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Parana » Radio La Voz
Fecha: 22/12/2025 09:54
Showman y empresario religioso, vive en Estados Unidos y habla el mismo idioma del conurbano. Su eventual salto a la política enciende algunas alarmas. ¿Outsider local o vehículo de una avanzada conservadora importada? Su historia: desde Scioli a Palito Ortega. En pocos días, su nombre activó el sueño de un armado que parecía imposible: un metrodelegado, un exarmador libertario y la envidiable escudería de su socio y amigo, Mario Pergolini. Pastor, argentino y telepredicador, Dante Gebel vive entre Miami y Los Ángeles, conduce una mega iglesia y abrió por primera vez una puerta a una candidatura en Argentina. ¿Puede ser candidato? Esa fue la pregunta que recorrió todo el arco político, del Gordo Dan al Diario Cristiano Internacional, de Juan Grabois a Gabriel Mariotto. En un contexto de auge evangélico y mucha confusión, Gebel es para algunos un outsider listo para competir contra otros outsiders; para otros, es el que bendijo a Nayib Bukele y la posible puerta de entrada de una nueva avanzada ultraconservadora de la iglesia norteamericana en la Argentina. Antiaborto, antimatrimonio igualitario y casi casi anti Estado, con millones de vistas en redes, en mayo de 2020 se le paró de manos a Gavin Newson, el gobernador demócrata de California donde él tiene su iglesia. “Y si los 15 millones de abortos no me exigieron que cambie mi manera de servir a Dios –dijo Gebel-, no lo hará la pandemia con 2 por ciento de mortalidad». La disputa contra el demócrata incluyó un eslogan: “Deja libre a mi pueblo”. A., un pastor protestante de la Ciudad de Buenos Aires, recuerda esa escena y la pone sobre la mesa para explicar sus sospechas: “Hay que tener mucha espalda para enfrentar al gobernador de esa forma”. 1. Familia muy normal Es domingo. Dante Gebel se presenta en su estadio, el Arenas River Church, a sala llena como en cada función. Corbata oscura, siempre finita; camisa al tono, saco años ’80. Al ecléctico pastor –al que no le gusta que le digan pastor, modo en el que lo bautizó la prensa tras su primera presentación en Vélez en los años ’90–, ahora le toca presentar su historia familiar. “Los Gebel teníamos unos tíos que bebían demasiado”, dice. “La mayoría moría de cirrosis y la consigna era no beban ni fumen cerca del cajón, porque todo puede estallar por el aire”. Gebel se ríe. El acto tiene forma de parodia, la historia es verdadera y él es, además, un animador. El estadio acompaña. Él continúa exhumando piezas rotas de su historia familiar. Los Gebel, sigue, “teníamos un padrino de más de 70 años al que le gustaba andar con muchachas de 18. También teníamos un bisabuelo del que se rumorea que pudo haber sido nazi y una tía divertida a la que le gustaba coleccionar maridos”. El estadio lo escucha y vuelve a reír. Arriba, una enorme marquesina a modo de enmienda, lleva un letrero: Una familia muy (poco) normal, dice. Y cada quien toma una parte. 2. “Ponele un ojo” Meses atrás, a comienzos de año, marzo de 2025, un puntero del PJ del Oeste del conurbano se le acercó al vocero de un intendente para decirle: “ojo con este Dante”. “Ponele un ojo”, le dijo. El vocero de la Primera Sección que ya lo había escuchado cuando ese mismo puntero le vaticinó que el tiempo de Alberto se había acabado, enseguida se puso a mirar a ese Dante. —El tipo me lo ‘despertó’ en abril o mayo –dice-. Empecé a verlo primero en Radio 10, el sábado a la noche; después en el programa de Canal 13 y más tarde en YouTube. Y lo pongo y me lo quedo escuchando. Mirá, un viejo caudillo del PJ, me dijo una vez que para conquistar a una mina hay que saber dos cosas: hacerla llorar y hacerla reír. Olvídate del feminismo y de todo eso, y quedate con eso. Y este tipo logra eso. Primero en octubre y después hace unos pocos días, Dante Gebel alcanzó dos de los picos más altos en la ruidosa conversación pública. En octubre, cuando él mismo abrió la puerta a una posible candidatura