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Paraná » Confirmado.ar
Fecha: 21/12/2025 22:29
En su debut en una votación sensible, el diputado entrerriano Darío Schneider optó por la abstención mientras se discutía la derogación de la emergencia en discapacidad. Un gesto político que no fue neutral y que vuelve a mostrar a un radicalismo desdibujado, sin rumbo y cada vez más funcional al ajuste del gobierno de Javier Milei. - Por AF El estreno parlamentario de Darío Schneider dejó una señal clara: cuando el Congreso debía pronunciarse en defensa de derechos básicos, el diputado elegido bajo el paraguas político de Rogelio Frigerio prefirió correrse. En el tratamiento del Presupuesto 2026, y particularmente del capítulo que eliminaba la emergencia en discapacidad y el financiamiento universitario, Schneider eligió la abstención, una decisión que pesa más por lo que evita que por lo que dice. La votación no era una más. Se trataba de sostener leyes aprobadas por el propio Congreso, luego vetadas por el presidente Javier Milei y restituidas por insistencia de ambas cámaras con mayorías agravadas. Aun así, cuando llegó el momento de ratificar o rechazar ese retroceso, el legislador entrerriano optó por no tomar partido, en una escena que sintetiza la crisis profunda del radicalismo en el Congreso. Con apenas seis diputados nacionales, la UCR atraviesa su momento de mayor debilidad institucional. Lejos de mostrar cohesión frente a un ajuste que golpea a universidades, personas con discapacidad y prestadores de servicios esenciales, el bloque se fragmentó en todas las direcciones posibles. Hubo quienes acompañaron al oficialismo, quienes votaron en contra y quienes, como Schneider, eligieron el terreno cómodo de la indefinición. Esa abstención no fue un acto aislado. Se inscribe en una lógica más amplia donde los diputados que responden a gobernadores aliados a la Casa Rosada evitan confrontar con el Ejecutivo nacional. Schneider, alineado con el frigerismo, no hizo uso de la palabra ni asumió una defensa explícita de la emergencia en discapacidad, aun cuando el impacto del recorte es concreto y afecta de manera directa a miles de familias. Mientras el oficialismo lograba aprobar el Presupuesto en general con apoyos transversales, el capítulo más sensible terminó siendo rechazado por escaso margen. Allí quedó expuesto que el radicalismo ya no funciona como un partido con identidad histórica, sino como un conjunto de individualidades atadas a conveniencias locales y acuerdos de ocasión. La defensa de la universidad pública y de las políticas de inclusión para personas con discapacidad fue, durante décadas, una bandera central del radicalismo. Hoy, esa tradición aparece diluida en silencios, abstenciones y votos funcionales al ajuste. En ese escenario, el debut de Schneider no pasó inadvertido: cuando había que elegir entre el recorte y los derechos, eligió no elegir. Y en política, esa decisión también tiene consecuencias. - Periodista de investigación
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