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  • Jornada laboral 37 5: fechas y obligaciones para empresas y empleados

    » Ya Misiones

    Fecha: 17/12/2025 13:51

    ¿Quién lo iba a decir? España, el país de los tupper en la oficina y el “una caña y me voy” a las diez de la noche, se enfrenta a un seísmo laboral: las 37,5 horas semanales. Nadie parece indiferente. Alguno en la máquina de café se lleva las manos a la cabeza, el de Recursos Humanos a punto de hipotermia con tantas reuniones, y luego los sindicatos, que arman más ruido que una mascletà. ¿Se imaginaba alguien que un puñado de horas menos pudieran dar tanta vuelta al calcetín? Hay quien mira el reloj con esperanza y quien cuenta los minutos pensando que esto va a traer cola. La situación legal actual de la jornada laboral de 37,5 horas Ah, las leyes. Esas que siempre llegan un poco después de la vida y luego van a toda pastilla para ponerse al día. ¿Qué dice hoy la ley y dónde buscar los detalles? No hay trampa: la Reforma Laboral de 2024 ya está rulando y, si no ha leído el BOE últimamente, va siendo hora. Va de lo siguiente: el máximo de la jornada semanal pasa de 40 a 37,5 horas. Suena a poco, pero ¿ha hecho alguna vez una suma mensual de ese “puñado” de horas? Basta con echar un vistazo a la comparativa para verlo blanco sobre negro. Normativa anterior Propuesta (Ley actual) Duración semanal 40 horas 37,5 horas Ley aplicable Estatuto de los Trabajadores (actual) Reforma laboral 2024 Ahora sí que la jornada de 37,5 horas no es rumor de pasillo: documentos oficiales, sellos y promesas de un nuevo equilibrio entre vida privada y “la máquina”, de esas que no se arreglan con galletas pero traen alivio. ¿Cuándo y cómo arranca la cuenta atrás? A alguien le gusta dejar las cosas para el último día, pero la ley lo deja claro: el pistoletazo de salida arranca el 1 de julio de 2025. La mayoría de empresas deben adaptarse justo ahí; hay quien se toma un respiro y estira hasta diciembre. Todo un despliegue por fases, negociaciones sectoriales, mucho tira y afloja en el calendario y comunicación oficial “para evitar sustos”. Un puzzle que, según a qué empresa se pertenezca, viene con su propia caja y manual de montaje. ¿Qué se cuece en el Parlamento y en los despachos “importantes”? El Congreso, el Gobierno, los sindicatos… todos reparten declaraciones como quien lanza caramelos en una cabalgata. El término de moda: compromiso político por el bienestar laboral. Surgen mesas de trabajo, jornadas informativas, gabinetes de crisis (más de uno con el WhatsApp ardiendo) y guiños a una adaptación supervisada. Parece ser el cambio-marea del año: diálogo social a destajo e insistencia en la importancia de acompañar a los sectores que más van a notar el temblor. ¿Sectorial o para todos? El mapa desigual de la aplicación Hay sector que disfruta la novedad al momento, y otros que necesitan un desayuno, una charla y medio año para asimilarlo. Los convenios colectivos se ponen ingeniosos: adaptaciones exprés en la Administración Pública y la Sanidad, cambios más lentos en la hostelería o el agroalimentario, donde el tiempo lo mide el clima y no el BONi mejor ni peor: diferente. Aplicación inmediata Aplicación progresiva Administración Pública Sí No Sanitario Sí No Agroalimentario No Sí Hostelería No Sí Los colectivos afectados y el alcance de la medida A nadie le preguntaron “¿Le viene bien el cambio?” Porque la afectación es transversal, de arriba a abajo, de empresa grande a la esquina de barrio. ¿A quién toca esto: todos los trabajadores? ¿Y los contratos raros? Da igual la etiqueta: indefinido, temporal, parcial. Si hay nómina y contrato, se mueve el marcador de horas. Las jornadas se recalculan, los descansos se miran con lupa. Los becarios y autónomos siempre nadan en aguas propias, solo les cubre el paraguas si el convenio lo pone por escrito. El departamento de nóminas va a necesitar más café que nunca, cuadrando turnos y ajustando