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» Clarin
Fecha: 21/12/2025 23:32
“Los mejores del año somos nosotros. Estudiantes ganó el Clausura y este partido con el ganador del Apertura: este título demuestra quien fue el mejor del año”, dice, con cierto rigor analítico y algo de ironía, el arquero Fernando Muslera. El argentino por nacimiento y uruguayo por adopción y convicción, deja claro en el medio de los festejos por la obtención del Trofeo de Campeones, que la versión contemporánea del Pincha juega en la cancha y fuera de ella. El espaldazo de los jugadores y su respectiva la sanción a los futbolistas que lo protagonizaron y al presidente Juan Sebastián Verón, terminaron empoderando al club como el némesis de los equipos “del poder”. El Pincha es el símbolo de una pelea política inabarcable que conjuga en la misma trinchera más intereses que los simbólicos. Ningún futbolista de Estudiantes nombró a Rosario Central, a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) o a su presidente, Claudio Tapia, pero todo el tiempo hablaron de ello. Lo hizo de entrada el ex arquero de la Selección uruguaya, que implícitamente se refirió al título de escritorio de Campeón de Liga otorgado a Rosario Central por “decisión unánime” del Comité Ejecutivo, a poco del comienzo de los playoffs del torneo Clausura. Además de Muslera, Santiago Ascacibar y Edwuin Cetré conversaron con Clarín en la misma cancha en la que unos minutos atrás habían logrado darle vuelta el partido a Platense para sumar su segunda estrella en una semana, con la sensación que fueron conquistadas inmediatamente después de consumar el espaldazo que dio la vuelta al mundo. De octavos en adelante, el equipo de La Plata, fue imparable. “Eso lo sabe todo el mundo: Estudiantes en el mata-mata es muy complicado: cuando entramos (al play off) a todos les dio cagazo, porque Estudiantes es mística”, contextualizó el colombiano Cetré con un arraigo notable. Según el desequilibrante jugador, la clave de todo fue la clasificación que activó el mejor de los modos que puede mostrar el equipo de Eduardo Domínguez. Estudiantes tiene una historia rica en conquistas. Supo salir campeón del Mundo en la época de la televisión en blanco y negro y mostró, en colores y pantalla plana, como jugarle de igual a igual al Barcelona de Lionel Messi y quedarse con las manos vacías solo por el hecho de no aguantar los 90 minutos a un equipo de ese tamaño. En el medio, la cantidad de títulos le otorgan esa mística que identifican con su ADN Pincharrata. -¿El espaldazo los fortaleció tanto como los expuso? Cetré: Expuestos quedaron ellos con todo lo que hicieron, con todo lo que nos cagaron en los partidos. Nosotros hicimos un pasillo que ni deberíamos haber hecho porque no fueron campeones. Es algo que no estaba escrito y le dieron un trofeo a un equipo que no se lo merece. Se merece un reconocimiento, pero no un título. Con lo que cuesta salir campeón, que venga un persona en una oficina y se lo den es una falta de respeto a todo el fútbol. Muslera: No, el espaldazo nos cambió la ambición y las ganas. Estudiantes fue el campeón de la resiliencia, siempre fuimos visitantes en todo el recorrido y mantuvimos los ideales de Estudiantes. Pudo haber otro equipo con algún reconocimiento por su campaña… Pero nosotros somos el mejor equipo del año: ganamos el Clausura y la Recopa (sic) al campeón del Apertura. Tuvimos que dar nuestra pelea dentro del campo. Sabemos lo que es Sebastián (Verón, el presidente de Estudiantes) en el club y en la Argentina así que cada uno luchó desde el puesto que le tocó. Ascacíbar: No fue solo el espaldazo. Fue todo lo que se trabajó en el año. Nosotros lo hicimos por nosotros mismos, por la competencia y estamos felices porque esto te lleno de orgullo. Tal vez la discusión que se armó queda cerrada de esta manera: salimos dos veces campeones. -Pero hubo un sprint final demoledor, contra un torneo irregular… Muslera: Después de Tigre dije que no nos dieran por muertos. Estudiantes se asemeja a mi país, Uruguay, que nunca tiene las cosas regaladas, sino que las tiene que pelear. El fútbol argentino tiene mucho de dinámica y momento: sin ir más lejos, Platense tuvo vacaciones, un mes sin jugar, empezó una pretemporada para preparar la final que jugó muy bien. Cetré: No es fácil el fútbol argentino. Dicen que no tuvimos un buen torneo y que entramos (a octavos de final) de casualidad entramos como teníamos que entrar hoy si miran todo el torneo, no fue malo. Ascacíbar: Me parece que esto que terminamos mostrando (en los playoffs o la final del Trofeo de Campeones) también lo hicimos en la Libertadores. A veces es difícil plasmar todo en la doble competencia. Estudiantes no sólo salió campeón después del espaldazo. Lo que nunca había sucedido hasta el momento fue el entrecruzamiento de político y deportivo con resultados exitosos. Dentro del campo de juego donde los campeones decidieron festejar el título de cara a la gente que se mantuvo en las tribunas casi dos horas después del final, Cetré aporta una idea final para redondear el concepto. “Ya somos los campeones, que la cuenten como quieran”, dijo y dio por terminada su participación en la charla, para volver a festejar con el resto. Sobre la firma Newsletter Clarín
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