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Parana » APF
Fecha: 17/12/2025 12:30
El imputado era empleado del Hospital Justo José de Urquiza de donde sustraía el opioide sintético y otras drogas para venderlas por esa plataforma. miércoles 17 de diciembre de 2025 | 11:33hs. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Concepción del Uruguay condenó a 5 años de prisión, multa por más de 5 millones de pesos e inhabitación especial perpetua, al enfermero del hospital público de esa ciudad entrerriana que en marzo pasado fue detenido por vender ampollas de fentanilo y otras drogas consideradas estupefacientes, a través de la aplicación de mensajería Telegram. El fallo se dio en el marco de un acuerdo de juicio abreviado impulsado por la fiscal federal Josefina Minatta, quien subroga la Fiscalía General ante ese TOF y además llevó adelante la investigación en la etapa de instrucción, con la colaboración de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar). El acuerdo, en el que con el aval de su defensa el imputado reconoció los hechos, su autoría y manifestó su conformidad con la calificación y la pena, fue homologado el pasado 4 de diciembre por la jueza Mariela Emilce Rojas, quien integró el tribunal de manera unipersonal. La sentencia recayó sobre Julio Santiago Santillán, un enfermero de 34 años que trabajaba haciendo suplencias en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Justo José de Urquiza de Concepción del Uruguay. El hombre fue condenado como autor penalmente responsable de cinco delitos: comercio de estupefacientes en concurso ideal con tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, en concurso real con peculado, incumplimiento de los deberes de funcionario público y venta sin autorización de medicamentos que requieren receta para su comercialización. Además, Santillán deberá pagar una multa de 5.684.145 pesos (equivalentes a 45 unidades fijas) y se le impuso una inhabitación especial perpetua. El tribunal también dispuso el decomiso del teléfono celular secuestrado al enfermero el día de su detención y que utilizaba para pactar las ventas de la droga y los medicamentos. “Se pudo corroborar que Julio Santiago Santillán adquiriría las sustancias por medio de contactos en el interior del Hospital J.J. Urquiza de esta ciudad de Concepción del Uruguay, y posteriormente las comercializaba”, señala la sentencia. Según el fallo, esa actividad criminal la llevó adelante al menos entre el 18 de febrero y el 20 de marzo de este año y lo que comercializaba en grupos de libre acceso de la aplicación Telegram eran “ampollas de fentanilo, como así también otros psicofármacos tales como risperidona, carbamazepina y lorazepam”. En la sentencia, la jueza señaló que la condena a Santillán por peculado es porque “sustrajo de manera reiterada ampollas de fentanilo y otros psicofármacos, cuya custodia y administración le había sido confiada en razón de su función”; la de incumplimiento de deberes de funcionario público porque en “su rol como enfermero […] omitió cumplir con los deberes legales y reglamentarios que regían la manipulación y registro de estupefacientes y medicamentos controlados en el Hospital Urquiza, omisión que favoreció la sustracción sistemática de dichos insumos”; y la de venta de medicamentos que requieren receta médica sin autorización porque ofrecía psicofármacos -lorazepam, risperidona y carbamazepina- que “por sus efectos y riesgos, requieren prescripción médica”. El caso La pesquisa se inició el 18 de febrero último a partir de una denuncia telefónica anónima realizada a la delegación local de Policía Federal (PFA). “Quiero denunciar a una persona que trabaja en el Hospital Urquiza, se llama Julio Santillán, anda vendiendo droga y otro tipo de medicamentos de manera ilegal […] por favor investíguenlo, sé que vende por redes sociales, seguro que Telegram", dijo el denunciante, según se detalla en el requerimiento de elevación a juicio que en su momento hizo la fiscalía. La instrucción fue delegada a la Fiscalía Federal de Concepción del Uruguay, a cargo de la fiscal Minatta, quien ordenó a la PFA realizar tareas de inteligencia en las que se comprobó que, a través de dos grupos de Telegram llamados “Los más rico cdelu” (abreviatura de Concepción del Uruguay) y “Entre Ríos", el enfermero señalado ofrecía fentanilo con mensajes como los siguientes: “Activo venta de ampollas de fentanilo en cdelu" o "repartiendo ampollas de fentanilo, no te quedes sin la tuya en cdelu”. En los mismos grupos publicaba fotos de las ampollas