durante una entrevista con su socio, Mario Pergolini. “Si me preguntabas hace dos años -dijo-, te decía que no. Vos sabés que estoy muy cómodo allá, cómodo financieramente, estable. Puedo ayudar, puedo hacer los programas desde allá. No tengo necesidad, no iría ni por el cobre, ni por el dinero, ni por el bronce. Por eso hace dos años, te decía no, ni loco… Hoy, no lo descarto". La conversación volvió a activarse esta semana, cuando después de aquella primera puerta, se disparó el operativo clamor en una ancha avenida del medio. Hubo afiches, mucha opinión en redes y la difusión de un grupo de armadores de segundas líneas: Juan Pablo Brey, de la Asociación Argentina de Aeronavegantes; Néstor Segovia, de Metrodelegados; y Eugenio Casielles, uno de los principales armadores de la primera etapa de La Libertad Avanza, amigo de Ramiro Marra y legislador de la Ciudad. “Estamos trabajando en un proyecto para tratar de convencerlo –dijo Brey estos días–. Hay gente de todos lados, peronistas, kirchneristas, gente de La Libertad Avanza, gente del PRO. Hoy, la salida del país es muy difícil. Necesitamos alguien que abrace a todos. Hoy tenemos un Presidente que ejerce la violencia permanentemente y la gente está cansada”. En esos días, hubo otra novedad. La consultora cordobesa CB incluyó a Gebel por primera vez en una encuesta nacional por los dos años del gobierno de Milei. Gebel apareció con 1.8 por ciento: menos de lo esperado, pero con dos lecturas posibles. “El vaso medio lleno es que logró entrar en la discusión pública”, dice Cristian Buttié a Página/12. “El vaso medio vacío es que honestamente con estos números no hay demasiadas proyecciones, si las acciones son aisladas y efímeras. Ahora, si hay un programa constante, estrategia y hoja de ruta, posiblemente puede haber tendencia alcista”. Gebel quedó debajo de Juan Carlos Schiaretti y de la izquierda. “Es el candidato con menor caudal electoral de los que medimos”, agrega. Aún así, la inclusión de su nombre bastó para alborotar el vecindario. El Diario Cristiano se preguntó si no se trata de un globo de ensayo y el Gordo Dan protestó directamente en sus redes sociales: “No va a funcionar”. ¿Quién es Dante Gebel? ¿De dónde viene? ¿Por qué los evangélicos progresistas no lo quieren? 3. El idioma del conurbano Gebel no sólo tiene look de los ’80, también tiene el idioma. “Los curas te hablan en latín, los evangélicos en castellano y éste te habla en recontracastellano”, dice el vocero de la Primera Sección. “Es bien AMBA, te cuenta chistes, te habla de la tele de los ’80, los cliché, los refranes, es un producto perfecto, tiene el idioma del conurbano”. Pero no todo lo que brilla es oro. “Esto viene de arriba para abajo”, advierte ahora. “Para mi son espejitos de colores”. Es domingo otra vez. El Arenas River Church. En la pantalla aparece un ejército de jóvenes con remeras de la iglesia preparando donaciones: mochilas, juguetes, útiles escolares con destino a Venezuela. “No importa si es un gobierno de izquierda o derecha”, dice Gebel. La iglesia está donde hay una necesidad. Una lógica que dialoga, sin decirlo, con la agenda política del gobierno norteamericano. 4. La historia En la historia familiar, Dante Gebel aparece asociado a su hermano mayor, Diego Gebel, como cara y contracara, un espejo de dos lados. A., un pastor protestante de la Ciudad de Buenos Aires, conoció al menor en el seminario. “Yo profesor, él alumno”, dice. Dante editaba una revista tipo Patoruzú, La Chaveta Cristiana, bastante ácida con algunos pastores que habían dejado la vida trabajando, acota el pastor. Diego, en cambio, era el verdadero showman: un standupero de mentalidad muy abierta, con una iglesia a la que iba todo el mundo, travestis, vedettes, una congregación variopinta, que Dante criticaba. Diego murió en 2010. Dos años antes, Leila Guerriero publicó una crónica sobre él: el Pastor de los márgenes, con sus “prédicas con plumas y strass”, noches en cabarets, teatros y bares. En esas crónicas, no hay