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» Sunchales Hoy
Fecha: 21/12/2025 23:42
La sociedad de consumo instaló otros nombres y otros personajes. ¿Santa Claus o Papá Noel? A veces nombramos de una forma u otra a este personaje vestido de rojo, pero entre ellos existen diferencias. Papá Noel proviene de tradiciones europeas. Su nombre se deriva del francés Père Noël, que significa “Padre Navidad”. Está ligado a la historia de San Nicolás, un obispo del siglo IV conocido por su generosidad y por los milagros que se le atribuyen. Santa Claus, en cambio, es una figura desarrollada principalmente en los Estados Unidos, influenciada tanto por Papá Noel como por la leyenda de San Nicolás. Su popularidad creció en el siglo XIX gracias a campañas publicitarias y obras literarias. Se lo representa como un hombre regordete, de barba blanca y vestido con un traje rojo, que viaja en un trineo tirado por renos y entrega regalos a los niños. Ambos personajes nacieron en lugares lejanos a los nuestros, donde la Navidad transcurre en invierno y la nieve embellece el paisaje. No sorprende que, cuando este personaje de imagen generosa de Papá Noel, se incorporó a la cultura del consumo, los comercios le abrieran la puerta con entusiasmo. Las vidrieras se engalanaron y él se transformó, sin duda, en el embajador de las ventas masivas. Narices pegadas a los vidrios soñaron —y sueñan aún— con regalos hermosos que quizá nunca llegarían. Alguna vez me cuestionaron por no haber creado en mis hijos la magia de su llegada en Nochebuena, para que esperaran el regalo del hombre que, con su enorme bolsa, distribuía obsequios por los hogares. Si bien algunos profesionales admiten que la fantasía desempeña un papel clave en el desarrollo emocional de los niños —estimula su creatividad y les permite explorar emociones como la sorpresa y la alegría—, siempre puse en la otra balanza la tristeza de aquel niño que no recibe nada, o cuyos padres apenas pueden comprar lo más económico, frente a los regalos de alto valor que aparecen en la mañana del 25 sin más explicación que el arbitrio del viejecito de la barba. Ese fenómeno fue la razón de mi negativa: no quería que mis hijos quedaran atrapados en la trama colectiva de esperar un regalo mágico, que se mostraba generoso en algunos hogares, pero avaro o menos dadivoso en otros. La mayoría alienta la idea de que los niños aguarden a Papá Noel y vivan una noche de encanto, que con el tiempo se va diluyendo. No es para juzgar, sino para interpretar y aceptar otro modo de entender los acontecimientos. La Nochebuena y su sentido profundo Para los creyentes, la Nochebuena tiene connotaciones más relevantes que la llegada de Papá Noel, quien alegre y contento distribuye regalos de manera caprichosa. La Navidad celebra el nacimiento de Jesús, la reunión familiar y la solidaridad entre cristianos. Es un momento de alegría y reflexión. Se admira al niño nacido, no a un señor gracioso que reparte obsequios, aunque la sociedad de consumo todo lo transforme. Que cada hogar regale a sus niños un momento tierno, un “te quiero”, un abrazo profundo. Y si hay posibilidad de un obsequio, que se sume una mirada comprensiva expresando el amor que les profesan. Feliz Navidad para todos. Griselda Bonafede
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