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» Clarin
Fecha: 18/12/2025 06:33
Han pasado diez años desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) de París, en la que 195 países asumieron el compromiso histórico de trabajar juntos para mantener el aumento a largo plazo de la temperatura mundial muy por debajo de los 2 °C respecto de los niveles preindustriales, y continuar esfuerzos en pos de limitarlo a no más de 1,5 °C. Francia ha hecho todo de su parte para el éxito de este gran momento de cooperación y solidaridad universal. Un decenio después, podemos estar orgullosos de lo lejos que hemos llegado. En Francia, hemos reducido nuestra emisión de gases de efecto invernadero un 30% en comparación con 1990 (y 20% entre 2017 y 2024). De menos de 1% de reducción anual de las emisiones antes de 2017, hemos pasado a una media anual de más del 2% entre 2017 y 2021, y más del 4% entre 2022 y 2024. Nos planteamos el objetivo de llegar a una reducción del 50% en 2030, lo que implica eliminar de la atmósfera 270 millones de toneladas de dióxido de carbono cada año. Estos resultados son el logro colectivo de Francia: el éxito de una estrategia ecológica única que combina progreso y protección y nos permite reducir las emisiones y el desempleo al mismo tiempo. Nunca imponemos una regla sin ofrecer una alternativa accesible. Nos negamos a sacrificar competitividad. Apuntamos a combinar soberanía, empleo y descarbonización. ¿De qué manera? Con opciones claras. He puesto la ecología en el centro de todas nuestras políticas económicas, de planificación, energéticas, agrícolas e industriales. También he dado al primer ministro responsabilidad directa por la planificación ecológica y energética. Un buen ejemplo es nuestra nueva estrategia nacional de descarbonización, una hoja de ruta hacia la neutralidad de carbono que orienta todas nuestras políticas. Nos basamos en seis principios esenciales: 1) Respetar y proteger la ciencia. Nos guiamos por el consenso del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, que la semana pasada inició la preparación de su séptimo informe y celebró su primera reunión con todos sus autores aquí en París. Por eso hacemos cuantiosas inversiones en investigación e innovación en el área climática, con el objetivo de hallar nuevas soluciones de descarbonización. A través de nuestra ley de programación de la investigación y del programa France 2030, hemos financiado investigaciones en temas muy concretos y cientos de proyectos relacionados con el cambio climático en una variedad de campos que van de los pequeños reactores nucleares modulares y la producción descarbonizada de hidrógeno a los combustibles sostenibles y la gestión del agua. En momentos en que las voces de la ciencia son blanco de cuestionamientos, no dejaremos de acelerar nuestros trabajos en el área y de atraer a los mejores investigadores con nuestros programas Choose France for Science. 2) Poner fin a la dependencia de combustibles fósiles importados. Optamos por un sistema energético descarbonizado y soberano, esencial para la independencia nacional y para la protección del clima. Ya en 2022, en Belfort, esbocé los pilares principales de nuestra política energética: reducir el consumo de combustibles fósiles, desarrollar las energías renovables y relanzar la energía nuclear. Y lo hemos conseguido: en 2024, la producción de electricidad en Francia alcanzó un nivel de descarbonización superior al 95% (un logro sin parangón en el mundo). Tras un inédito proceso de consulta y planificación, hemos identificado zonas para la construcción de parques eólicos marinos de aquí a 2050. Hemos relanzado el sector nuclear, con la puesta en marcha del proceso de financiación y construcción de seis nuevos reactores EPR2 (sin olvidar el desarrollo de pequeños reactores para la producción de calor). Estamos construyendo una industria energética verdaderamente soberana, y me propongo todavía más: vamos a cerrar o reconvertir las últimas centrales eléctricas de carbón con plazo en 2027. 