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» tn24
Fecha: 20/12/2025 02:42
Después de casi cuatro décadas de ausencia, una especie considerada extinta en el país volvió a habitar los humedales argentinos. Se trata de la nutria gigante, un mamífero acuático emblemático de Sudamérica que fue reintroducido con éxito en el Gran Parque Iberá, en la provincia de Corrientes, en lo que representa un hito para la conservación ambiental. El regreso de la especie no fue casual ni inmediato: es el resultado de más de ocho años de trabajo científico, cooperación internacional y políticas de restauración ecológica. Se trata, además, de la primera experiencia de este tipo en América Latina y una de las pocas en el mundo. Los protagonistas de este proceso son Nima y Coco, una pareja de nutrias gigantes trasladadas desde un zoológico europeo, que lograron reproducirse en suelo argentino. Sus crías, Pirú y Kyra, nacieron en noviembre de 2024 en Iberá y conforman la primera familia de la especie que vive en libertad en el país desde 1986. El grupo forma parte de un programa internacional coordinado por la Asociación Europea de Zoos y Acuarios y es clave para restablecer una especie fundamental para la salud de los humedales. Desde Rewilding Argentina, organización que lidera el proyecto, destacaron que nunca antes se había intentado reintroducir a la nutria gigante en un ecosistema donde había desaparecido por completo. Un rol clave en el ecosistema La nutria gigante es el mamífero acuático más grande de Sudamérica: puede alcanzar hasta 1,80 metros de longitud y superar los 30 kilos de peso. Vive en grupos familiares, es activa durante el día y cumple una función esencial en el equilibrio natural, ya que regula las poblaciones de peces, su principal alimento. Las más de 756 mil hectáreas de humedales protegidos del Gran Parque Iberá ofrecen un entorno ideal para su supervivencia: abundante alimento, ausencia de caza y un ecosistema cuidado. Un proyecto sin antecedentes en el país La iniciativa comenzó a gestarse en 2006 y tomó impulso definitivo a partir de 2017. El desafío era mayúsculo: no existían ejemplares de nutria gigante en estado silvestre ni en cautiverio en la Argentina, y tampoco había experiencias previas similares a nivel mundial. El proceso incluyó la localización de animales en zoológicos europeos, complejos traslados internacionales con estrictos controles sanitarios y la construcción de recintos especiales en Corrientes. Allí, las nutrias aprendieron a pescar, marcar territorio y criar a sus crías sin contacto humano. Especialistas destacaron que el comportamiento de los ejemplares fue clave para el éxito. “La poca sociabilidad con las personas es una característica ideal para una reintroducción”, explicó la veterinaria Eva Martínez, del Zoo Aquarium de Madrid. El proyecto cuenta con el respaldo del Gobierno de Corrientes, la Administración de Parques Nacionales y organizaciones de conservación de distintos países. Más allá del regreso de una especie emblemática, la experiencia abre una nueva etapa para la restauración de ecosistemas en la Argentina y posiciona al país como referente internacional en conservación de fauna silvestre.
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