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» Diario Cordoba
Fecha: 19/12/2025 08:32
Todos van calentando motores camino de los procesos electorales que se avecinan. Sin duda, uno de los ejes temáticos es el fenómeno migratorio, al que se acercan con propuestas en los parlamentos, bulos en las redes sociales y escaramuzas en la calle que, en muchas ocasiones, no se compaginan ni con la legislación vigente ni con nuestra realidad. Lo que ponemos de manifiesto en el epílogo del día internacional de las personas migradas. Llama la atención que hace días se hablara de no regalar la nacionalidad, en una mala copia de las palabras de Giorgia Meloni. Creando una falsa expectativa como si alguna vez la nacionalidad hubiera sido ofrenda. Pocos dicen que hay que aprobar dos exámenes, uno de cultura general española y un certificado de aptitud de idioma español en grado A2, que certifican las pruebas obligatorias que el Instituto Cervantes realiza a los extranjeros que quieren acceder a nuestro DNI patrio. Pero es que, además, nuestra legislación exige previamente ser titular varios años de una residencia legal y continuada en España que es complicada conseguir. Además de carecer de antecedentes penales y jurar fidelidad a las leyes españolas. ¿De verdad piensan ahora que en España se regala la nacionalidad? Llevo 30 años realizando estos trámites y creo que hay que ser rigurosos en los análisis y serios en las propuestas para no confundir al personal, creando discursos perversos por un puñado de votos. Del mismo modo, ¿creen que España concede muchas solicitudes de protección internacional a los extranjeros que las piden? El reconocimiento en nuestro país es del 18,5 % frente al 38 % de tasa media de reconocimiento en la Unión Europea. Y llevamos años que ni siguiera te conceden la necesaria «cita previa» para poderla tramitarla bloqueando a millares de personas e incumpliendo la ley. Si hablamos de expulsar a los extranjeros que cometen delitos, esto está ya previsto en el Código Penal y en la Ley de Extranjería desde hace 25 años. ¿Dónde está la novedad, en decirlo a voces o en aprovecharse de la ignorancia para que parezca algo nuevo?. Y claro que todos queremos que los extranjeros vengan a nuestro país con sus papeles en regla, y ellos también más que nadie, aunque tenemos unas leyes que fuerzan a la irregularidad administrativa a miles de personas a las que sólo les queda el comodín del arraigo. Los retos de las migraciones no sólo son de regulación de flujos en frontera, sino de reconocimiento de derechos políticos de los que están excluidos; de integración social dadas las dificultades de acceso a la vivienda, precariedad laboral o abandono escolar. También de pedagogía social para terminar con todos los bulos que distorsionan y envenenan. Todo ello, sin mencionar los más de 3 millones de extranjeros cotizantes a la Seguridad Social, que sostienen el sector de la hostelería, la construcción, el servicio doméstico o la agricultura. Y sin olvidar una procedencia de 47 % de la población extranjera de nacionalidad iberoamericana y un 27 % de origen europeo. En definitiva, un asunto de extrema importancia donde nos jugamos la convivencia del futuro en un mundo global, que crece a razón de 1.000 millones de personas cada 12 años, pero que debemos abordar con sensibilidad, humanidad y legalidad partiendo de la complejidad y rigor de las cifras reales, no con los mensajes de los haters ni los discursos del miedo y la xenofobia, ni las soluciones del siglo XIX que nos ofrecen los populismos sectarios. *Abogado
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