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» Redaccion Rosario
Fecha: 22/12/2025 12:47
Con el triunfo de José Antonio Kast, ya son nueve los países de la región con gobiernos de derecha y ultraderecha. EEUU se relame mientras ataca a Venezuela, y advierte que es sólo el comienzo. En Chile ganó el voto del miedo, el voto extorsivo. Regresó uno de los espectros más ominosos y sanguinarios del pasado: el pinochetismo, que nunca dejó de estar, pero ahora vuelve envalentonado. Y esta vez lo hizo a través del voto. Las viejas mentiras ya desmentidas, las ajadas falacias sobre la mano dura, que no buscan combatir la delincuencia sino militarizar la sociedad y reprimir la protesta, todavía funcionan, ahora potenciadas por la tecnología, que está en manos de las grandes corporaciones, que detentan el poder real y eligen gobiernos de acuerdo a sus intereses. Las corporaciones sí eligen. Los votantes, en cambio, no siempre pueden hacerlo. En el marco de democracias vaciadas de contenido, formateadas a imagen y semejanza del capitalismo financiero, las elecciones se convierten en un mecanismo perverso para dar un marco de legalidad y legitimidad a las políticas que van en detrimento de las grandes mayorías y en favor del capital concentrado. Los votantes sólo pueden optar entre el menor de dos males (y a veces no existe tal cosa). Y lo hacen con bronca, con miedo, extorsionados y sin la información necesaria para tomar una decisión que merezca ese nombre y que esté en sintonía con sus propios intereses. Los grandes mecanismos de propaganda, capaces de arrasar subjetividades y producir disonancias cognitivas (confundir la realidad con las fantasmagorías digitales) hacen buena parte del trabajo. “La derrota electoral de Jeanette Jara en Chile no puede leerse únicamente como un traspié de la izquierda en las urnas. Lo más profundo y preocupante es el desplazamiento regresivo del sentido común que el resultado expresa. Discursos de orden, castigo y crueldad social comienzan a presentarse como respuestas legítimas frente al malestar, y cuando eso ocurre el problema excede largamente los porcentajes electorales”, escribió Leonel Poblete Codutti en Página 12. “Las imágenes de la noche del triunfo de José Antonio Kast condensan con crudeza esta tensión. Mientras se celebraba el resultado, volvieron a flamear banderas de Augusto Pinochet y de Miguel Krassnoff, uno de los represores más brutales de la dictadura empresario-militar. No se trata de folklore ni de provocaciones marginales, sino de señales políticas claras. Y este lunes, en ese mismo país, el presidente Gabriel Boric recibió al presidente electo en el Palacio de La Moneda. La convivencia entre institucionalidad democrática y reivindicación del terrorismo de Estado grafica el clima del Chile que se abre”, agregó Codutti. Kast es hijo de Michael Martin Kast Schindele, integrante de las juventudes hitlerianas. El nazi eligió para su hijo el nombre José Antonio “en recuerdo de Primo de Rivera, el fundador de la Falange Española, colectivo fascista que Francisco Franco catapultó al poder, provocando un millón de muertos”, señala Jorge Elbaum en el sitio Sur y Sur. Elbaum agrega que, en una entrevista de 2017, cuando se presentó por primera vez como candidato a presidente, Kast afirmó que “si Pinochet estuviera vivo, votaría por mí”. Cuatro años después, en 2021, el líder del Partido Republicano gestionó indultos para algunos de los reclusos del penal de Punta Peuco, donde cumplen sentencias los genocidas y torturadores más feroces del período pinochetista. En términos de sus vínculos con la Internacional Reaccionaria, Kast se inscribe en la denominada Red Política de Valores, la plataforma impulsada por el ex ministro español Jaime Mayor Oreja, que congrega a propagandistas de la extrema derecha de Europa y América. “Su programa global incluye el cuestionamiento de las leyes de interrupción del embarazo, del divorcio y de toda perspectiva de género. En forma paralela, son promotores de los discursos xenófobos, racistas, anticientíficos (impugnan la vacunación obligatoria), al tiempo que difunden las Teorías del Gran Reemplazo, basadas en la existencia secreta de una conspiración global para sustituir a la población anglosajona por asiáticos y africanos. Kast es, además, integrante —al igual que Donald Trump, Javier Milei y Giorgia Meloni— de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC)”, agrega Elbaum. La inseguridad y las migraciones se convirtieron en los temas decisivos de la segunda vuelta de las elecciones en Chile, desplazando debates económicos y sociales. La