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Fecha: 18/12/2025 22:22
El Papa autorizó el decreto que reconoce un milagro atribuido a su intercesión. Shaw será el primer empresario argentino reconocido como beato por la Iglesia. El Vaticano confirmó este miércoles la próxima beatificación de Enrique Ernesto Shaw, empresario y laico argentino, luego de que el Papa autorizara la promulgación del decreto que reconoce un milagro atribuido a su intercesión. La decisión abre formalmente el camino para que el dirigente católico sea reconocido como beato por la Iglesia, en un hecho de fuerte impacto para el mundo del trabajo y la empresa. El anuncio fue realizado junto con la beatificación de once mártires españoles asesinados durante la Guerra Civil, aunque Shaw se convirtió en el único beato no vinculado a ese período histórico, destacándose por su condición de empresario y padre de familia. Desde la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) y la Acción Católica Argentina (ACA), entidades que impulsaron la causa, expresaron su satisfacción por la decisión papal. En un comunicado conjunto señalaron su “inmensa alegría por la decisión del Papa León XIV de autorizar la promulgación del decreto sobre el milagro atribuido al Venerable Siervo de Dios Enrique Ernesto Shaw”. La presidenta de ACDE, Silvia Bulla, afirmó que la beatificación de Shaw representa “una invitación urgente a humanizar la economía, trabajar por el bien común y la dignidad del trabajo”, y remarcó que se trata del primer empresario propuesto como modelo de santidad. Por su parte, la titular de la ACA, Claudia Inzaurraga, sostuvo que Shaw “vivió su fe con valentía, gestando comunidad en su entorno laboral y social”, y que su ejemplo “sigue inspirando a ser sal y luz en el mundo”. Enrique Ernesto Shaw nació en 1921 en París y desarrolló su vida profesional en la Argentina. Fue oficial de la Armada, empresario, esposo y padre de nueve hijos. Fundador y primer presidente de ACDE, promovió una visión innovadora para su época al concebir la empresa como una comunidad de personas, impulsando el salario familiar y relaciones laborales basadas en el diálogo y el respeto. Enfermo de cáncer a temprana edad, protagonizó un episodio que se volvió emblemático cuando trabajadores de su empresa donaron sangre para salvarle la vida, experiencia que resumió con una frase que marcó su legado: “Ahora soy feliz, ya que por mis venas corre sangre obrera”. Shaw murió en 1962, a los 41 años. En 2021 fue declarado venerable y, tras la aprobación del milagro por las instancias médicas, teológicas y episcopales, su beatificación quedó confirmada por el Vaticano.
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