de los 13-18 años ya los consume

    » Los Primeros

    Fecha: 22/12/2025 18:24

    En los últimos años el vapeo se consolidó como una práctica cada vez más frecuente entre adolescentes, favorecida por dispositivos pequeños, diseños atractivos y sabores frutales que transmiten la sensación de ser una alternativa inofensiva. Detrás de esa apariencia “moderna”, especialistas, escuelas y familias advierten sobre riesgos concretos. Aunque muchos jóvenes aseguran que sólo están “probando”, la mayoría de los dispositivos contienen altas concentraciones de nicotina —en algunos casos superiores a las de los cigarrillos tradicionales—, según un informe. “La nicotina llega al cerebro en cuestión de segundos y genera adicción rápidamente, especialmente en la adolescencia: una etapa en la que el sistema de recompensa es mucho más vulnerable a las sustancias estimulantes. Esta dependencia temprana no sólo dificulta abandonar el vapeo, sino que también aumenta la probabilidad de que, con el tiempo, los jóvenes comiencen a fumar cigarrillos tradicionales”, explicó la Dra. Valeria El Haj. En Argentina, un estudio de 2023 presentado por la Fundación Interamericana del Corazón (FIC Argentina) muestra cifras que preocupan: el 8,9% de los adolescentes entre 13 y 18 años consume cigarrillos electrónicos y, en la Ciudad de Buenos Aires, el 38,7% de los jóvenes probó al menos algún producto de tabaco o nicotina. Además de nicotina, los dispositivos de vapeo pueden contener metales pesados, solventes y otros compuestos químicos que se liberan al calentarse. La inhalación repetida de estos productos irrita las vías respiratorias, puede provocar inflamación pulmonar, tos persistente y episodios de dificultad respiratoria. En los últimos años incluso se registraron casos de lesiones pulmonares graves asociadas al vapeo, lo que demuestra que no se trata de un hábito inocuo, advirtió la directora médica nacional de Ospedyc. La especialista añadió que, a nivel cognitivo y emocional, los efectos tampoco son inapreciables: la nicotina altera la concentración, la memoria y la capacidad de aprendizaje, funciones esenciales durante la adolescencia. Asimismo, se la vincula con mayor ansiedad, irritabilidad y cambios de ánimo cuando aparece la abstinencia, un cuadro que muchos adolescentes describen como sentirse “dependientes” del dispositivo. A pesar de la prohibición de venta a menores, el acceso a los vapeadores continúa siendo sencillo mediante kioscos, redes sociales y plataformas online. Frente a este escenario, el diálogo en las familias y en los ámbitos escolares se presenta como una herramienta clave. Hablar sin juzgar, escuchar las opiniones de los adolescentes, ofrecer información basada en evidencia y generar espacios libres de humo y vapeo contribuye a que la prevención llegue antes que la dependencia. Cuando el consumo ya está instalado o provoca ansiedad, es importante buscar acompañamiento profesional para evitar que la adicción se profundice. “El vapeo en la adolescencia no es una moda pasajera, sino un fenómeno que puede afectar la salud respiratoria, emocional y cognitiva de una generación. Abordarlo con información clara y acciones coordinadas es fundamental para mitigar sus consecuencias y proteger el bienestar de los jóvenes”, concluyó la Dra. El Haj.

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