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» Sin Mordaza
Fecha: 18/12/2025 02:37
Representantes de los distintos sindicatos que nuclean a empleados del Policlínico Pami I se reunieron este miércoles con concejales de Rosario para exponer la delicada situación que atraviesa ese centro de salud, así como el policlínico de la zona norte de la ciudad. Según los trabajadores, el deterioro se profundizó en el último tiempo a partir de las políticas impulsadas por el gobierno nacional de Javier Milei. Los delegados gremiales fueron recibidos por ediles de diferentes bloques del Concejo Municipal, quienes al término del encuentro se comprometieron a iniciar gestiones ante las autoridades nacionales del Pami para intentar revertir el escenario planteado. El concejal Leonardo Caruana, del Frente Amplio por la Soberanía y exsecretario de Salud de la Municipalidad de Rosario, ofició de vocero tras la reunión y resumió los principales reclamos. En declaraciones a LT8, advirtió que “la situación en el Pami I es preocupante” y detalló que los trabajadores y los propios jubilados señalaron una degradación sostenida de la institución, marcada por la falta de cobertura de cargos, la reducción del equipamiento, problemas edilicios y la derivación de pacientes a efectores privados cuando solicitan ambulancias, decisiones que —según indicaron— se toman desde Buenos Aires. Caruana remarcó el valor estratégico del Policlínico Pami I para la ciudad: “Rosario tiene el privilegio de contar con un hospital de estas características, que no existe en otra ciudad del país. En la pandemia, ningún adulto mayor se quedó sin cama porque los policlínicos funcionaron como verdaderos hospitales públicos”. En ese sentido, el edil explicó que desde el Concejo se resolvió solicitar una reunión con las autoridades nacionales del Pami para que brinden explicaciones claras sobre la situación de los policlínicos. “No podemos permitir que se siga degradando una institución histórica, porque eso afecta directamente a la salud pública de la ciudad y la provincia”, afirmó. También puso el foco en la población que asiste a estos efectores: “Estamos hablando de adultos mayores, una población vulnerable que necesita equipamiento, medicamentos y un vínculo de confianza con los trabajadores. Romper eso atenta contra su salud”. Y agregó que, si bien es legítimo discutir procesos de modernización, “lo que se viene viendo no son reformas para mejorar, sino descalificaciones y recortes”. Por último, Caruana sintetizó el espíritu del encuentro: escuchar los reclamos, mantener una mesa de trabajo permanente con los sindicatos y organizaciones de jubilados, y defender a una institución que —según definieron los propios trabajadores— “es para los adultos mayores lo que el Hospital Garrahan es para los chicos”.
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