18/12/2025 08:31
18/12/2025 08:31
18/12/2025 08:30
18/12/2025 08:30
18/12/2025 08:30
18/12/2025 08:30
18/12/2025 08:30
18/12/2025 08:30
18/12/2025 08:30
18/12/2025 08:30
» Clarin
Fecha: 18/12/2025 06:39
Salud mental, redes sociales, vínculos, educación, salida laboral. El Director Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, Roberto Benes, repasa la situación de las infancias y adolescencias, marcada por problemáticas que persisten, como las desigualdades y las brechas, y otras más actuales, como la hiperconectividad y la soledad. "El individualismo extremo hace que los chicos se sientan solos", "hay toda una generación que le pide ayuda a un algoritmo", "el adolescente necesita ser acompañado y hoy el adolescente está solo", "hay una gran disparidad entre lo que el sistema educativo ofrece a los jóvenes y lo que el mercado laboral les exige", "hay que promover que haya más líderes juveniles comprometidos", son algunas frases del experto. Benes asumió el cargo en marzo, y como Director Regional es el responsable del liderazgo, la supervisión y la orientación de 36 países y territorios de América Latina y el Caribe. También representa a UNICEF ante los gobiernos, los donantes, el sector privado y la sociedad civil de la región. Lleva 27 años en el organismo, vivió en distintos países y regiones y se metió en trata de niños, trabajo y explotación infantil, guerras, catástrofes naturales, crisis humanitarias, políticas públicas, protección estatal. El Director Regional apuesta a formar lideres juveniles -¿Cuál es la situación actual de las infancias y las adolescencias en América Latina? - América Latina es una región que ofrece un potencial increíble en términos de capacidad, contraparte, capital humano, energía de la sociedad civil, y eso se refleja en los jóvenes y los niños. Pero también es una región de desigualdades muy grandes, de brechas que frenan el despegue. Hay un potencial en los movimientos sociales y en los jóvenes, pero hay que mejorar la distribución de la riqueza y el acceso de oportunidades. Queremos ayudar a los gobiernos a cerrar brechas que siguen o se han profundizado. En la región, el 60% de las metas de desarrollo sostenible relacionadas a la infancia no fueron alcanzadas. -¿Qué pueden hacer los gobiernos? -Les decimos a los gobiernos que invertir en la infancia es invertir en el capital humano que permite a la economía crecer: cada dólar que invertimos tiene un retorno de entre 7 y 13 dólares en crecimiento de la economía, menos costos en salud, menos gastos en la erradicación de la pobreza. Pero no es solo un asunto económico sino un asunto de cohesión social y salud de una sociedad. La cohesión social se construye también si hay espacios de participación de los jóvenes. En ciertos países son el 30% de la población y tienen que tener espacio, espacio para opinar, espacio para co-crear políticas públicas. ¿Cuánta de la política pública hacia infancia y adolescencia la co-creamos con los adolescentes y los jóvenes? -¿Por ejemplo? ¿Cuál sería un problema que hoy preocupa a los jóvenes? -Uno de los problemas es la gran disparidad entre lo que el sistema educativo les ofrece y lo que el mercado laboral les exige. Es un tema importante. ¿Cómo lo solucionamos? Bueno, primero hay que intentar asegurar que esta desconexión se pueda resolver con programas educativos más modernos, con programas educativos donde escuela y empresa se comunican, y podemos adaptarnos y adaptar los programas a lo que la empresa necesita, pero también dar oportunidades a los jóvenes de prepararse para la empresa. El tema de las pasantías, la integración progresiva al mundo laboral, el manejo de ciertas tecnologías que son esenciales y que la escuela no necesariamente ofrece este conocimiento tecnológico muy avanzado. Debe haber una adaptación, una flexibilidad del sistema educativo hacia el mundo del trabajo. -A muchos jóvenes se les llama "Ni-Ni" porque no estudian ni trabajan... -Sí, los que no están en la escuela, ni en un empleo ni en formación. Es más del 18% en Latinoamérica, casi uno sobre cinco. Es una zona gris, que es una zona gris social, en donde perdemos jóvenes, los perdemos literalmente, jóvenes entre 15 y 24 años. Esta desconexión es muy importante, pero hay también un tema de calidad de la educación, la pobreza de aprendizaje. Y los datos son contundentes. Sabemos que una gran proporción de niños, niñas y adolescentes no tienen comprensión lectora a los 10 años. Ese es un problema al que se le suma la complejidad del país, donde hay disparidades regionales, disparidades de ingreso económico, disparidades del interior, del cono urbano y periurbano de una gran capital. Esta brecha tenemos que cerrarla. Construimos sociedades a dos, tres, cuatro, cinco velocidades, donde una parte no logra la velocidad y la perdemos. -¿Qué quiere decir "perder un chico"? -Esa es la pregunta fundamental. ¿Qué quiere decir perder un chico? Más allá de un tema ético, de principios, perder un chico quiere decir que ya no va a integrarse en el mercado de trabajo formal o digno, y