21/12/2025 12:13
21/12/2025 12:11
21/12/2025 12:10
21/12/2025 12:02
21/12/2025 11:54
21/12/2025 11:52
21/12/2025 11:47
21/12/2025 11:47
21/12/2025 11:45
21/12/2025 11:45
Gualeguay » Debate Pregon
Fecha: 21/12/2025 10:34
Año escolar: (pulgares entre tantas) Aldo Andrés Riquelme, además de ser profesor de Historia y Lic. en Análisis Educativo, desde su responsabilidad en la Dirección de la Escuela N°15 “Angélica Lencina”, del 8°Distrito, marca la preocupación desde la educación, pero a la vez confía en la creación de comunidad, socialización, amistades y vínculos que sigue proporcionando la Escuela. ¿Cómo y qué describir de este ciclo lectivo? -Ha sido un año largo, recordando que arrancamos temprano y estamos terminando el 23 de diciembre, en el caso de los directivos y el 17 los docentes. Se puede decir que lo extenso del año se combina con una situación socioeconómica comunitaria y cultural compleja. Por un lado, se van notando los avances, pero por otro aparecieron nuevas dificultades relacionados a los problemas que acarrean las nuevas tecnologías. Esto nos puso a prueba constantemente, ya sea dentro como fuera del aula. Esa constante de prueba y error termina siendo agotadora. -El trabajo docente es un trabajo de acompañamiento, de encuentro con el estudiante, de diálogo, y hoy lo que se nos dificulta es ese diálogo, es el valor que se le da a la escuela, a los saberes que circulan en la escuela, a lo que se enseña y se aprende en relación con el mundo que nos rodea. Pero el mundo actual está en un profundo, constante y veloz cambio que no nos da tiempo a parar, pensar, reflexionar sobre cómo atraer la atención de gurises y gurisas con un teléfono como si fuera una extensión del cuerpo. En 2014, Michel Serres escribía sobre la realidad en Francia en un libro llamado Pulgarcita, y con el nombre se refería a esos adolescentes que viven en sus pulgares, haciendo referencia al uso y abuso de los teléfonos. Esto es lo que nos pasa hoy, y allí el desafío de acaparar la atención de sujetos con conductas dispersas. En escuelas rurales, ¿es igual o existen marcadas diferencias? -El trabajo en las escuelas rurales es siempre distinto a las escuelas urbanas. La tecnología acerca a las dos realidades lo cual es buenísimo, pero también el contacto con pocos estudiantes (lo cual es característica singular de la ruralidad) permite una enseñanza más cercana, una experiencia de encuentro más personalizada. Pero otra cuestión es que en las escuelas rurales existen los multiaños, eso significa que en muchos casos un mismo docente convive con estudiantes de primero, segundo y tercer año en una misma aula, lo cual es un desafío para los docentes. También está el desafío de la presencialidad, ya que muchas veces las distancias y caminos no permiten que los docentes lleguemos a la escuela, y ahí se pone en juego la virtualidad. Si bien esto último puede ser una dificultad, también está la fortaleza de que jamás los chicos se queden sin ese proceso de enseñanza y aprendizaje, porque los docentes nos comunicamos para que no haya un día que no se enseña. Quizás no es lo mejor, pero es una posibilidad, es por eso que incluso a nivel del Estado se piensa en asegurar mejor conectividad para fortalecer estos otros modos. Son excepcionales y no deben ser, a mi criterio y con la experiencia acumulada en estos años de la escuela en general, una regla, sino solo una excepción. Señalabas distintos conceptos que encierra la ruralidad, ¿poca matrícula se ve? -No veo en riesgo a las escuelas rurales, creo que siguen siendo la única garantía en lugares alejados de la ciudad y a la vez es una marca registrada de nuestro país y ni hablar en nuestra provincia. La educación rural es el brazo del Estado donde no llegan otros organismos. Los y las docentes son soldados que llevan una posibilidad educativa donde no llegan otros. Por eso sostener esta modalidad es fundamental, y mantener su singularidad también lo es. -Creo que estamos expectantes, por un lado el cambio de autoridades en el CGE puede dar aire fresco y otras perspectivas, tal como lo expresó el presidente del Consejo General de Educación, mirando lo bueno, revisando lo que no haya salido bien. Sin embargo, y como docente del nivel superior en cuanto a la formación docente, pongo un llamado de atención sobre los cambios que se quieren hacer, lo cual dejaría sin oferta de formación terciaria a muchos lugares solo por cuestiones de ajuste. Ojalá el nuevo presidente Cuenca, que viene de gestión y experiencia universitaria revise esta decisión, ya que ha generado mucha incertidumbre y a esta altura del año. ¿Nos metemos en otros conceptos? -Sí. Porque otra cosa que provoca incertidumbre y malestar es el proyecto de educación nacional. Ya hay muchos sectores expresándose sobre esto. Creo que es inquietante el proyecto porque no solo cuestiona los fundamentos presentes de la educación con datos que no son siempre reales, sino que también pone en cuestionamiento las bases históricas, te diría no solo de la ley actual, sino la ley fundacional del sistema educativo, la 1420, en la que el Estado asumía la responsabilidad genuina, material y pedagógica de la educación nacional. Tocar esas bases, es poner en jaque a la estructura que tantos resultados dio. En todo caso, revisar y mirar con atención los defectos, formar entre lo que debemos sostener y lo que se debiera cambiar está bien, pero ir a un cambio de paradigma que incluso diría que no tiene una evaluación real de sus repercusiones sociales, educativas y comunitarias, me parece sumamente riesgoso. Recordemos que la ley Nacional ha sido fruto de largos y profundos debates, cosa que el proyecto nuevo no refleja, sin embargo creo que debe considerarse que un cambio así requiere debates con participación de universidades, escuelas, organismos y otros sectores vinculados a la educación. -Repito, veo expectante lo que aparece en el horizonte. A nivel provincial tengo buenas sensaciones, pero a nivel nacional me inquieta. Por otro lado, veo que a medida que nos alejamos de las consecuencias de la pandemia se pueden ver mejores resultados. Sin embargo, la cuestión que también es preocupante es la salarial en relación a los docentes como en relación a la comunidad. Lo social y lo educativo van de la mano. Sin mejores condiciones de vida en un mundo que habla de ajuste, es difícil ver con expectativas positivas el futuro de nuestros niños y jóvenes. -Mientras tanto, la escuela existe, resiste y avanza poniendo el esfuerzo, el compromiso y el cuerpo en donde más nos necesitan y donde realmente sucede todo que es en la escuela, en las aulas. La escuela crea comunidad, crea socialización, se recrean amistades y vínculos genuinos, rompe con la individualidad a ultranza y propone el encuentro. Ojalá sea un año próspero, prometedor y con una sociedad que fomente ese encuentro, el mirarnos como personas, el diálogo como principal herramienta para vencer el aislamiento y las diferencias.
Ver noticia original