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Concordia » Hora Digital
Fecha: 18/12/2025 13:30
Los jefes de Estado de la Unión Europea se reúnen en Bruselas con posturas enfrentadas sobre el acuerdo con Mercosur, mientras sectores agrícolas europeos protestan y desde Sudamérica advierten sobre Los líderes de la Unión Europea arribaron este jueves a Bruselas para participar en una cumbre clave que podría definir el futuro del acuerdo comercial con Mercosur. Tras más de 25 años de negociaciones, la aprobación del pacto por parte de los 27 países miembros permitiría su firma este sábado en Iguazú (Brasil). Sin embargo, el consenso aún no está garantizado debido a profundas divisiones internas. El debate se desarrolla en un contexto de crecientes protestas del sector agrícola europeo, presiones políticas internas y externas, y la necesidad urgente de la UE de fortalecer su competitividad y diversificar sus relaciones comerciales. Países como Francia, Italia, Alemania y Hungría mantienen posturas contrapuestas, mientras desde el bloque sudamericano alertan sobre la posibilidad de perder una “ventana histórica” para concretar el acuerdo. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destacó que es “de enorme importancia” que los líderes europeos respalden el tratado, que considera fundamental para la estrategia de competitividad de la UE. Al llegar a la cumbre, enfatizó la necesidad de reducir las “sobredependencias” mediante una red de acuerdos de libre comercio y subrayó que Mercosur representa un mercado potencial de 700 millones de consumidores. Von der Leyen afirmó que solo resta la aprobación unánime de los Veintisiete para proceder a la firma en Iguazú. A pesar de ello, las divisiones persisten. El miércoles, la UE aprobó salvaguardias destinadas a calmar al sector agrícola, que este jueves protagonizó bloqueos de tractores en Bruselas, y para responder a las reservas expresadas por Francia, Italia y Hungría. Von der Leyen insistió en la urgencia de una decisión positiva para concretar el tratado. La alta representante para la Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, defendió la importancia de contar con acuerdos comerciales diversificados, describiendo el pacto como esencial para generar oportunidades y prosperidad en un escenario internacional complejo, donde algunos actores utilizan el comercio y las cadenas de suministro “como armas”. En contraposición, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, manifestó que Hungría “no apoya” el acuerdo y lo calificó como “un tiro en las piernas de los agricultores europeos”. Aseguró que el tratado “mataría a los agricultores de la UE” y advirtió que existen “suficientes líderes que se oponen” para bloquearlo. Orbán justificó su rechazo señalando que los agricultores “tienen razón en un 100 %”, y destacó la carga regulatoria y las desventajas competitivas que el Pacto Verde Europeo (“Green Deal”) impone al sector primario. En el sureste de Francia, las protestas rurales continuaron con cortes y bloqueos en cinco autopistas por parte de agricultores movilizados, quienes además objetan el sacrificio de ganado por la dermatosis nodular contagiosa y el propio acuerdo Mercosur-UE. La empresa Vinci Autopistas advirtió que la situación podría agravarse, mientras el ministro francés de Transportes, Philippe Tabarot, instó a los productores a no obstaculizar los desplazamientos durante la Navidad debido al impacto económico y social. Paralelamente, las autoridades francesas intensificaron la campaña de vacunación del ganado bajo la supervisión de Pascal Sanjuan, alcanzando un millón de animales inmunizados. Por su parte, el canciller alemán Friedrich Merz apoyó el pacto, argumentando que tras 26 años de negociaciones su ratificación es “importante para que la UE siga teniendo credibilidad en el mundo”. Alemania se posiciona como uno de los principales impulsores del acuerdo. En contraste, el presidente francés Emmanuel Macron reiteró que Francia se opondrá “muy firmemente” ante cualquier imposición del tratado, y el primer ministro Sébastien Lecornu confirmó que su país votará en contra si se fuerza la votación. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, también planteó condiciones, calificando de “prematuro” cerrar la negociación antes de aplicar pactos que protejan la agricultura europea, aunque aclaró que Italia no vetará el acuerdo una vez se incluyan dichas garantías. Desde Sudamérica, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva advirtió que, si el tratado no se firma ahora, “no habrá más acuerdo” mientras él esté en el cargo, y rechazó que la agricultura brasileña represente una amenaza para Europa. Ursula von der Leyen tiene prevista una visita a Brasil este fin de semana para intentar asegurar el aval europeo y rubricar el convenio entre la UE y el bloque Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. La firma formal depende aún de que los líderes europeos otorguen su visto bueno con mayoría cualificada en Bruselas, donde el tema podría abordarse aunque no esté oficialmente en la agenda.
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