tiene que tener estrategias de sobrevivencia y hay un riesgo enorme de caer en una zona de ilegalidad, una zona de inseguridad con todo lo que conlleva. Entonces, esta pregunta, que es una pregunta política, es sumamente importante. Por eso el tema de cerrar brechas es importante. -¿Cómo ayudaría la participación de los jóvenes? -Tenemos el tema de los NI-NI, la calidad de la educación, que empresas y escuelas hablen más y mejor. Pero la participación de los jóvenes y adolescentes es fundamental, porque hoy es una situación en donde el individualismo extremo, que es fomentado también por el uso de la tecnología, crea una situación en donde estos jóvenes se sienten solos frente a un problema enorme. Y eso lleva a otro problema, como es el tema de la salud mental. Bener asegura que los gobiernos deben invertir en la infancia Salud mental -Ya hay investigaciones que aseguran que los chicos son los que están demandando atención en salud mental... -El punto de partida es de reconocer que hay un pedido no atendido, sobre todo de esta magnitud, un pedido de los adolescentes de tener respuesta a un dolor existencial, frente a un mundo que cambia, o frente a un mundo que los desafía. Un pedido no atendido mueve a los adolescentes a buscar una respuesta de todas maneras, y lo hace en otros espacios. -¿Cuáles son esos otros espacios? -La red. Sabemos de muchos estudios a lo largo del mundo que una tasa creciente de adolescentes busca en la inteligencia artificial, en chatgpt u otros, respuesta a preguntas que o los adultos no quieren contestar o ellos tienen vergüenza o timidez para preguntar. Entonces, imaginemos a toda una generación que le pide ayuda a un algoritmo. Porque de eso se trata, le piden ayuda. Queremos evitar eso. -¿Cómo se puede evitar? -Abriendo espacios de diálogo. Este espacio de diálogo entiendo que idealmente tendría que estar en la escuela, y muchas veces son sistemas complejos a flexibilizar y reformar, pero hay también otra manera de hacerlo. UNICEF trabaja mucho con el aprendizaje no formal, con espacios comunitarios. Yo creo profundamente en la fuerza de la comunidad, en la fuerza de la organización comunitaria. Y sé que estos espacios muchas veces sirven mucho a dar confianza, a abrir. Necesitamos presencia profesional. No es simplemente creando un espacio que damos la buena respuesta. Se necesitan psicólogos, profesionales de salud mental. Tenemos que ver dónde podemos crear esos espacios que son espacios de interacción humana y profesionalizar porque son temas muy delicados. Estamos jugando con el equilibrio emocional del ser humano. Es un tema prioritario que hay que encarar con mayor velocidad. Redes sociales -¿En qué punto las empresas tecnológicas y los gobiernos son responsables? -Nosotros trabajamos mucho con los gobiernos para ayudar a tener las mejores respuestas. Y hay zonas en donde los límites legales son fundamentales, se arriesga una generación a la adicción, o al uso de contenido completamente inapropiado. Yo creo que el punto de la prohibición, de los límites legales, del control de la oferta es fundamental, muy importante. Y acompañar a los adolescentes. Entonces, uno, es importante trabajar con los proveedores de contenido, poner reglas, límites legales. Pienso en la ludopatía, en la pornografía, eso sin duda. Pero el tema más importante es que el adolescente necesita ser acompañado. Y hoy el adolescente está solo, por muchísimas razones. Entonces, ese acompañamiento tiene que ver con la escuela, con los servicios comunitarios, con los servicios sociales. Y eso necesita capacitación, profesionalización. -Parecería que no se está haciendo nada de todo eso... -La pregunta fundamental, es ¿cuál es el costo de no hacerlo? El costo de no hacerlo es llegar en diez años, veinte años, a una sociedad en donde hemos dejado pedazos atrás, con riesgo de criminalidad, de suicidio, de un malestar social que genera una desconexión, que genera una sociedad que no arranca. Es una inversión hacia el futuro hacerlo ahora. -¿Le parece que las grandes empresas tecnológicas son permeables a esta conversación? -Hay un tema de corresponsabilidad que es fundamental. Y yo creo que el Estado tiene también muy claro el tema de poner reglas del juego. De la misma manera que decimos que un padre es responsable y corresponsable, la escuela es corresponsable, el Estado es corresponsable, el sector privado es corresponsable. Y se va a beneficiar con una sociedad más sana. La idea es ir más allá de la lógica puramente económica del mercado y la ganancia, y asegurar que no haya daños sociales. "Epidemia de soledad" -Los chicos parecen estar todo el día conectados, pero a su vez están muy solos todo el tiempo... -Es complejo. Lo que hay que hacer es promover el espacio grupal, el espacio del estar juntos, el grupo, la comunidad. Y sabemos que es una buena respuesta porque si existe un problema se soluciona mucho más si estoy en un grupo en el que puedo compartir, en donde tengo una guía, y eso es fundamental. Pero hoy es difícil. -¿Cómo lograrlo?
Ver noticia original