confrontación explícita entre los hermanos: más bien una idea más parecida a que los dos encontraron en la vida religiosa una calma que nunca habían tenido. La familia Gebel, escribe Guerriero, fue siempre estricta. “Mamá Nélida y papá Federico, católica ella, protestante él, no eran religiosos, pero la ascendencia de ambos -inglesa, alemana- alcanzó para dar severidad a los retoños. No se veía televisión, no se decían malas palabras. Federico, el padre, fue carpintero toda la vida y fue, también, alcohólico y violento. Cuando los dos mayores se casaron y se fueron de la casa, Nélida parió a su último vástago, Dante”. Nélida tuvo un cáncer y un milagro. Diego la llevó a una iglesia con techo de chapa. “Pasé por el pasillo entre toda la gente y me caí de rodillas”, le dijo la mujer a Guerriero. “Sentí que me arrancaban algo”, continuó. “Al otro día apareció mi hijo mayor y me dijo: ‘Mamá, anoche Dios hizo una obra’”. Nélida se curó. Federico dejó de tomar. Diego y Dante iniciaron la carrera pastoral. Años después, Dante Gebel retoma esa tragedia en clave paródica durante su show dominical. Por allí transita otra porción de los rotos. “Un hospital de gente rota”, dice él. “Que aprendió a no fingir la realidad”. 5. El salto a la política La carrera de ascenso evangélico de Gebel siempre estuvo escoltada por la política. En una entrevista radial de enero de 2025, Daniel Mollo le pregunta cómo pasó de Billinghurst a Miami. En Billinghurst, dice Gebel, no había ni Nobel ni Pulitzer. “Estudias en el colegio que te queda más cerca, si sos varón vas al industrial, si sos mujer al comercial. Y en mi caso, era el Emilio Mitre o el Siemens porque quedaba bien para ir caminando: esa era la gran decisión de futuro, no era un tenedor libre, era esto o esto”. Para salir del barrio, empezó a dibujar. Leyó a Quino, Ordoñez, Caloi y Fontanarrosa. Trabajó en un local de instrumentos de música y a la madrugada comenzó un programa de radio en Munro. Tres años después, recibía de 20 a 30 llamadas, calculaba 100 oyentes detrás de cada uno. “¿Te acordás de Badía en el Teatro Astral?”, le preguntó a Mollo. Y convocó a la audiencia a una especie de Imagen de Radio en un cine de Villa Ballester. Ese día encontró 10 mil personas en la cola. “Ahí me dije: acá hay algo”. Siguió Obras, Sarmiento y, en 1996, la primera cancha de Vélez. Para algunos evangélicos, ese fue el salto a la política a caballo de Palito Ortega y de la propia iglesia. 6. Yo tengo fe Ese primer Superclásico con los Jóvenes fue un punto de giro. Gebel había alquilado el estadio sin campaña de prensa. Sin que nadie lo invite, apareció Palito Ortega, entonces gobernador tucumano. Gebel dudó, pero lo invitó al escenario y él cantó “Yo tengo fe”. Al otro día, Gebel fue tapa de todos los diarios como “El Pastor de los Jóvenes”. Que no es así. Que sí. En la vida real, dos pastores todavía discuten aquellas escenas. Que después se fue a Estados Unidos. Que no se fue. Que se lo llevaron. Que lo cooptaron. Que no lo cooptaron. “Él se fue preparando a sí mismo para irse a Estados Unidos desde el encuentro en la cancha de Vélez con Palito Ortega”, dice uno de los dos. “En esa cancha se convocó al pueblo evangélico, pero apareció la propaganda política de Ortega”. Y empezó. 7. Mi amigo, el candidato Año 2017. Gebel vive en Estados Unidos y regresa al país. Aquí recibe el título de Ciudadano Ilustre de San Martín. Gabriel Katopodis es intendente. Daniel Scioli los había presentado. A Scioli le servía el vínculo con Gebel y lo mismo le pasaba al pastor. Se conocían desde hacía tiempo. En 2011, Scioli le había dado el Estadio Único de La Plata. En 2015, Gebel agradeció públicamente en plena campaña con dos efusivos mensajes, marzo y septiembre. “¡Qué no panda el cúnico!”, escribió en Facebook. “Gente querida por más que algunos se rasguen las vestiduras, quiero dejar en claro lo que vengo diciendo desde hace mas de veinte años: soy muy amigo de mis amigos”. Y siguió: “Soy muy amigo de Daniel Scioli, lo conocí