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Parana » Cuestion Entrerriana
Fecha: 22/12/2025 10:38
Pese a la estabilidad del dólar y a la mejora de algunos indicadores puntuales, la economía argentina se encamina a cerrar el año con múltiples sectores en rojo. Detrás del crecimiento anual del 4,5% que proyectan las consultoras privadas —explicado en gran medida por el efecto arrastre estadístico—, los economistas advierten que no hay señales firmes de reactivación en el tramo final del año. De acuerdo a un informe de Econviews, 16 de 28 indicadores mostraron caídas en octubre y noviembre frente al trimestre previo. El desempeño positivo estuvo concentrado en el sector externo, impulsado por las exportaciones, que crecieron 12,1%, mientras que una porción significativa de la economía registró retrocesos de hasta dos dígitos, afectados por la debilidad de la demanda y la inversión. En ese escenario, la industria y la construcción encadenaron bajas trimestrales del 1,8% en octubre y del 3,2% en noviembre. La UIA, tras una reunión con el ministro Luis Caputo, alertó por una actividad “amesetada”, con una dinámica productiva heterogénea y la pérdida de 21.190 puestos de trabajo en los primeros nueve meses del año. Incluso sectores históricamente dinámicos mostraron retrocesos. La producción automotriz cayó 4,5% trimestral en noviembre y los patentamientos bajaron 9%. La faena vacuna retrocedió 4,5%, la venta de nafta cayó 2,1% en octubre y la recaudación del IVA-DGI se contrajo 5,4% trimestral en noviembre, profundizando las señales de debilidad del consumo. “Así como el tercer trimestre sorprendió por ser positivo, es posible que haya algún ajuste en el cuarto trimestre. Algo de esto ya lo adelantó el comercio exterior, en particular las importaciones, y además las empresas deben acomodar expectativas al cambio de modelo”, explicó Sebastián Menescaldi, director adjunto de EcoGo. Pese al derrumbe del consumo y del poder adquisitivo, el INDEC registró un leve crecimiento del 0,3% trimestral en el tercer trimestre, lo que permitió esquivar técnicamente la recesión. Sin embargo, las importaciones cayeron 6,9% mensual desestacionalizado en noviembre, alcanzando el nivel más bajo del año y condicionando el nivel de actividad. “Para el último trimestre proyectamos un PBI estable respecto al anterior. Aunque octubre mostró una leve mejora, los indicadores adelantados de noviembre no son auspiciosos: el 80% cae respecto al mes previo. Más allá de eso, en 2025 el PBI crecería por encima del 4%”, señaló Claudio Caprarulo, director de Analytica. Los analistas coinciden en que gran parte de la expansión anual responde a la comparación con un 2024 recesivo, tras el fogonazo inflacionario generado por la devaluación y el ajuste fiscal y monetario. A esto se suma el repunte registrado en la primera parte de 2025, que mejora el promedio anual. La heterogeneidad de la recuperación también impacta en el empleo. Los sectores que más traccionan la actividad, como el agro, demandan poca mano de obra, mientras que otros, como minería y finanzas, incrementan producción con menos personal. En contraste, los sectores intensivos en empleo continúan en contracción. Si bien el Gobierno celebró la baja del desempleo al 6,6% en el tercer trimestre, el 85% del nuevo empleo fue informal. Según LCG, la recuperación del PBI en 2025 no se está traduciendo en una mayor creación de empleo formal, que continúa ajustando. “Esperamos un cuarto trimestre débil, con datos flojos en octubre y noviembre, y mantenemos una proyección de crecimiento del 4,5% en 2025 y del 4,7% en 2026, con consumo en recuperación e inversión impulsada por la construcción privada y pública”, señaló un informe de Fernando Marull. Tras octubre, el Gobierno comenzó a relajar el apretón monetario previo a las elecciones y redujo las tasas de interés, lo que trajo cierto alivio financiero. Sin embargo, los analistas anticipan una dinámica errática en los últimos meses del año y prevén que la industria cierre 2025 en caída por tercer año consecutivo, según FIEL. La construcción permanece estancada desde hace un año y medio. El presupuesto nacional prevé una inversión en obra pública del 0,4% del PBI, muy por debajo del 1,5% de 2023. “Dejó de caer, pero no crece. La obra pública nacional seguirá con inversión casi nula y, sin mayor crédito hipotecario, tampoco se espera un repunte de la privada”, advirtieron desde la cámara del sector. Con una inversión en fuerte retroceso en el tercer trimestre y un consumo privado apenas en alza, los economistas no ven que estos factores impulsen la actividad en el corto plazo. “Las empresas están viendo cómo sobrevivir en el nuevo modelo y comenzando cambios estructurales que, en una primera etapa, pueden implicar menor oferta de producción local”, concluyó Menescaldi. Fuente: Clarín – Juan Manuel Barca
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