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Concordia » El Heraldo
Fecha: 20/12/2025 14:43
El señor Urtizberea fue una persona ampliamente conocida y comprometida con el quehacer ciudadano llegando a desempeñarse como concejal de Concordia entre 1900 y 1903, siendo uno de los propulsores de la construcción del busto del Gral. Urquiza que se encuentra hoy en la plaza, que antes se llamó Plaza Nueva, luego Ituzaingó y un poco más recientemente, Urquiza. El nombre de la farmacia se debe a que en el frente ostentaba un globo terráqueo que permaneció allí casi cincuenta años. Al año de instalado, Urtizberea se asocia con el Sr. Luís Maggia y ambos trabajaron juntos algunos años en forma exitosa en su amplio local de la calle 1º de Mayo 67-71 donde preparaban todas clases de recetas, como así también de productos de uso veterinario. Algún tiempo después el Sr. Urtizberea se vuelve al Salto de donde era oriundo y abre otra farmacia. Los diarios de ese tiempo promocionan para las “enfermedades secretas” como blenorragia, gonorrea, gota militar, todas las afecciones de la vejiga y riñones por crónicas que sean, cura radicalmente el “Antineón de Locher”, remedio vegetal inofensivo “Ovarín” se llama el remedio que cura las enfermedades de señoras y niñas, como la inflamación de los ovarios y de la matriz, flujos, menstruaciones dolorosas y desarregladas. El Sr. Luís Maggia decide formar sociedad con el Sr. Justo Siburu a quien agradaba más el trabajo de laboratorio, mientras que a Maggia le atraía más la atención al público y hacer las recomendaciones sobre el uso de los preparados. Esta farmacia siempre tuvo muy buena clientela si tenemos en cuenta además su ubicación estratégica frente a la plaza principal de la ciudad. Pero fue también famosa por las fórmulas y preparados. Algunos de su propia invención, pero también muy eficaces. Todos se rotulaban y etiquetaban. Si se deseaba repetir el medicamento, sólo había que llevar el frasco en cuya etiqueta estaban escritos los miligramos de cada componente. Se hacían también como ya hemos visto en otros casos, productos de uso veterinario para tratamiento de parásitos intestinales y también de uso externo como los garrapaticidas arsenicales y otros productos también de uso veterinario importados directamente de los Estados Unidos. Es decir que no sólo era farmacia sino también herboristería y droguería surtiendo también a toda la Mesopotamia. La importancia que tuvo esta farmacia la da el hecho de que trabajaban diez idóneos de farmacia en la preparación de recetas. Maggia & Siburu fue una sociedad que duró hasta 1937, año en el que “Quiso el destino que en un solo día el comercio perdiera a sus dos puntales: fallecen a escasas horas uno de otro, los señores Maggia y Siburu. Un doble cortejo fúnebre pasó silenciosamente frente a la farmacia ese día. La viuda de Don Justo Siburu, Doña Ercilla Libarona de Siburu decidió continuar con la farmacia, haciéndose cargo de la misma su hijo el Dr. Carlos Siburu posteriormente actuó el Dr. Roberto Ángel Jermou. Ya para 1940 la farmacia era propiedad del Señor Miguel Pedro Rebot” El nuevo dueño, si bien no era farmacéutico, tenía sin embargo una gran experiencia en las tareas prácticas de la profesión, lograda a través de muchos años en los que se desempeñó al frente de la única farmacia existente en la localidad de Gilbert. Como en esa localidad tampoco había médico, todos recurrían a el, lo que le permitió un gran conocimiento de las enfermedades más comunes de niños y adultos en cuanto a su diagnóstico y tratamiento En 1925 se le otorgó el título de Idóneo de Farmacia Matriculado en la ciudad de Paraná. La regencia de la farmacia la ejerció el Dr. Roberto Ángel Jermou durante muchos años hasta su fallecimiento. Don Miguel P. Rebot tenía una sólida fortuna obtenida primero en Gilbert, donde sus actividades no se limitaron sólo a la farmacia, sino que tuvo la usina del pueblo, criadero de pollos, vendía el aceite para toda la maquinaria agrícola de la zona, y también hacía los seguros a todos los productores agrícolas. Entre su numerosa clientela de Gilbert se contaba todo el personal del establecimiento “La Centella” de Juan F. Morrogh Bernard. Aquí en Concordia tenía forestaciones y también numerosas casas de alquiler y terrenos. Don Miguel Pedro Rebot falleció en 1983, haciéndose cargo uno de sus hijos llamado también Miguel Antonio, quién decidió trasladar la farmacia a la calle San Luís y Quintana. En su nueva dirección en 1985 cumplió los 100 años la farmacia “Del Globo”. Miguel Rebot había trasladado todo el mobiliario de la vieja farmacia a su nueva dirección, teniendo como regente a la Dra. Victoria Franzolini de Pacharoni. El lugar en el cual se instaló era un viejo salón al que modernizó por completo, el que tenía una curiosa particularidad, para acceder al local se lo hacía descendiendo dos escalones Trabajó allí durante varios años hasta que, por razones de salud y edad, la puso en venta. El 1º marzo de 2000 Farmacia del Globo fue adquirida por el Sr. Héctor Maíz y es su actual propietario. Un dato que merece ser destacado en la familia Rebot es el de haber tenido tres generaciones de propietarios de farmacia; Miguel P., Miguel A y Hugo C. Rebot, este último propietario de la Farmacia Salta. Para mayor relevancia de esta curiosa vocación, el primo de Hugo y sobrino de Miguel A. llamado Daniel Rebot era farmacéutico y propietario de la Farmacia Unión, (recientemente fallecido) Ads
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