19/12/2025 10:07
19/12/2025 10:07
19/12/2025 10:04
19/12/2025 10:04
19/12/2025 10:03
19/12/2025 10:02
19/12/2025 10:02
19/12/2025 10:01
19/12/2025 10:01
19/12/2025 10:00
» Clarin
Fecha: 19/12/2025 08:35
La cantidad de cesáreas en Argentina sorprende. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el rango normal de partos por esa vía debería estar entre el 10% y 15%. En Buenos Aires, el promedio ronda el 70% y en Mendoza, casi el 80%; en el sector público es de 40%. "La cesárea salva vidas cuando corresponde, pero sin indicación médica aumenta riesgos. Queremos un sistema que acompañe nacimientos más seguros, respetados y humanizados", dijo el ministro de Salud mendocino, Rodolfo Montero. Para reducir cesáreas sin indicación médica válida, el Gobierno de Mendoza presentó un Plan Provincial para la Reducción de Cesáreas Innecesarias en el Sector Privado. Es un proyecto que realizarán junto a clínicas y sanatorios privados. Lo quieren aplicar a partir de julio de 2026. Los nacimientos ya no serán atendidos por el obstetra que siguió a la mujer durante su embarazo, sino por equipos de obstetricia de guardia. Hernán Jensen, jefe de Obstetricia del Sanatorio Otamendi, la maternidad más grande de Ciudad de Buenos Aires, opinó: "Es una iniciativa muy positiva, basada en evidencia y orientada a mejorar la seguridad y la calidad del nacimiento." "Disminuir cesáreas innecesarias no significa restringir procedimientos, sino crear mejores condiciones para que los partos vaginales seguros sean una opción real. Un plan que integre equipos completos, estándares de atención, analgesia adecuada, infraestructura y educación para las mujeres es el camino correcto", destacó el obstetra porteño. Jensen detalló que, en el Sanatorio Otamendi, como ocurre en otras clínicas privadas, aproximadamente la práctica de las cesáreas ocurre entre el 65% y 70% de los partos. "Estamos trabajando en un modelo más moderno: sala de mínima intervención, hidroterapia, movilidad libre, monitoreo basado en evidencia, capacitación continua y equipos entrenados en bajo intervencionismo. Estos cambios ya muestran un aumento en partos vaginales en bajo riesgo", adelantó. El ministro de Salud de Mendoza, Rodolfo Montero. Por su parte, el ministro Montero asegura que no es cierto que todas las mujeres quieren ir a cesárea: "La mayoría entra diciendo que quiere parto natural y termina en cesárea." Entonces, ¿por qué el sector privado tiene más cesáreas que el público? Según el Gobierno de Mendoza, intervienen múltiples causas "como la comodidad de los médicos o la idea de que en el sector privado se paga más una cesárea, factores culturales vinculados al aumento de la edad en la que la mujer es madre, miedo al dolor o preferencia de la madre que desea planificar la fecha de nacimiento". Jensen, en tanto, observa otros motivos que generan gran cantidad de cesáreas: "La búsqueda de mayor previsibilidad, culturas institucionales que históricamente favorecieron intervenciones, estructuras de pago que no siempre acompañaron procesos fisiológicos y expectativas sociales de las pacientes." Hay dudas respecto a si hay un interés económico por la que se quiere bajar la tasa de cesáreas. En ese punto, Jensen comenta: "La prioridad es siempre el bienestar materno-fetal. El parto vaginal seguro tiene menos complicaciones y mejor recuperación. Que además exista un beneficio económico es complementario, pero la razón principal es clínica y de salud pública." La puesta en práctica El Gobierno mendocino firmó un acuerdo con las maternidades privadas para que cobren el mismo honorario por parto y la clínica sea la encargada de pagarle los honorarios al médico. La atención de la mujer que acude al parto será espontánea y el médico privado que la atendió durante el embarazo cobrará por derivar a su paciente, sin necesidad de presenciar el parto. Ahora, según explicó el ministro Montero, la asociación de Obstetras Unidos de Mendoza (OBUM) centraliza los cobros a las obras sociales y particulares y luego le pagan al médico, "quedándose con un 10% de todos los partos de la provincia". Afirman que la prioridad es el bienestar materno-fetal. Foto ilustración Shutterstock. A partir de julio de 2026, cuando entre en vigencia la nueva política, el pago será directo a las clínicas, sin la mediación de OBUM. El valor quedará equiparado en 1.300.000 pesos por parto, que incluye el uso del quirófano, la internación preparto y el honorario médico. El plan estipula que, a cambio de cobrar la derivación, el obstetra tendrá que retribuir con una guardia de 8 a 12 horas por semana. "Los obstetras estarán mejor pago y más ordenados", aseguró el ministro mendocino. Las opiniones Eva Llopis, representante de la OPS en Argentina, afirmó que la organización "recomienda la cesárea solo cuando está médicamente indicada" y consideró que "a estrategia de Mendoza es innovadora, integral y basada en evidencia”. A su vez, Flor Forno, presidenta de OBUM descartó que exista un beneficio económico para el profesional: “No hay un mayor rédito de parte del profesional a la hora de hacer una cesárea ni mucho menos." Forno también cuestionó que la iniciativa prevé la atención del parto por médicos de guardia ajenos al profesional que acompañó el embarazo: "Vulnera el derecho de las familias a elegir el acompañamiento que desean para un momento tan importante." Y sostuvo que el plan debe orientarse hacia el “nacimiento respetado”. Forno dijo que si la clínica cobra el parto y regula el porcentaje del obstetra privado, y que el porcentaje destinado a los médicos sería bajo. “Estamos perfectamente de acuerdo con la iniciativa, con que es necesario implementar cambios conjuntos para bajar el índice de cesáreas, pero los honorarios de cada una de las áreas involucradas no debieran verse afectados”, opinó. Los riesgos Para la madre, la cesárea sin indicación médica puede implicar mayor riesgo de infección, hemorragia y tromboembolismo; lesiones quirúrgicas y complicaciones anestésicas; una recuperación más lenta y limitaciones funcionales; más riesgo en embarazos futuros. En el recién nacido, por su parte, hay mayor probabilidad de dificultad respiratoria y transición pulmonar tardía; mayor ingreso a neonatología y un impacto negativo en el microbioma asociado a alergias, asma y obesidad.
Ver noticia original