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» Clarin
Fecha: 17/12/2025 20:35
En el entramado del escándalo en la AFA acaba de asomar un detalle sugestivo, que podría cobrar otra relevancia en poco tiempo: el Gobierno de Santiago del Estero salió a bancar a Pablo Toviggino, alter ego de Chiqui Tapia y en el centro de la tormenta por una múltiple investigación judicial sobre sus bienes. Lo hizo a través de dos vías curiosas, ambas del círculo político más cercano al ahora senador nacional Gerardo Zamora, gobernador hasta la semana pasada. Primero fue la ministra de Educación de la Provincia, Mariela Nassif, quien salió por Instagram a defender los partidos en el Estadio Madre de Ciudades: “Cuando se lo inauguró, el llanto porteño era ‘para qué semejante estadio si no tienen equipos en Primera’... y el llanto porteño ahora es ‘siempre se juega ahí, lo usan de más’”. El gobernador Zamora no tenía equipos en Primera pero estaba Toviggino en la AFA. Con él allí, Santiago ya tiene un equipo en Primera y dos en el Nacional B, que pueden ascender en cualquier momento (Central Córdoba llegó a Primera saltando dos categorías de manera consecutiva). En Santiago del Estero, apenas cuatro de cada cien chicos cumple el ciclo educativo en tiempo y forma. En esa medición, es la segunda peor provincia de la Argentina, sólo superada por Chaco. Pero la ministra de Educación no despide el año reflexionando sobre la escuela sino sobre las buenas decisiones de la AFA. Después de ella apareció Gerardo Montenegro, senador hasta la semana pasada, quien felicitó “a Santiago del Estero y sus visionarias políticas deportivas”, resaltando el impacto económico de la final entre Estudiantes y Racing que, dice, dejó 6,5 millones de dólares en la economía local. “¡Un ejemplo de cómo el deporte puede transformar a una provincia entera!”, se despidió. Montenegro acaba de quedar en el centro de una guerra judicial en la provincia, tras ser sobreseído en una investigación sobre lavado de dinero y desvío de fondos públicos en la que también debía investigarse al club Central Córdoba, “pollo” de Toviggino. A Montenegro lo acusaban de diluir medio millón de dólares a través de cooperativas y de usar el nombre de su mujer, Teresita Sciolla (empleada en el Senado de la Nación), para hacer transferencias bancarias a una firma de negocios inmobiliarios en Punta del Este vinculada al escándalo del FIFAGate. También, a otra firma en el estado de la Florida, en Estados Unidos. En la causa también aparecían un BMW, un Jeep, una Ford Ranger y dos Audi Q2 y Q5 a nombre de extrañas sociedades o de otra empleada de Montenegro en el Senado que, mientras figuraba como dueña de autos de lujo, pedía la Asignación Universal por Hijo (AUH). Como informó en Clarín el periodista Daniel Santoro, el sobreseimiento a Montenegro había sido pedido por la fiscal federal Indiana Garzón, pero el otro fiscal federal de la provincia, Pedro Simón, pidió que indaguen a su colega por beneficiar al senador sin investigarlo a fondo. La fiscal Garzón era la mano derecha de la procuradora general Alejandra Gils Carbó. Ella y la entonces gobernadora Claudia Ledesma -esposa del reciente gobernador Zamora- fueron en persona a cortar la cinta que inauguró su despacho. Poco después, Garzón fue candidata de Cristina Kirchner para suceder a Casal como jefe de todos los fiscales del país. Una maniobra frustada. El escándalo del senador y la fiscal benévola remite a otras investigaciones que se estrellaron contra el blindaje local. Hay una causa federal que investigaba pistas de aterrizaje narcos en Santiago del Estero y se encontró con trabas de todo tipo para ayudar a localizar dónde bajaban las avionetas que inundaban los radares de lo que los investigadores llaman alarmas de TAI (Tráfico Aéreo Irregular).
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