cuentas. Todo vigilancia. ¿Las empresas grandes o todas pasan por el aro? Tampoco se libra uno según tamaño: de lo público a lo privado, la responsabilidad va cayendo como una piedra en el estanque, aunque en el estanque pequeño (menos de cinco empleados) a veces las ondas son tan pequeñas que solo depende del convenio. Pero nadie se despista, porque desde la sanidad a la mínima tienda de barrio todo el mundo revisa el reloj, aunque el margen para pymes pequeñas dé un par de meses de respiro. Quizá hasta alguna aprovecha para innovar con los horarios. Las obligaciones para empresas en la adaptación a la jornada laboral de 37,5 horas Cuece nervios, algo de sudor frío en los despachos, y reuniones donde la palabra “protocolo” vuela entre papeles y corbatas. ¿Cómo controlar que nadie se pase de frenada con el horario? ¡Bienvenidos a la era del registro digital! No hay hoja de excel perdida que valga. Aplicaciones, sistemas digitalizados y notificaciones automáticas para tener el historial de cada jornada laboral. La digitalización ofrece vigilancia y pruebas para evitar sustos ante inspecciones. Adiós, papelajo olvidado debajo del teclado. ¿Comunicación real o mensajes de manual? Transparencia, una de las palabras favoritas del siglo. El manual de bienvenida no sirve si no hay reuniones, preguntas frecuentes y, sobre todo, canales para expresar dudas o quejas. Recursos Humanos se convierte en centro de información y hasta de terapia colectiva. Un protocolo dinámico, adaptado al vaivén real de la plantilla, con detalles desde el uso de apps hasta los “¿qué hago si me toca trabajar de más?” Formación interna ajustada a las nuevas normas Revisión regular de cuadrantes y turnos Canales rápidos de reclamación o consulta Los derechos y las obligaciones principales de los empleados Nada de letras pequeñas: lo que toca es un registro horario claro, equilibrar horas productivas y derecho al descanso. ¿Qué tiempo cuenta y cómo demostrarlo? La historia de siempre: que no cuelen ni el café como hora trabajada ni el exceso de trabajo como favor al jefe. Registro individual real, opción a revisar el historial y posibilidad inmediata de reclamar si algo no suma. ¿Hay diferencia entre reloj y realidad? El sindicato siempre está al acecho, dispuesto a dar la campanada. Si alguien pasa de la raya, ajuste de horas y recordatorio de la nueva ley sin pestañear. El calendario de implementación y recursos oficiales para el seguimiento La adaptación es como mudarse: primero la caja, luego la mudanza, después ese momento en que nada se encuentra hasta que la rutina vuelve. ¿Cómo se ponen las empresas las pilas y por dónde empezar? No hay misterio, sino escalones: primero la notificación negra sobre blanco, después las formaciones internas (a veces más divertidas de lo que uno cree), y finalmente, la puesta en marcha del sistema digital. Revisiones regulares y ajustes, con la referencia de un calendario oficial que funciona casi como un semáforo: cuando toca, se cambia. Referencias oficiales y comparativas europeas ¿Qué hacen los vecinos cuando se habla de horarios? Curioseando, la cosa tiene de todo: Francia presume desde hace años con sus 35 horas (y no han explotado), Alemania se vuelve loca según la industria, los holandeses viven por fin con flexibilidad, e Italia aguanta el tipo con 40. Se mire donde se mire, se ve que la solución universal no existe, pero las comparativas ayudan a relativizar, ¿o no? País Horas semana Observaciones España 37,5 Nueva ley desde 2025 Francia 35 Aplicación desde 2000 Alemania 37-40 Varía según sector Países Bajos 38 Flexible Italia 40 Estándar UE No solo cambia la jornada, cambia el aire en las oficinas y talleres. Lo que está en juego es algo más que minutos delante del ordenador: es el “hoy se llega antes a casa”, el “mañana toca reunión”, y ese pulso continuo entre deber y derecho. ¿Quién dijo que una ley era poca cosa?

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