en la boda de uno de los hijos Montaner y luego cenamos una veintena de veces”. El mensaje seguía. “Hablamos de Dios, de la Fe, fue el primer funcionario que me prestó un estadio por dos días para poder predicar y fue quien más me ha apoyado en varios proyectos. Sea el próximo presidente de la Argentina o no, siempre tendré una deuda de gratitud y soy y seguiré siendo su amigo”. También hubo otros trampolines: Carlos Menem en 1998 le dio espacio en ATC a pedido de otro amigo, el Puma Rodríguez. Fernando de la Rúa en 2001, le dio el Obelisco para un acto en el que congregó 100 mil personas. Alejandro Romay abrió las puertas de la tevé de EE.UU. Robert Schuller, la Catedral de Cristal en San Francisco, meca evangélica de Estados Unidos. 8. La Catedral: poder y geopolítica evangélica Gebel llegó a la Catedral de Cristal a mediados de 2001. Invitado como pastor de habla hispana se formó bajo la tutela de Schuller. “Juan Carlos Ortiz se retiraba de la iglesia de Cristal y quería dejar a alguien de confianza”, rememora uno de los dos pastores que siguen conversando. “Entre otros llamados, Ortiz fue llamado Dante que aceptó”. Estados Unidos tuvo distintas etapas. La Catedral se fundió. Los católicos la compraron. Gebel fundó entonces el River Church. Desde allí la agenda es amplia e hispana. En 2010, criticó la ley de matrimonio igualitario: “aberración” y “retroceso”. Dijo que los periodistas que la apoyaban tenían un “doble discurso” y que la mayoría “rompería en llanto si su propio hijo le confesara su homosexualidad”. Posturas similares expresó frente al aborto. En EE.UU. realiza donaciones millonarias. Asistió en África, Venezuela, viajó a Salvador, pero también envió donaciones a Bahía Blanca y a pastores de las iglesias. Pero esas donaciones no son gratis, dice el pastor A.: “Te pide que te saques una foto con la remera y le muestres adhesión”. En el debate global, Gebel aparece como el hombre detrás del que se encolumnan los sectores conservadores de Estados Unidos. Juan José Tomayo, teólogo y columnista de El País, recientemente fallecido, incluyó su nombre en esos términos y el de su inspirador Robert Schuller como parte del todo poderoso círculo conservador. El regreso a la Argentina acaso comenzó con el contacto con Pergolini. Los dos se conocieron antes de la pandemia cuando Pergolini lo invito a Vorterix a una entrevista y se sorprendió por el impacto que Gebel causó especialmente entre los jóvenes en la calle. Los que antes le preguntaban por figuras del rock, empezaron a preguntarle si eran amigos. Pergolini dice sobre aquel momento que le llamó la atención y empezó a acercarse. Hoy, él produce el programa de televisión de Gebel, La Divina Noche en Canal 13 y el programa de Radio10. 9. La hora de los outsider El Diario Cristiano se preguntó esta semana si es posible que sea candidato o se trata de la vieja estrategia de “la gallina” que “cacarea en un lado para poner huevos en otro”. A Gebel, también a ellos les resulta difícil de calificar. Algunos lo consideran un showman, otros un pastor dedicado y otros un imán de multitudes, las mismas que la política pierde en Argentina. Opinaron pastores de orígenes bien distintos con posiciones que, sin embargo, coinciden en un punto: casi nadie está a favor de su candidatura. Walter Serantes de UAD, Unión de Asambleas de Dios, dijo que no vale la pena involucrarse en política porque todos los que entraron “terminaron mal, ensuciados, de mal nombre, presos, asesinados”. Daniel Rojas, del Tabernáculo de la Fe, no lo quiere por la presencia de un operador peronista: “Entiendo que ningún espacio es 100 por ciento puro --dijo--, pero el justicialismo se ha encargado de ir en contra de todos los valores cristianos”. Gabriel Ballerini, gladiador de la batalla cultural de Milei, le “resulta llamativo que alguien que emigró hace casi 20 años tenga esas aspiraciones presidenciales”. Gerardo Oberman mira el mapa internacional y el impacto de un candidato construido en EE.UU. “Si bien su discurso público pareciera más cercano a la realidad, no deja de ser un exponente de este modelo de teologías que abrazan al poder y que buscan conquistar esa esfera de la vida”. Una única excepción avala la candidatura, pastor y exconcejal de UxP. “Si hace cinco años pensábamos que Javier Milei podía ser presidente, decíamos que eso solo ocurriría en Narnia” y por eso dice que ahora “veo con muy buenos ojos la llegada de Dante”. 