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Parana » AIM Digital
Fecha: 20/12/2025 10:14
Los días 20 y 21 de diciembre ocupan un lugar central en la memoria colectiva argentina. A más de dos décadas del estallido social de 2001, esas fechas vuelven a funcionar como espejo de un presente atravesado por la incertidumbre económica, el deterioro social y la conflictividad política. En diciembre de 2001, la combinación de recesión, desempleo, restricciones bancarias y pérdida de legitimidad institucional derivó en protestas masivas, represión estatal y un saldo trágico de víctimas fatales. El colapso del gobierno de entonces dejó una marca profunda en la relación entre la sociedad, el Estado y el sistema político. Aquellos días consolidaron una advertencia histórica sobre los límites sociales del ajuste y la fragilidad de los consensos cuando la crisis golpea de manera desigual. El presente: ajuste, protestas y señales de alerta Unos 24 años después, el país atraviesa un escenario distinto en sus formas, pero con tensiones que remiten a aquella experiencia. El actual proceso de reformas económicas, con fuerte énfasis en el recorte del gasto público, la desregulación y la retracción del Estado, impacta de lleno en los ingresos, el empleo y el acceso a servicios básicos, constató AIM. Si bien no se registra un estallido de las dimensiones de 2001, el clima social muestra signos de desgaste. Movilizaciones, reclamos sectoriales y una creciente preocupación por la pérdida de poder adquisitivo marcan el cierre de este diciembre. El simbolismo de los días 20 y 21 vuelve a emerger como fecha de protesta y de memoria activa, en un contexto donde amplios sectores perciben que el ajuste vuelve a recaer sobre los mismos actores. Repeticiones, diferencias y una deuda persistente Según pudo saber AIM, en ámbitos políticos y sociales se observa con inquietud la ausencia de mecanismos de contención que acompañen el proceso de reformas. La comparación con 2001 no se plantea como un calco, pero sí como una advertencia: cuando el deterioro social avanza más rápido que las respuestas institucionales, la conflictividad tiende a escalar. Informaron a AIM fuentes legislativas que el debate de fondo sigue siendo el mismo que atravesó aquel diciembre trágico: cómo ordenar la economía sin profundizar la exclusión ni erosionar la legitimidad democrática. A diferencia de 2001, hoy no hay default ni un colapso bancario inmediato, pero persiste una fractura social que se amplía y una sensación de incertidumbre que vuelve a instalarse en la vida cotidiana. Diciembre como advertencia El 20 y 21 de diciembre no son solo una efeméride. Funcionan como un recordatorio incómodo de lo que ocurre cuando el ajuste avanza sin consenso social y cuando la política pierde capacidad de escucha. A más de dos décadas del estallido que cambió la historia reciente, la Argentina vuelve a transitar un diciembre cargado de tensión y crisis, con una pregunta abierta que aún no encuentra respuesta: si el país aprendió realmente de su propia crisis.
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