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» El cordillerano
Fecha: 22/12/2025 06:12
Ojo seco: un hallazgo en células madre abre una nueva esperanza de mejora La enfermedad del ojo seco, una molestia y riesgo para millones, ha encontrado una nueva esperanza gracias a un desarrollo en el campo de las células madre. Este trastorno, que afecta entre el 5 y el 15% de la población, se caracteriza por ardor, enrojecimiento y fatiga ocular, extendiéndose más allá de ser solo un pequeño inconveniente. Pueden incluso dañar la visión significativamente, afectando la superficie ocular y elevando el riesgo de infecciones. Un equipo internacional de investigadores, liderado por Sovan Sarkar de la Universidad de Birmingham en Reino Unido, ha dado un gran paso al cultivar en laboratorio glándulas lagrimales humanas. Este avance permite, por primera vez, una mirada íntima al mal funcionamiento de estas glándulas. La piedra angular del estudio ha sido un proceso celular crucial denominado autofagia, que ejecuta una "limpieza" continua dentro de las células, eliminando componentes dañados y obsoletos. El fallo de este mecanismo resulta en lágrimas insuficientes o de mala calidad, exacerbando los efectos del ojo seco. Comprender cuál es el verdadero impacto del ojo seco sobre la visión obliga a explorar las razones detrás del deterioro de la función de las lágrimas. Más allá de la simple hidratación, estas son imprescindibles para la lubricación, la eliminación de impurezas y la inmunoprotección de la córnea. Diversos catalizadores, incluyendo cambios hormonales, condiciones autoinmunes, alérgicas, y el envejecimiento, agravan esta condición cuando la respuesta adecuada no es administrada. Al activar genéticamente los organoides creativos -a partir de células madre de glándulas lagrimales humanas-, los investigadores lograron emular con precisión las funciones de sus homólogas naturales. Este proceso permitió obtener evidencias sobre algo que sospechaban: que un fallo en la autofagia puede alterar fundamentalmente el bienestar ocular. Finalmente, el grupo también enriqueció esta innovadora investigación tratando estos organoides con mononucleótido de nicotinamida y melatonina, bajo estas condiciones, se observó una mejora en el funcionamiento y producción de proteínas lagrimales, sugiriendo sus potenciales terapias. Este estudio no promete curar el ojo seco aún, pero el desarrollo en glándulas lagrimales humanos en laboratorio allana el camino a futuras intervenciones sin pruebas invasivas o riesgos para pacientes. Cada paso se enfoca en ganar terreno para que más estrategias aparezcan frente a un trastorno que impacta la vida diaria de millones, subestimado a menudo pero igual de significativo.
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