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Concordia » Saltograndeextra
Fecha: 21/12/2025 07:55
El campo entrerriano atraviesa un cierre de año con señales mixtas: mientras el trigo logra cifras históricas de rendimiento, el maíz de primera enfrenta un escenario crítico por estrés hídrico y lluvias desiguales, según el Sistema de Información de la BolsaCER (SIBER). La cosecha de trigo en Entre Ríos cerró con resultados excepcionalmente positivos. La provincia finalizó la campaña sobre 729.900 hectáreas cosechadas, alcanzando un rendimiento promedio de 4.200 kg/ha. Este desempeño representa un aumento interanual del 32% y una mejora del 26% respecto al promedio de los últimos cinco años. Además, la producción total provincial se estima en 3.068.580 toneladas, consolidando una de las campañas más exitosas de los últimos tiempos. En un contexto económico complejo y con tensiones productivas en otros cultivos, esta performance se convierte en un factor clave de alivio para la matriz agroproductiva entrerriana y para las economías regionales. Sin embargo, mientras el trigo entrega una ventaja productiva clara, otra parte del sistema agrícola provincial enfrenta un panorama completamente distinto. Maíz de primera: alerta por estrés hídrico y producción en riesgo La otra cara del balance agrícola en Entre Ríos 2025 es el maíz de primera. Con 430.000 hectáreas implantadas, gran parte de los lotes atraviesa su período crítico, especialmente en fases de panojamiento (VT) y grano lechoso (R3). Precisamente allí es donde la falta de agua comenzó a impactar con fuerza. En apenas 15 días, la proporción de cultivos evaluados como “buenos a muy buenos” cayó del 96% al 84%. Esta caída está asociada a un comportamiento climático desigual: mientras el centro-norte provincial registró lluvias superiores al promedio, el sudeste sufrió precipitaciones por debajo de lo normal. Como consecuencia, el SIBER advierte que los rendimientos difícilmente superen los 5.000 kg/ha, debido a la pérdida de hojas basales por falta de humedad. La posibilidad de recuperar parte del potencial productivo queda supeditada exclusivamente a la ocurrencia de lluvias significativas en el corto plazo. Hoy, el maíz corre la carrera contra el clima con un margen cada vez más ajustado. Proyecciones: maíz tardío en crecimiento y un panorama negativo para el sorgo Aunque el escenario es desafiante, el sistema agrícola entrerriano no se detiene. La provincia ya registra movimientos estratégicos de planificación para lo que resta del ciclo 2025/26. Por un lado, la siembra de maíz tardío y de segunda ya comenzó, con una proyección de 20.000 hectáreas, lo que significaría un crecimiento del 76% interanual. Este cambio responde, principalmente, a excesos hídricos en el centro y norte provincial, que retrasaron la siembra de soja de segunda y derivaron superficie hacia el maíz. En contraste, el sorgo enfrenta un escenario desfavorable, ya que se proyecta una caída del 55% del área sembrada respecto a la campaña anterior. Un cierre de año con contrastes y una metáfora posible El ciclo agrícola actual en Entre Ríos puede entenderse como una maratón de relevos. El primer corredor, el trigo, entregó el testimonio con una ventaja histórica. Pero el segundo corredor, el maíz de primera, tropezó por el “terreno irregular” del clima y ahora depende de un “segundo aire” en forma de lluvia para terminar la carrera con éxito. Mientras tanto, la producción triguera funciona como amortiguador económico, pero el desenlace del maíz será determinante para definir el verdadero impacto del 2025 agrícola entrerriano. Fuente: Sistema de Información de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (SIBER)
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