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» D24ar
Fecha: 21/12/2025 23:25
Argentina mira hacia el futuro con un sistema que intercambia calorías por energía eléctrica. Sin saberlo, puede ser justo lo que necesitábamos. La actividad física y el ejercicio son buenos para casi todos los usuarios, incluso las personas mayores. De hecho, diferentes estudios científicos han revelado a lo largo del tiempo lo peligroso que es el sedentarismo y el permanecer quietos durante largos periodos de tiempo. Beneficios del ejercicio, cruciales para el nuevo sistema en el que trabaja Argentina Mientras la carrera global por la energía se inclina hacia el centro de la Tierra, Argentina parece estar más interesada en explotar la energía que desprende el ser humano. Que una persona se mantenga activa puede ayudarla a conservar y mejorar su fuerza para que pueda ser independiente por más tiempo, tener más energía, reducir la fatiga, prevenir posibles enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2, mejorar el sueño, reducir los niveles de estrés y ansiedad y controlar la presión arterial, entre otros beneficios. Diferentes investigaciones han sacado a la luz que practicar ejercicio no solo es algo bueno para la salud física, sino también para la salud emocional y mental. En líneas generales, aminora los sentimientos de depresión y estrés, mejora el estado de ánimo general, aumenta el nivel de energía y permite que el individuo sienta más control sobre sí mismo. Adicionalmente, un grupo de profesionales de Argentina quieren utilizar esa misma energía humana para crear electricidad. Antes de recurrir al viento, al Sol o al agua, piensan que el propio ser humano puede ofrecerse su propio autoabastecimiento. El nuevo proyecto que eleva el concepto energético de Argentina Cientos de usuarios producen energía mecánica cuando pedalean en las bicicletas fijas de los gimnasios. No obstante, ese esfuerzo se desaprovecha al tiempo que los salones de fitness continúan dependiendo de la electricidad de la red, proveniente en su mayoría de combustibles fósiles. Pero todo podría cambiar si se cumpliera su propuesta. Convertir ese esfuerzo en energía limpia. Este propósito incentivó a un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de Rafaela a crear Energym, una startup que incita al usuario a entrenar mientras cuida el medio ambiente. Su modelo energético funciona de la siguiente manera. Primero captura la energía mecánica generada durante el pedaleo. Luego, la transforma en electricidad a través de electrónica de potencia y la inyecta en la red interna del local o la almacena en baterías. Su concepto escala mucho más. Plantea transformar los gimnasios con retrofitting, término que se refiere a la incorporación de tecnologías y componentes de equipamientos existentes para modernizarlos. No se basan en comprar soluciones nuevas, sino en recurrir a un kit modular de conversión cuyo destino es la instalación en bicicletas fijas existentes. Esto en contraposición de las soluciones importadas que demandan la compra de nueva maquinaria. Entrenar puede convertirse en una práctica consciente y sostenible para Argentina Pero ¿hasta qué punto llega la idea de los profesionales santafesinos? Alcanzar la autosuficiencia energética con el solo uso de la energía producida en las bicicletas fijas de un gimnasio parece una utopía. Se ve como una ilusión lejana de la realidad al reparar en los consumos intensos de la climatización o equipamientos de alta demanda. No obstante, iProfesional recoge las declaraciones de Esteban Porporato, integrante del equipo emprendedor, quien asegura que “en una clase de Spinning de una hora, cada usuario genera entre 150 a 250 Wh (vatios por hora) por cada bicicleta. Con varias bicis activas a lo largo del día, el gimnasio puede cubrir la demanda de su iluminación LED, alimentar cargadores de dispositivos o reducir una parte concreta de su consumo eléctrico”. La meta no es desconectar a los gimnasios completamente de la red, sino aprovechar la energía cinética de los usuarios para disminuir costos y seguir una línea sustentable. El pasado mes de junio, el proyecto salió finalista en la competencia UnRaf startup, lo que permitió que los emprendedores pudieran establecer el proyecto en el Laboratorio de Investigación y Desarrollo en Electromovilidad, Eficiencia Energética y Energías Renovables de la Universidad santafesina. Por ahora, el prototipo sigue en la etapa de desarrollo, aunque a un nivel avanzado en términos conceptuales y técnicos. Así es como Argentina señala un nuevo rumbo para el mundo: intercambio de calorías por energía eléctrica. En paralelo, Argentina experimenta con otro tipo de energía infinita en Mar del Plata.
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