derecha ganó, entre otros factores, porque logró fijar la agenda. Las cifras y las estadísticas no avalan la gravedad que la derecha les asigna a estos problemas sociales, pero ese espectro político demostró, una vez más, su capacidad para incidir sobre las percepciones, las emociones y las frustraciones de amplios sectores de la población. Una narrativa ganadora En Chile ganó la narrativa de la derecha. Porque además de contar con más medios, supo elegir los temas que son su fuerte: inseguridad y migraciones. Estas cuestiones, además, sirven como pantalla, como tapadera, para hacer menos visibles los problemas sociales y económicos. El ajuste brutal que anunció el presidente electo de Chile, José Antonio Kast, no tuvo el mismo impacto, ni siquiera entre quienes serán las víctimas de esos recortes. Kast capitalizó el voto del miedo con propuestas como el “Plan Implacable” (mano dura contra crimen organizado) y deportación masiva de migrantes irregulares. Sobre este punto, propone copiar servilmente el modelo estadounidense. El Servicio de Control de Migraciones y Aduanas de EEUU (ICE, por sus siglas en inglés), que expulsa migrantes, separa familias y comete todo tipo de atropellos, es el paradigma a replicar. Decenas de miles de estadounidenses se manifiestan en las calles contra el odiado ICE y sus atropellos, pero los cipayos de los países latinoamericanos siguen obnubilados por la crueldad del presidente de EEUU, Donald Trump. La derecha construyó un triángulo discursivo: migración-fronteras-narcotráfico, reforzado por medios y redes sociales. La militarización de las fronteras y la promesa de expulsiones se convirtieron en símbolos de orden, seguridad y control. Más del 80 por ciento de los chilenos y chilenas consultados señalaron que evitan salir a las calles por las noches. Como en todos los países del mundo, en mayor o menor medida, la inseguridad en Chile es un problema real. Pero la propaganda parte de esa realidad para hacer una construcción discursiva que distorsiona, exagera, deforma e instrumentaliza lo real. Chile figura entre los países con mayor nivel de miedo al delito en el mundo, pese a tasas de homicidio más bajas que en Brasil o México. En Chile, la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes en 2025 mostró una tendencia a la baja. En el primer semestre de 2025 se registraron 2,5 homicidios por cada 100.000 habitantes, lo que representa una disminución del 13,8 por ciento con respecto al mismo período de 2024 (cuando fue 2,9). En 2023 fueron 6,3 por cada 100.000 habitantes. Y en 2022, se registró un pico histórico con 6,7 por cada 100.000 habitantes. En México, las estadísticas de 2024 marcan 25,6 homicidios por cada 100.000 habitantes. En Brasil, en 2024, se registraron 22,8 homicidios por cada 100.000 habitantes (la más baja en 11 años). En 2023 había marcado 21,2. En EEUU, según mediciones de 2023, se registraron 5,8 homicidios por cada 100.000 habitantes. En Honduras, la tasa alcanza 25,3 homicidios por cada 100.000 habitantes en lo que va de 2025. En 2024 fue 26,8: se produjo una reducción histórica (del 21 por ciento) en 2025. En Perú, la tasa es de 8,6 homicidios por cada 100.000 habitantes, según estimaciones de 2024. El 45 por ciento de los chilenos y las chilenas consideran “el problema migratorio” como una prioridad. En sintonía con las declaraciones de los candidatos de derecha, los medios hegemónicos vienen machacando sobre el tema, al que califican como “crisis migratoria que amenaza la identidad nacional”. Cuanto más lejos de la realidad y más cercano a miedos y frustraciones, mejor funciona. Kast, al igual que el presidente argentino, Javier Milei, imitan al mandatario estadounidense, Donald Trump. Lo hacen como marionetas, con los hilos bien expuestos. Lejos de darles vergüenza, se jactan de arrastrarse ante el imperio. Durante la reunión con Milei en Casa Rosada, Kast adelantó que una de sus principales políticas después de la asunción del 11 de marzo será combatir las migraciones. “Los temas principales que tratamos con el presidente Milei fueron de desarrollo económico, de seguridad y de migración”, señaló, para luego agregar que su país tiene “un nivel de desarrollo importante”, y que eso “ha sido atractivo para muchas personas que vienen huyendo de países que han destruido su economía y no tienen destino, como Venezuela”. “Cuando usted recibe una migración que sobrepasa el 11 o el 12 por ciento, eso les hace mucho daño a los habitantes del país. Muchas de esas personas entraron por la ventana y no por la puerta”, dijo Kast. “Lo que hemos planteado a Milei es