del opioide y de otras drogas con el mensaje: “Todo a la venta. Se vende por unidad o por mayor. Ampolla de fentanilo, comprimidos de risperidona, carbamazepina y lorazepam. Consulte precios”. El “agente revelador” y los chats del enfermero Ante la evidencia, la fiscal Minatta solicitó introducir en la investigación a un “agente revelador” digital que con el nombre falso de “Ricky” se infiltró en los grupos de Telegram donde el enfermero ofrecía las drogas. Así, la PFA pudo documentar los distintos diálogos que el principal imputado mantenía con sus potenciales clientes, entre los que se destacan los siguiente: -“¿Qué onda esa droga?”, preguntó uno de los interesados, a lo que el enfermero respondió: “Es pura, es un opioide más fuerte en el mercado. 100 veces más fuerte que la morfina y un 50 más que la heroína. Bien para estar de viaje y volver sin dolor ni nada, simplemente un buen viaje”. -“Esta es pura de laboratorio, no está cortada. Querés llegar a modo zombie? (…) tenés que consumir fácil seis ampollas al día”. -“El fentanilo puro y de calidad no te mata con tres ampollas estando hidratado y bien alimentados. Te lleva al estasis (sic) neuromuscular”. Compras controladas y detención El 11 de marzo, el policía encubierto pactó una primera compra controlada que se realizó en la intersección de la avenida Ricardo Balbín y Boulevard R. Uncal de Concepción del Uruguay, donde el enfermero llegó en bicicleta y le entregó cuatro ampollas de fentanilo a cambio de 55.000 pesos, lo que fue documentado a través de fotografías por agentes de la División Unidad Operativa Federal (DUOF) local de la PFA. Al día siguiente, el investigado volvió a comunicarse con el “agente revelador” por una nueva venta y le ofreció 30 ampollas del opioide a cambio de un millón de pesos. Con las pruebas recolectadas por la fiscalía y con el aval de la jueza federal de Concepción del Uruguay, Analía Ramponi, el 20 de marzo pasado se realizó otra compra controlada en el cruce de calles Uncal y Balbín de esa ciudad, que culminó con la detención de Santillán. El enfermero llegó en una moto y se le secuestraron 34 ampollas de fentanilo y nueve blísteres de pastillas: ocho de lorazepam y otro de carbamazepina. Luego se hicieron cuatro allanamientos donde se secuestraron 24 ampollas de fentanilo dentro de un táper y otras dos en un morral donde también había blísteres de carbamazepina y risperidona. En el hospital, se corroboró que las 60 ampollas de fentanilo incautadas a Santillán correspondían al mismo lote 180063 que tenían en stock en el centro médico donde trabajaba el enfermero. En esos mismos procedimientos también fue detenido un familiar del acusado que, en una primera etapa de la causa, llegó a ser procesado con prisión preventiva como coautor de los hechos, aunque el 2 de noviembre pasado fue sobreseído y quedó desvinculado del caso. Santillán confesó en una ampliación de su declaración indagatoria que “por cuestiones económicas” tomó la decisión de retirar una ampolla de fentanilo en cada guardia que hacía en el hospital y que cuando llegó a tener stock -las guardaba en el ante baño del ingreso a la Unidad de Terapia Intensiva-, se puso a venderlas por Telegram. ¿Qué es el fentanilo? El fentanilo es un potente opioide sintético utilizado en medicina como analgésico y en ocasiones como sustituto de la morfina. Según la Guía de Buenas Prácticas en Materia de Drogas elaborada por la Red de Fiscales Antidrogas (RFAI) de la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos (AIAMP), el fentanilo resulta ser hasta 100 veces más potentes que la heroína. El documento señala que esa droga y el carfentanilo (100 veces más potente que el fentanilo), “reflejan el peligro para la salud pública que implica la difusión masiva e incontrolada de estas sustancias, que durante los últimos años, también se han mezclado con sustancias de origen natural, provocando más adicciones, riesgos y muertes de consumidores”. “Fácil es también imaginar las consecuencias cuando el fabricante local subestima o equivoca la dosis y agrega más contenido del recomendable a su formato de venta. Es la muerte segura para el consumidor, como sucedió en Argentina, en febrero de 2022”, señala la guía haciendo referencia al caso de la cocaína con carfentanilo que el 1º de febrero de 2022 se vendió en un búnker del barrio Puerta 8 del partido bonaerense de Tres de Febrero, y provocó la muerte de 24 personas y la internación de otros 80 consumidores, publicó Diario Uno. (APFDigital)
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