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Rio Negro » Adn Rio Negro
Fecha: 19/12/2025 16:10
(ADN).- El cierre de la sesión legislativa que había aprobado por unanimidad el Presupuesto 2026 y el Paquete Fiscal terminó dejando una escena tan insólita como incómoda para el gobierno de Alberto Weretilneck. Cuando todo parecía terminado, el oficialismo decidió avanzar con dos proyectos -de autoría de la CC-ARI- que habían quedado relegados en la orden del día. Pero al querer tratarlos toda la oposición se había retirado. Juntos sumó las iniciativas de Roberta Scavo y Fernando Frugoni que figuraban en la grilla final de la sesión. Un proyecto que obliga a conductores que provoquen siniestros viales bajo consumo de alcohol o drogas a reintegrar al Estado los gastos médicos, y otro que crea el Observatorio Provincial de Arbolado Público. Ambos estaban incluidos formalmente, pero el clima político ya había cambiado. Tras la votación unánime del Presupuesto, los bloques de Vamos con Todos, PJ–Nuevo Encuentro (con la excepción de Pedro Dantas), el PRO, la UCR, CREO, Primero Río Negro, La Libertad Avanza y cuatro legisladores de Juntos -entre ellos Lorena Yensen, Aime Kircher y Marcela Abdala-, se levantaron de sus bancas y se retiraron del recinto, dando por concluida la jornada. Pero la sesión no había finalizado. Desde su banca, el jefe del bloque oficialista, Facundo López, comenzó a llamar por teléfono a legisladores propios y aliados para reconstruir el quórum mínimo. Así regresaron al recinto los legisladores radicales Lorena Matzen y Ariel Bernatene, junto a Yolanda Mansilla de Primero Río Negro, permitiendo que se votaran los dos proyectos pendientes. Sin embargo, el quórum ya se había logrado con los 19 votos de Juntos, 4 de la CC-ARI y el de Dantas. El resultado fue tan llamativo como políticamente incómodo: ambas iniciativas resultaron aprobadas, pero con apenas 25 legisladores presentes y sin la oposición en sus bancas. Los radicales y la legisladora de Primero Río Negro votaron en contra, dejando expuesto que el oficialismo necesitó forzar el final de la sesión para cerrar una agenda que ya no contaba con consenso político ni presencia plena. La escena dejó una postal poco favorable para el gobierno de Weretilneck: una Legislatura semivacía, llamados de urgencia para sostener el número y proyectos aprobados sin debate real, en un cierre que contrastó con la foto de consenso que había mostrado minutos antes el Presupuesto. Una perla parlamentaria que pasó casi desapercibida.
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