que necesitamos una coordinación para abrir un corredor humanitario de devolución de estas personas a sus respectivos países”, aseguró Kast, como un eco de Trump y su secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem. El presidente electo es un fanático del extractivismo y la reprimarización de la economía en América Latina, exhibe además una prédica furiosa contra los migrantes y también, como indica el libreto cipayo, contra Venezuela. “Quiero que se termine la dictadura en Venezuela. Que se reconozca el fraude electoral. Sería más fácil que Maduro deje su país y se refugie en otro para darle libertad a su pueblo”, sostuvo, al tiempo que agregó que habló con Milei sobre qué harán sus países “en caso de que ocurra algo más duro en Venezuela”. Kats elogió la intervención de Trump en ese país y la calificó como “una buena noticia para el Cono Sur”. Su plataforma de gobierno incluye el “Plan Implacable”, que tiene como ejes la “guerra contra el crimen organizado”, y las “cárceles de máxima seguridad”. En cuanto a las migraciones, plantea la deportación masiva de migrantes irregulares (340.000 personas, según el ultraderechista), y la creación de “una fuerza especializada tipo ICE”. Además, planteó un ajuste fiscal de seis mil millones de dólares, y una rebaja de impuestos para las grandes corporaciones. Similar fanatismo exhibe en la defensa de valores conservadores, rechazo al aborto, el feminismo, el matrimonio igualitario y toda lucha popular que propenda a la obtención de derechos. El imperio se relame La embestida del imperio contra América Latina no para de escalar. Venezuela es sólo el principio, advirtió Trump. La flota estadounidense en el Caribe continúa atacando barcos pesqueros y asesinando venezolanos. Además, interceptó un buque petrolero de ese país, secuestró a sus tripulantes y decomisó la carga de 1.900.000 barriles de petróleo. Aquí queda claro, una vez más, que el verdadero problema es que Venezuela tiene las mayores reservas del mundo. Además, aviones F-18 sobrevolaron el espacio aéreo de la república bolivariana. Todas estas acciones constituyen actos de guerra. La región ya está bajo ataque del imperio. Y, además, se siguen sumando gobiernos de derecha sumisos a los intereses de Washington. Nueve países tienen gobiernos de derecha y ultraderecha. Chile (José Antonio Kast), Argentina (Javier Milei), Bolivia (Rodrigo Paz), Ecuador (Daniel Noboa), Perú (José Jerí), Paraguay (Santiago Peña), Panamá (José Raúl Mulino), El Salvador (Nayib Bukele) y Costa Rica (Rodrigo Cháves). “Maduro tiene los días contados”, amenazó una vez más el presidente de EEUU, que agregó que “el bombardeo es inminente” y que “la invasión por tierra será pronto”. En medio de su disputa con China, el imperio pone la mira en los recursos naturales de la región. Con el triunfo de Kast, se completó el triángulo del litio: Argentina, Bolivia y Chile tienen gobiernos extractivistas, entreguistas, y dispuestos a entregarle todo al imperio. En esa zona, en el límite de Argentina, Bolivia y Chile, se concentra más del 60 por ciento de las reservas de ese metal blando conocidas en el planeta. Allí se encuentran minas y salares en las que se destacan el Salar de Uyuni en Bolivia, el Salar de Atacama en Chile y diversos salares que se ubican en las provincias de Catamarca, Jujuy y Salta en Argentina. El litio fue uno de los minerales que empezó a considerarse estratégico cuando surgió la producción masiva de baterías para celulares y otros dispositivos, compitiendo con el magnesio, acero inoxidable, grafeno o sustrato de espuma de cobre. Chile cuenta con aproximadamente 190 millones de toneladas de cobre en reservas, según el informe “Mineral Commodity Summaries” del Servicio Geológico de EE.UU. (USGS, enero 2025). Chile ocupa el primer lugar en reservas de cobre a nivel global. Y no sólo lidera en reservas, sino también en producción, aportando cerca del 24 por ciento de la producción mundial en 2024. Este liderazgo es clave para la transición energética global, dado el rol del cobre en tecnologías limpias y vehículos eléctricos. El cobre fue uno de los motivos del golpe contra Salvador Allende en 1973, apoyado por EEUU. Ahora el imperio puede tenerlo, sin violencia y con el aval de las urnas. Publicado en el semanario El Eslabón del 20/12/25 ¡Sumate y ampliá el arco informativo! Por 8000 pesos por mes recibí todos los días info destacada de Redacción Rosario por correo electrónico, y los sábados, en tu casa, el semanario El Eslabón. Para suscribirte, contactanos por Whatsapp.
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