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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 19/12/2025 11:55
Las hemorroides son una de las afecciones más frecuentes del área anal, pero también una de las más rodeadas de mitos y desinformación. Aunque suelen asociarse al envejecimiento, el sedentarismo o el embarazo, pueden aparecer en cualquier etapa de la vida y, en la mayoría de los casos, tienen tratamiento y prevención. Para despejar todas estas dudas desde Despertar Entrerriano dialogamos con una especialista en endoscopia digestiva, la Dra. María Belén Fontan, quien nos explica qué son las hemorroides, por qué se producen, cuáles son sus síntomas más comunes y qué hábitos ayudan a evitarlas o a aliviar sus molestias. ¿Qué son las hemorroides y cuáles son sus causas más frecuentes? Para empezar, quiero comentarles qué son las hemorroides. Son almohadillas vasculares que todos tenemos en la región del canal anal. Esa zona está formada por venas, arterias y tejido conectivo, y su función principal es ayudar a sellar el canal anal y contribuir a la continencia fecal. La patología hemorroidal aparece cuando aumenta la presión intraabdominal o cuando se deteriora el tejido de sostén de esa zona. Entre las causas más frecuentes que veo en consultorio están los pacientes con constipación crónica que hacen un gran esfuerzo al evacuar; personas con sedentarismo u obesidad; quienes tienen trabajos prolongados sentados, como conductores de larga distancia o taxistas; y las embarazadas, donde es muy frecuente. También se observa en actividades físicas de alta intensidad como el ciclismo o el levantamiento de pesas. ¿Cuáles son los síntomas más habituales en las etapas iniciales? En las etapas tempranas, los síntomas más frecuentes son la molestia o picazón anal, la sensación de un pequeño bulto externo, dolor leve a moderado y humedad anal. El sangrado también es común y suele ser el motivo de consulta porque asusta. Es un sangrado rojizo, brillante, sin dolor, que aparece al limpiarse o incluso en el inodoro. ¿Y cómo se presentan los casos más avanzados? En los casos más extremos lo ideal es derivar a un especialista en coloproctología, sobre todo si el paciente no responde al tratamiento médico inicial. Los síntomas pueden incluir un sangrado persistente, dolor intenso que interfiere con las actividades diarias, aparición de fístulas anales —que son comunicaciones entre la piel y los órganos— o abscesos, que se producen cuando la hemorroide se inflama tanto que llega a infectarse. ¿Qué tratamientos suelen indicarse para los casos leves o moderados? Lo primero es evaluar el estilo de vida del paciente. Es fundamental revisar la hidratación, fomentar el consumo de fibra —frutas, verduras, cereales, semillas, legumbres— y analizar qué tipo de actividad física realiza. Si se necesita tratamiento, puede indicarse el uso de cremas antihemorroidales o medicación por vía oral para bajar la inflamación local. ¿Cuáles son los hábitos que ayudan a prevenir las hemorroides o evitar que vuelvan? Está muy relacionado con lo anterior. Siempre es fundamental chequear los hábitos. Algo muy importante es no inhibir el deseo de defecación. Muchas veces, por pudor o por cuestiones laborales, el paciente retiene la materia fecal y luego pierde el deseo defecatorio, generando un círculo vicioso que agrava la patología. A eso se suma la alimentación rica en fibra, la hidratación adecuada y la actividad física regular. ¿La alimentación influye en la aparición o en el alivio de las hemorroides? ¿Qué dieta es recomendable? Sí, influye. Lo ideal es evitar irritantes como picantes, condimentos en exceso, alcohol y alimentos ultraprocesados o refinados. No es que generen hemorroides directamente, pero predisponen. Lo recomendable es incluir frutas, verduras, legumbres, semillas, salvado y tomar suficiente agua. También es importante mencionar que el tabaquismo influye negativamente y conviene reducirlo o evitarlo. Hablando de causas fisiológicas: ¿por qué las embarazadas tienen más predisposición a sufrir hemorroides? Hay tres mecanismos principales. Uno es el aumento de la presión intraabdominal por el crecimiento del útero. Otro es la redistribución del flujo sanguíneo, que favorece la dilatación de las venitas del recto y del ano. Y el tercero es hormonal: la progesterona aumenta y enlentece la motilidad intestinal, lo que predispone a la constipación y, por lo tanto, al esfuerzo al evacuar. Las embarazadas suelen desarrollarlas entre el segundo y el tercer trimestre y es muy frecuente que suceda. Los tratamientos son los mismos que mencionamos previamente. Para cerrar, ¿qué mitos son los más comunes sobre las hemorroides? Uno muy frecuente es que los hombres demoran la consulta por pudor, y eso hace que lleguen tarde, incluso meses o años después del inicio de los síntomas. Siempre recomiendo la consulta temprana. No hay que asustarse, pero si aparece un síntoma que no es habitual, conviene consultar. Además, no siempre el sangrado es por hemorroides, y hay otras causas que deben evaluarse con estudios complementarios. Otro mito es que solo le pasa a personas mayores, y no es así: puede presentarse en todas las edades. No tengan vergüenza; consulten. En pacientes jóvenes, lo más frecuente es que se trate de causas benignas como la patología hemorroidal. María Belén Fontan Doctora especializada en Gastroenterología y endoscopia digestiva MP 13470 Instagram: @drafontan.gastro
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