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» Clarin
Fecha: 18/12/2025 16:31
El recomendador de series y películas debuta como escritor con Take Me, una novela basada en hechos reales que cuenta una historia de amor entre un periodista y una estrella de Hollywood. En esta nota, más detalles. Entre entrevistas con estrellas de Hollywood, alfombras rojas y recomendaciones que marcan tendencia, Javier Ponzo suma un nuevo rol a su recorrido profesional: el de escritor. En Take Me, su primera novela, coescrita con Carolina Parmo y basada en hechos reales, se anima a contar una historia de amor luminosa y sin cinismos. En esta charla, habla de escritura, vínculos, celebridades y del deseo —cada vez más necesario— de creer en el amor. Contanos de qué se trata el libro como si se lo explicaras a un amigo. Take Me es una gran historia de amor, soñada, entre un periodista y una estrella de Hollywood. Muchos lectores nos dicen que les recuerda a Notting Hill. Nunca lo pensamos así, pero bienvenidos quienes quieran verlo de esa manera. ¿Quién no se enamoró de esa película? Entonces, decir que es una especie de Notting Hill, muy distinta a la película, es una buena forma de presentarlo. ¿Por qué decidiste escribirlo? Básicamente, porque era una historia que sentí que debía ser contada. Vivimos viendo, leyendo o enterándonos de muchas historias de amor que terminan mal o que se vuelven tóxicas, y sentí que contar una historia de amor sin planteos negativos, sin situaciones extrañas, en la que la confianza en el otro sea un pilar fundamental, era algo interesante. Y, por supuesto, también un desafío: “¿queremos leer este tipo de historias? ¿Celebramos verlas en contenidos audiovisuales?” Acá estamos. Junto a Carolina Parmo decidimos escribir esta trama basada en hechos reales. Por suerte, está siendo muy bien recibida por la gente que ya la leyó. ¿Cómo fue el desafío de contar una historia basada en hechos reales? La verdad es que fue bastante simple, y eso se lo debo a mi coautora, Caro, que hizo que todo fluyera mucho más fácil. También influyó que entre los involucrados existía un código, una intención clara de contar esta historia y dejarla plasmada en algo concreto, en este caso, un libro. ¿Cómo fue el proceso creativo? Fue simple e intenso. Con Caro organizamos la historia con muchísimo detalle y muchas situaciones, y a partir de ahí la escritura se dio casi sola. Yo vivo en Madrid y ella en Buenos Aires, así que trabajamos con un documento online que compartíamos constantemente, sumando ideas y textos, siempre teniendo en cuenta el todo de la historia. ¿Te costó pasar de entrevistador a contar tu propia historia en primera persona? Pensé que me iba a costar, pero no. El proceso de escribir, sacar y volver a poner cosas fue totalmente agradable y amigable. La verdad, lo disfruté muchísimo. Estás acostumbrado a entrevistar celebridades internacionales. ¿Cuáles te enamoraron a primera vista, además de Ryan, el protagonista del libro? Siempre digo que irte de un junket (así se les llama a las entrevistas uno a uno con actores y directores) con buen material y grandes respuestas es el resultado de la conexión entre el entrevistador y el entrevistado. Es como un pequeño romance profesional que dura cinco minutos… o a veces veinte. Por suerte, me pasó muchas veces. Enamorarme, nunca. No voy en busca del amor en una entrevista; los nervios no te dejan pensar en nada más. ¿Y cuáles te decepcionaron o te desenamoraron? Por suerte, ninguno. En serio. Mis amigos siempre me preguntan eso, y creo que a mí me funciona mucho el hecho de ir siempre muy preparado a cada entrevista. Eso hace que el actor o director sienta que no está perdiendo el tiempo con alguien improvisado. La preparación es la mejor arma para que nadie se decepcione ¿Una red carpet que no te olvides? Una muy divertida fue la de Oblivion, la película protagonizada por Tom Cruise. Tuve la oportunidad de entrevistarlo y la charla fue realmente muy, muy divertida. ¿Alguna anécdota con una celebrity? Tengo miles, pero una que me sorprendió fue con Chris Pratt durante un junket. Viajé a Los Ángeles para entrevistarlo y, cuando aterricé, había un francotirador en el aeropuerto. Nos quedamos en la pista durante una hora sin saber qué estaba pasando. Yo iba solo por dos días y, por suerte, viajé con carry on. Cuando finalmente bajamos del avión, como no había despachado valija, pude salir rápido. Ese día teníamos que ver la película y al día siguiente era la entrevista. Muchos periodistas que habían despachado equipaje quedaron varados en el aeropuerto, así que solo seis personas fuimos a la proyección. Al día siguiente, en las entrevistas, éramos esos mismos seis. Cuando entro a la habitación para entrevistar a Chris, el productor me presenta, me siento, y él conecta enseguida con lo que había pasado el día anterior. Me mira y me dice: “¿Vos estuviste cuando estaba el francotirador?”. Le dije que sí, se levantó, se acercó y me preguntó cómo estaba, si necesitaba algo. Me quedé mudo. Hicimos la entrevista y, al terminar, volvió a acercarse y me dijo: “Si necesitás algo, mis publicistas están a disposición. Lo que necesites”. Me sorprendió para bien. Tengo otra anécdota increíble con Adam Sandler, pero esa te la guardo para la próxima. ¿Qué es lo que más te fascina de tu trabajo? Me fascina darle play a una película o serie, entrar en código, creer lo que sucede, emocionarme, reírme, asustarme. Y el plus, cuando sucede, es el después: poder tener una charla con sus actores o realizadores. Eso me sigue pareciendo espectacular. Es el sueño de cualquiera. Además, recomendar series y películas —algo que hago todos los días en Instagram, TikTok y YouTube— me apasiona. Amo responder mensajes, leer opiniones y debatir. Los gustos son subjetivos: puede que te guste lo mismo que a mí o no, y está todo bien. Me encanta cruzarme con algún seguidor en la calle y quedarnos charlando sobre lo último que vimos. ¿Qué pendientes tenés a nivel profesional?
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