3)Facilitar la descarbonización de nuestra industria. Reindustrializar Francia es ayudar a descarbonizar el mundo. La inversión verde en Francia ha aumentado casi un 30% en los últimos tres años; la industria verde aportó una de cada tres fábricas abiertas en 2024. Ya hemos puesto en marcha esfuerzos de descarbonización para los cincuenta centros industriales de mayor tamaño y nivel de emisión, que representan alrededor del 10% de la emisión total de Francia. En 2030, estos centros habrán reducido sus emisiones a la mitad. Nuestras industrias verdes están creando empleo en todas las regiones de Francia, y es aquí donde planeamos fabricar vehículos eléctricos (como el Renault R5 en Douai), baterías, bombas de calor y paneles solares. Este esfuerzo también debemos continuarlo como europeos: no dejar de simplificar, innovar y proteger mejor estas industrias contra la competencia desleal. Confío en que los próximos anuncios de la Comisión Europea mostrarán una aceleración en esta dirección, con una auténtica «preferencia europea», para que Europa sea realmente el continente de los proyectos de descarbonización más ambiciosos del mundo. 4) Mantener nuestro objetivo de progreso para la gente. La ecología debe mejorar la vida cotidiana de las personas. La renovación edilicia permite a cada hogar reducir la factura de energía, ayuda al país a disminuir la dependencia de los combustibles fósiles y aumenta la calidad de vida de todos. Esta ambición de progreso demanda una atención constante a la igualdad y al poder adquisitivo. Nuestro programa de arrendamiento social permitió a 50 000 hogares de bajos ingresos adquirir un vehículo nuevo en 2024 por menos de 100 euros (117 dólares) al mes y beneficiará a otros 50 000 este año. A través de MaPrimeRénov’ y del programa de certificados de ahorro energético, convertimos la transición en algo accesible, para que llegar a fin de mes no implique acelerar el fin del mundo. 5) Adaptación al cambio climático. Debemos prepararnos para las consecuencias del cambio climático, que ya están aquí y serán cada vez más rápidas. Hemos aprobado nuestro tercer plan nacional de adaptación y hemos definido una hoja de ruta que obrará como referencia para alinear todas nuestras políticas, del nivel local al nacional. 6) Extender la lucha a Europa y al mundo. Europa es el continente más ambicioso en materia climática, con un objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. La Unión Europea es también el principal proveedor mundial de financiación para el clima. Francia asume plenamente su papel de garante del Acuerdo de París y de la ambición climática mundial. Fue con este fin que en 2017 puse en marcha la Cumbre One Planet para crear coaliciones intersectoriales que pudieran actuar a un mismo tiempo en la reducción de emisiones y en proyectos de adaptación. Desde entonces, hemos puesto en marcha cincuenta iniciativas concretas para luchar contra el cambio climático. Y nuestros programas llevaron a que en tiempo récord la ONU aprobara el Marco Global de Diversidad Biológica de KunmingMontreal y el Tratado de Alta Mar, así como a la movilización de 4000 millones de euros para luchar contra la contaminación por plásticos y más de 19 000 millones de euros para la protección de la biodiversidad y la seguridad alimentaria. Diez años después de la COP21, Francia también fue sede de la Conferencia de la ONU sobre los Océanos, centrada en proteger ecosistemas únicos y vitales para el clima. Hemos liderado este esfuerzo con respeto por la soberanía de todos los países. Apoyamos las «asociaciones para una transición energética justa» y buscamos soluciones de financiación innovadoras que pongan los flujos de inversión privada en línea con los objetivos mundiales de descarbonización. Es el mensaje que llevé a la COP30 de Belém. El decenio transcurrido desde la COP21 ha sido un período de éxito y ambición. Pero también ha sido un tiempo de tensiones internacionales, cuestionamiento de la ciencia, división entre países e intentos de anular el ideal universal de libertad y fraternidad entre los pueblos. Como siempre, Francia dará todo de sí en la lucha por el clima y el planeta, guiada por el respeto a la ciencia, la ambición industrial, el progreso, la solidaridad y el liderazgo ejemplar de Europa. Hagamos que los próximos diez años sean una era de triunfo colectivo, manteniéndonos fieles a los compromisos que asumimos en París hace diez años.
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