10. ¿Cómo se saca a un Outsider? Gabriel Mariotto debió salir a desmarcarse del operativo clamor: “No formo parte de este proyecto”. El exvicegobernador bonaerense es parte de Fuerza Argentina, el espacio de Brey. Estuvo en el show de Gebel, incluso con todos los prejuicios, disfrutó y admite que muchos de sus compañeros “dan el paso de acompañar una eventual candidatura de Dante Gebel”. Y repitió: “Yo no”. Los entiende, aclaró, porque la “confusión es total”, pero, siguió: “Mi formación es que a un outsider como Javier Milei no se lo saca con otro outsider, se lo saca con política y yo creo en la política”. 11. El River Domingo. Gebel está otra vez en pantalla y una pregunta queda en el aire. Qué hace que este front, que habla recontra castellano, tenga tanta centralidad en este país. “Gebel juega con otra marquesina” ¿Qué es lo que funciona de su mensaje? Marcos Carbonelli es sociólogo, investigador y docente, autor de “Los evangélicos en la política argentina”. “Lo que veo es que hay una condición de posibilidad que se expande -dice-. Gebel es el ejemplo perfecto. Hay un ascenso de la figura del pastor evangélico y pentecostal que apriori no tiene ninguna formación de tipo seminario. Lo que está ocurriendo es que sus líderes se vienen profesionalizando. Y él elige la cosa pública y es un gran acierto” - ¿Qué ve de nuevo? – Veo que llega a la calle Corrientes con una lógica del espectáculo. El Pastor Giménez lo había conseguido, pero en sus propios términos, como pastor. Gebel juega con otra marquesina. No te das cuenta de lo que es hasta que estás adentro. Por eso, seculariza su mensaje: menos Dios, una religión que pasa a segundo plano. – ¿Cree que puede tener apoyos? – La comunidad de pastores en realidad es muy reacia a meterse en política. Invierte tanto en su construcción que se resiste a cualquier turbulencia. Sí opinan, pero no se meten en política. – ¿Cuáles son las dudas? – No me cierra la temporalidad. Falta mucho. Parece un globo de ensayo. Lo veo más parecido a una búsqueda desesperada de un sector tal vez peronista para construir su propio outsider y operar contra Milei. - ¿Cree que puede haber arrastre de un voto evangélico? – Difícil que genere adhesión en las iglesias porque son muy autónomas. No hay un orden jerárquico como en la iglesia romana, hay otras lógicas. “Un fenómeno que no puede leerse sólo en términos personales” Mirta Campanella es la responsable del diálogo con las iglesias de San Martín, el territorio de origen de Gebel. Subsecretaria de la Agencia para el Desarrollo de las Instituciones Religiosas su espacio articula unas 500 instituciones, 80 por ciento de las cuales son evangélicas en una población que a su criterio viene en ascenso. Campanella sostiene en ese sentido dos cosas. Que en los 90, la figura de Gebel generó debates y resistencias porque utilizaba un lenguaje y formas que no eran habituales en ese momento pero que lo que está pasando ahora con su figura no puede leerse sólo en términos personales. “También tiene que ver con un crecimiento muy fuerte del mundo evangélico en Argentina. Estudios del Conicet hablaban hace algunos años de 15 por ciento de la población y desde el territorio hoy entendemos que ese número podría estar cerca del 20 o 25 por ciento”. “Socialmente estamos en momentos donde aparecen figuras nuevas, outsider –dice- y donde la política tradicional convive con fenómenos inéditos. Por eso cualquier proyección sigue siendo incierta y más material de análisis que de afirmaciones cerradas”.
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