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» La Capital
Fecha: 18/12/2025 19:25
Egresados de la promoción 1975 participaron de la fiesta de fin de año de la Escuela Nº 66 Las Heras, la misma a la que asistió el capitán de la selección María José Pungente, la directora de la Escuela Nº 66 General Las Heras: "Esta no es la escuela de Messi, es la escuela a la que vino Messi". Parece que fue ayer, pero pasó medio siglo. Aquella mañana de principios de diciembre de 1975 las integrantes del Club de Madres nos repartieron un tesoro: palitos helados a los egresados de séptimo grado que, sentados en la pared del frente de la Escuela Nº 66 General Las Heras , nos quedamos cantando canciones de Sui Generis, cuando Charly García y Nito Mestre recién se habían separado, en septiembre, en un recordado recital en el Luna Park. La 66 fue siempre una escuela especial, tanto como el barrio Presidente Perón que la circunda, en Buenos Aires al 4800, uno de los primeros creados en Rosario en el marco de los dos planes quinquenales. Tan especial es el barrio construido entre fines de la década del 40 y principios del 50 que ya entonces contaba con departamentos en edificios de tres pisos y chalets con techos de tejas a dos aguas de estilo californiano, con una gran calidad de materiales y mano de obra, y con todos los servicios: cloacas, gas, conexión telefónica, pavimento y, además, la Plaza José Hernández —a la que los vecinos del vecino barrio La Bajada llamaban Las Heras— que en realidad es la escuela primaria que desemboca en ella. A apenas tres cuadras, el barrio La Bajada era —como diría el infaltable Diego— un barrio privado: privado de pavimento, gas, teléfono y cloacas. Y cuando llovía teníamos que caminar tres cuadras gambeteando el barro hasta el teléfono público de la vecinal de los barrios Hertz y La Bajada, en Juan Canals casi Buenos Aires. Los estudiantes de aquellos años en la 66 también eran especiales. Como el combativo grupo de las chicas del séptimo A, que un día se cansaron del maltrato y los insultos que les prodigaban algunos chicos y organizaron una campaña de defensa de los derechos de la mujer, que consistía en unos cartelitos que llevaban pegados en el guardapolvo blanco y que les impedía a los varones acercarse y hasta hablar con ellas, nada menos que unos 40 años antes. las heras 2 >>> Leer más: La Bajada, el barrio donde Messi aprendió a mamar el fútbol Los varones del grado no les iban en saga y también se organizaron para ponerle un límite al Flaco Carlitos, el más alto del grado, que los fajaba de a uno en los recreos. Un día, en la clase de Aeromodelismo que tenían a la tarde armaron un grupo, le dijeron al Flaco que se terminaban las palizas y lo corrieron hasta su casa del barrio, que quedaba a la vuelta, como casi todo. Los pibes del B eran bravos, algunos de ellos de La Bajada, como Mortia y su primo el Buba, que vivían en el pasaje Australia. Un desafío de fútbol en quinto grado, jugado a fin de año en la plaza frente a la escuela, sobre las lajas tapizadas de pasto, finalizó 5 a 5 y casi termina a las piñas todos contra todos. Y en la revancha del año siguiente, jugada en el campito de la escuela, ganó el sexto A, que tenía un cuadro inferior, que se defendió todo el partido y le convirtió en un contraataque: quite del Pájaro en defensa, habilitación a Juan Carlos Manero —que nunca se cansaba de correr— por la derecha, centro al primero, que la dejó pasar entre las piernas; firuletes de Juan Carlos Guerrero por la izquierda, centro de media chilena y cabezazo al ángulo del iniciador de la jugada, como para demostrar, una vez más, que el fútbol es el único juego donde un equipo inferior puede ganarle a otro superior. El palo borracho sigue en pie Hace unos años una gran tormenta derribó un palo borracho del jardín de la escuela y por un error algunos medios publicaron que se había caído el árbol mayor, que fue plantado en el patio en la década del 50. Felizmente, este palo borracho, que se erigió en el símbolo de la 66 al extremo que fue dibujado en las bolsitas de recuerdo, permanece incólume en el enorme patio, firme, quizá como una metáfora de la educación pública, que resiste, lucha y promueve valores solidarios desde la magia del guardapolvo blanco. las heras 4 La promoción 1975, que comenzó a estudiar en 1969, en épocas de golpes de Estado y proscripción, fue la última que terminó la primaria en democracia, antes del golpe del 24 de marzo de 1976 y de la larga noche de la dictadura cívico militar. las heras 3 Este jueves 11 de diciembre, un puñado de estudiantes de la promoción 1975 participó de la fiesta de fin de año celebrada en el gimnasio de la escuela, donde originalmente estaba el campito con la canchita de fútbol, y les obsequió un asta para la bandera que se les había roto, como contó la arquitecta Claudia Paredes durante la entrega: “Solicitamos tengan a bien recibir en donación un asta reglamentaria para bandera de ceremonia para los actos escolares habituales y programados, como así también para otros eventos pertinentes que lo requieran. Sirva este humilde obsequio como reconocimiento a la labor desarrollada por toda la comunidad educativa a través de los últimos años. Por una educación brindada con base en los valores de respeto y solidaridad que fueron pilares de nuestra formación. Reconociendo la importancia que tiene la educación pública, deseamos que aun en nuestras diferencias de opiniones encontremos un lazo que nos una en el sentido de comunidad y de pertenencia a esta patria argentina. Y en particular para los niños que egresan este año, los mejores anhelos de prosperidad y fraternidad”. >> Leer más: El barrio de la escuela de Messi fue el primero creado por Perón en Rosario “La escuela de Messi” A la Escuela 66 asistió Lionel Messi, quien vivía en La Bajada, en el pasaje Lavalleja, detrás del viejo campo del Batallón 121. “Un día cuando íbamos a la escuela con Leo nos metimos por el alambrado del campo del batallón para cortar camino, pero cuando llegamos del otro lado, por Buenos Aires, había un milico que no nos dejó salir y nos mandó de vuelta” contaba su vecina y amiga Cintia Arellano. las heras 5 “Me acuerdo siempre de Leo porque era el más chiquito de todos, pero corría con la pelota y ninguno se la podía sacar”, recordaba una de sus maestras. Otro chico un año más grande, de la época de Leo en la 66, llegó un día furioso a su casa y le confió a su mamá: “No sabés lo que nos pasó: en la escuela hay un enano así que nos gambeteó a todos”. las heras 6 Luego, a los 13 años, Leo comenzó su carrera oceánica en Barcelona y, finalmente, algunos medios extranjeros como los diarios New York Times o The Guardian reconocen a la Escuela 66 y al barrio La Bajada como “los de Messi”. Por eso fue oportuna la aclaración de María José Pungente, la directora de la Escuela Las Heras, quien este jueves confió: “Esta no es la escuela de Messi, es la escuela a la que vino Messi”. La reconocida Escuela Nº 66 General Las Heras que, como la educación pública, resiste como su enorme palo borracho del patio.
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